No hubo auxilio y el juvenil quedó eliminado

Es una ley de la vida. Todo debés proveerteló por ti mismo. Nadie mejor que uno para ayudarse; hasta el célebre libro “Martín Fierro” señala, entre tanta sabiduría que desparraman sus versos, que más allá de los amigos, “siempre el amigo más fiel es (tener) una conducta honrada”. Nadie te ayudará más que tú mismo.

La Argentina había tenido un para de resbalones en sus primeras presentaciones en la Copa del Mundo U20 de la FIFA-Corea del Sur 2017 y necesitaba ganar (y si era posible golear) para tener alguna posibilidad de clasificación a octavos de final.

El primer paso lo dió: goleó a Guinea por 5 a 0. luego, la ayuda externa no llegó. Costa Rica venció a Zambia, Arabia le igualó a Estados Unidos  y Japón e Italia protagonizaron un papelón al  finalizar el partido, donde estuvieron 7 minutos sin atacarse para sellar el empate 2 a 2 en un acuerdo tácito que deshonra al juego limpio.

Pero todo esto termina en un detalle o en una anécdota. La Argentina, como cualquier equipo del mundo, no debe desviar la responsabilidad en terceros. No pudo ganar los partidos anteriores, o por lo menos sumar puntos para no depender de nadie más que de su trabajo. Que no haya merecido perder es harina de otro costal; otro tema de discusión. El equipo llegó con muchas turbulencias a la clasificación en Ecuador (allí también necesitó la ayuda de un tercero,que llegó) y con poco tiempo de preparación y una infraestructura sin desarrollo ni sosten arribó a la aventura en Asia.

Queda la lección para aprender. Hace rato que la Argentina no figura en los torneos juveniles. Así como quedó eliminado en primera ronda de este certamen, en el último Sub 17, la Copa del Mundo U17 de la FIFA-Chile 2015, también quedó eliminado en primera ronda. Y si revisamos la clasificación final, la albiceleste terminó 24º de 24 equipos participantes… Desde el último mundial sub 20 ganado, allá por Canadá 2007, las frustraciones se repitieron. Y repercute en el seleccionado mayor. tal vez aún no nos damos cuenta que la base de los equipos nacionales está en las selecciones menores, más allá del trabajo de los clubes y la explosión y desarrollo de los futbolistas en sus propias carreras, desarrollo hecho por sus propios medios y esfuerzos. Pero ese trabajo de los clubes y de los futbolistas, no alcanza para la conformación de un seleccionado. La base son los equipos juveniles: los que le dan identidad, sentido de pertenencia y enetendimiento de una idea futbolística. La Argentina perdió ese rumbo desde hace un tiempo. Es hora de reencontrar el camino.

 

Hernán O’Donnell

 

Una goleada para esperar con ilusión

Había que dar un paso al frente. Ganar, golear y gustar. Había que alejar a los fantasmas, las malas ondas y jugar un partido convincente, más allá del adversario. Había que presentar una buena imagen en esta Copa del Mundo U20 de la FIFA-Corea del Sur 2017, aunque fuera la última. Argentina debía (y se debía) un partido acorde a su riquísima historia.

El equipo de Claudio Ubeda salió decidido al ataque. Tl como lo había hecho en los encuentros anteriores. Claro que frente a inglaterra y al local Corea del Sur, se encontró con dos equipos fuertes y con ideas claras de juego, que se mantuvieron sólidos en la defensa, supieron retroceder y achicar espacios, y lanzar contragolpes rápidos, audaces y certeros.

En cambio, esta vez la débil Guinea poco pudo hacer. A la Argentina le faltó un poco de serenidad para abrir el marcador. Pero cuando el “Chelo” Torres señaló su tanto a los 33 minutos, los goles empezaron a caer como uvas en una parra que madura.

A los 43 marcó un golazo Lautaro Martínez y se acabaron las incógnitas por el resultado. Sólo había que aguardar hasta donde llegaría la goleada albiceleste.

En el complemento Zaracho señaló a los 50, el zaguero de San Lorenzo, Marcos Senesi logró el cuarto gol a los 74′ y a los 79′ cerró la cuenta Lautaro Martínez.

Una goleada estupenda que devolvió a la Argentina a las marquesinas a las que está habituada.

Ahora es el tiempo de esperar. Los resultados del sábado y domingo determinarán cuales son los cuatro mejores equipos ubicados en los terceros puestos de cada zona. A eso aspira Argentina. A obtener uno de los últimos boletos para el último vagón del tren que defin e el torneo. Y su obsesión es subirse, aunque sea colgado del estribo.

 

Hernán O’Donnell

Un nuevo tropiezo, y la salida parece acercarse…

Otra vez tropezó el juvenil argentino. Otra vez se fue con las manos vacías tras un partido aceptable, con un rendimiento que fue de menor a mayor, que englobó un primer tiempo de dominio infructuoso y un crecimiento en la segunda parte que lo llevó a esperanzarse con un rsultado mejor.

Sin embargo, la Argentina volvió a perder. En esta ocasión, ante el local, Corea del Sur, un equipo muy físico, rápido, obediente y con una tremenda predisposición al sacrificio. Con el ruidoso apoyo de su público, Corea no tuvo pruritos en defenderse y ocupar todos los espacios detrás de la pelota. Con suma atención a su oponente, supo retroceder con dos líneas de cuatro hasta donde fuera necesario. Y contra ese esquema chocó la selección nacional.

Todo el ímpetu, la jerarquía, la tremenda habilidad que mostraron de modo individual los jóvenes argentinos, chocó, en los primeros minutos, con la muralla coreana. Palacios, Conechny, Ponce, el mismo Ascacíbar, Colombatto…todos mostraron un enorme poderío individual, pero costó elaborar juego y en un veloz contragolpe, el talentoso Lee Seungwoo abrió el marcador cuando iban 18 minutos. Una jugada letal, donde se combinaron la velocidad del delantero local, un error de Montiel en la disputa, la salida lenta de Senesi y el achique deseperado de Petroli. A todos los supo burlar Lee, y marcó un golazo.

La escuadra de Ubeda insistió, con la jerarquía de sus futbolistas, pero otra desconcentración en defensa le costó el segundo tanto. Un pelotazo largo, Senesi que no la puede cubrir bien y la larga salida de Petroli que termina en un choque con el delantero Youngwook Cho y el penal sancionado por el árbitro Cüneyt Cakir. Paik Seungho anotó su remate a los 42 y el cierre del primer tiempo marcaba una larga diferencia de 2 a 0 para el local.

La Argentina aumentó su juego en el segundo tiempo. Fue más punzante, más intenso y agresivo en el ataque por la influencia de los ingresados Torres y Mansilla. Así llegó el descuento, tras una buena manionbra colectiva y la definición potente del “Chelo” Torres. Iban 50 minutos, parecía que había tiempo…

No alcanzó. Se replegó Corea con enorme espíritu de sacrificio; metió una línea de 5 defensores, tres volantes muy pegados a la línea defensiva, uno suelto por delante y el centreforward sólo arriba, para amenazar con los contraataques. Los cinco de atrás y los tres volantes defensivos conformaron una telaraña que nunca se pudo romper: siempre había un para de hombres de rojo para superar. tampoco se logró con remates de larga o media distancia. la barrera estaba infranqueable.

La Argentina perdió 1 a 2 y quedó muy cerca de la puerta de salida. Sólo una victoria ante Guinea y una combinación de resultados, le darían una entrada en los últimos vagones del tren. Habrá que aferrarse a ese último boleto, con más ilusión que razón.

 

Hernán O’Donnell

Argentina chocó contra la muralla inglesa

El resultado final puede llamar a engaño, puede hacer creer un rendimiento o un desarrollo que no coincide con lo que se vio. La Argentina perdió por 0-3 ante Inglaterra en su presentación en la Copa del Mundo U20 de la FIFA-Corea del Sur 2017. Una derrota dura, pero que es más fuerte en el marcador que en el juego. El seleccionado no tuvo un mal partido, no jugó mal, ni siquiera mereció perder. Menos, por esa diferencia; tampoco fue una tarde brillante, pero el conjunto de Ubeda buscó desde el inicio, fue protagonista, tuvo la pelota y generó varias situaciones para marcar.

Sin embargo, fue insuficiente su accionar. Porque no supo concretar y en la primera llegada que tuvo el elenco inglés, convirtió. Fue a los 38 minutos, tras un buen centro de derecha a izquierda y la entrada de Calvert Lewin, quien anticipó de cabeza, abrió el marcador.

“Tuvimos la pelota y no fuimos eficaces. Inglaterra aprovechó sus ocasiones”, dijo tras el partido el DT Claudio Ubeda, y ahí está la síntesis del partido. Porque ese gol marcaba lo que el técnico entendió que fue la clave: La efectividad de cada equipo. Argentina dominó durante 38 minutos y cuando se descuidó, pagó.

En la segunda parte, salió con la misma predisposición la albiceleste. Sin embargo, Armstrong aprovechó su oportunidad a los 52 y aumentó. 0-2 para Inglaterra y el partido que se hizo muy cuesta arriba.

Entonces entraron Conechny y Lautaro Martínez. El volante de San Lorenzo ledio frescura y habilidad al equipo. El delantero de Racing sumó potencia en ataque y en 10 minutos demostró todo lo que podía ofrecer. Se volvió el jugador más desequilibrante de Argentina, pero en un roce revisado por el video ref, las autoridades entendieron que hubo intención de agresión y lo expulsaron, tras revisar la acción por las imágenes de TV. Quedó una sensación de exageración y de injusticia. También habrá que ver el sentido de usar el video ref, ya que no es este el mismo deporte en que se lo usa para situaciones de contacto (por ejemplo, el rugby, donde hay permanentes roces y el límite a veces no se lo puede advertir más que por TV. Aquí, un contacto en cámara lenta desvirtúa la acción original)

Lo cierto es que Argentina se vio disminuida y a esa altura, 78′, ya no tendría tiempo para recuperarse. Y para colmo de males, sobre el cierre del encuentro, el árbitro entendió que hubo penal del arquero Petroli y Solanke selló el 0-3 con un remate abierto a la izquierda del arquero argentino.

Una pena por lo que fue el partido. La selección no mereció perder, menos por esa diferencia. Pero chocó contra una muralla inglesa, un equipo de muy buen porte físico, ordenado, que maneja con excelencia el sistema 4-4-2 (favorito de los ingleses) y que se prodigó en esfuerzo físico para equilibrar la jerarquía de los futbolistas argentinos. El mérito de los europeos fue estar muy concentrado, saber defenderse, retroceder con inteligencia, ocupar los espacios y construir una muralla para que la Argentina choque contra ella. Luego, la calidad para aprovechar al máximo las tres oportunidades que le aparecieron hicieron el resto.

 

Hernán O’Donnell

 

 

Sampaoli y la Selección unen sus caminos

“Mi contrato con el Club tiene bastantes aristas que me permiten salir. Hay una intención clara de mi país de tenerme como seleccionador y tengo la ilusión desde muy chico de tener esa chance. Una oportunidad que deseché cuando asumí las riendas del Sevilla FC en pretemporada, pero que está latente. Siento que sólo dejaría mi carrera y todo lo que hice para llegar a dirigir en una de las mejores ligas por irme con la selección de mi país. Es algo que ahora no podría rechazar. Pero la realidad la dará el presidente, hay un contrato que respetar y no hay nada aún resuelto. Aunque mi contrato tiene bastantes aristas que me permiten salir”.

En la conferencia de prensa del viernes 19 de mayo, Jorge Sampaoli abrió la puerta y mostró el camino del futuro: está por terminar su ciclo en Sevilla y en poco tiempo más comenzará su ciclo al frente del seleccionado nacional.

Se empieza a blanquear lo que era un secreto a voces, lo que hasta hace unos días se sabía y se comentaba en voz baja. Jorge Sampaoli será el Dt de la selección argentina de fútbol.

Le costó un tiempo hablar de este tema, eludido con un sinfín de gambetas, amagues y evasivas, para evitar hablar de lo que se viene en lo inmediato: su trabajo con el elenco nacional. Es que los tiempos empiezan a apremiar, en pcos días comienza la gira por Australia y Singapur, y hay que entregar la lista de jugadores convocados a los clubes europeos para que estos los cedan y puedan armar sus viajes.

También aprovechó para hablar del momento en el club que lo tiene como entrenador. “Nadie me va a sacar del último partido del Sevilla FC, me gané ese lugar y quiero disfrutar de ese momento. El día debe ser una fiesta y no me perdonaría no dirigir este último partido”.

“Tengo contrato con el Sevilla FC y esto lo debe resolver la AFA con el presidente. Cada ser humano tiene un sueño y el mío es dirigir la selección de mi país. Aunque altere mi camino como entrenador y no pueda dirigir ligas como disfruté este año, siento que tengo que ir. Ante la necesidad de mi país tengo que estar. Pero no es algo en lo que pensase antes, nos estábamos jugando un montón de cosas y era imposible distraerse. Hoy sí me puedo sentar a evaluar porque ya se cumplió el objetivo. Pero, aparte de todo, es algo que no está en mis manos. Tomé la decisión de no hablar de ningún tema no relacionado con el Sevilla FC porque hubiese generado que me estaba imaginando como técnico en otro lugar cuando estoy defendiendo los colores de este Club. Hay un lazo muy importante entre esta camiseta y yo. Era muy ilusionante el proyecto, llevar a este equipo incluso a pelear el torneo esta segunda temporada pero esto no lo decidí yo. Quiero que se juzgue lo que somos, no lo que dicen que supuestamente somos. Finaliza una etapa, se abre de nuevo una posibilidad que ya no esperaba y lo tengo que afrontar como un compromiso que, como argentino, no me permitiría rechazarlo”.

Más clarito, echelé agua. Sampaoli, como argentino, no pudo rechazar la oferta de dirigir a su seleccionado. Y ya prepara su nueva función, aunque todavía no pueda hablar como tal. Será cuestión de horas.

 

Hernán O’Donnell

El Mundial Sub-20 levanta el telón

La canción de la FIFA cuando salen los equipos, escuchar el himno antes del encuentro, las estrofas que recuerdan y emocionan, el saludo protocolar…todos los condimentos para empezar a palpitar la Copa del Mundo U-20 de la FIFA-Corea del Sur 2017. Un evento que ya empieza a abrir sus puertas, que tiene las ilusiones de los jóvenes del mundo y los ojos del planeta futbolero para advertir las estrellas del mañana. Y todos esos condimentos descriptos (los himnos, el saludo, el clima de partido) que se vive en los amistosos, tal como el que acaba de disputar nuestro seleccioando ante Vietnam, no hacen más que ponernos en el ambiente que se va a vivir a partir del día 20 de este mes.

Argentina emprendió el largo periplo, luego de días de entrenamientos y discusiones por la cesión de algunos futbolistas. El caso de Ezequiel Barco, que nunca quedó claro si Independiente no lo quería ceder o el jóven no tenía intenciones de sumarse a un grupo donde, se dijo, no se sentiría cómodo. Quedó en la nebulosa como una noticia que dentro de algún tiempo, cuando alguno de los protagonistas se decida a hablar, el DT o el jugador, se aclarará.

Lo cierto es que la Argentina ya se metió en el Mundial. Se presentó en Vietnam en el Estadio Thong Nhat, de la ciudad de Ho Chi Minh, para medirse con el elenco local. Y tuvo una más que aceptable presentación. Un equipo base que contó con: Petroli; Montiel, Foyth, Senesi y Valenzuela; Belmonte, Colombatto, Torres, Palacios, Mansilla; Ponce. La Argentina tuvo un correcto primer tiempo, y llegó al gol por intermedio de Ponce, que había recibido la asistencia de Marcelo Torres.

En el segundo tiempo, el conjunto de Ubeda aceleró el ritmo y pudo doblegar al equipo local. Al comienzo, un centro de Mraclo Torres fue recepcionado por Brian Mansilla y colocó, de cabeza, el 2 a 0 para la albiceleste.

A los 62 minutos de juego, luego de un rechazo corto del arquero local, Ignacio Méndez marcó el tercero de cabeza. Y el propio Méndez señaló el cuarto tanto a los 85′, luego de una subida de Juan Foyth que derivó en un corte de un zaguero local y la pelota la cpaturó Méndez, quien definió con una buena maniobra individual.

Sobre el final, Hà Đức Chinh descontó para Vietnam. Argentina ganó 4 a 1. El Técnico Claudio Ubeda se fue conforme: “Vietnam es un buen equipo en defensa, con jugadores fuertes y rápidos; tienen objetivos claros y ganas de crecer”, dijo sobre el adversario.

“Fue un encuentro importante para ganar ritmo, se nos viene ya la competencia”, agregó el DT.

Sí, a la vuelta de la esquina está la Copa del Mundo. Y a pesar de todos los inconvenientes, las idas y vueltas, los roces y desencuentros, se abre el tiempo del juego. El tiempo más lindo, el tiempo de soñar.

 

Hernán O’Donnell

 

Una noche que quedará en el olvido

En la encuesta que desarrollamos y organizamos para la Revista Ring Side, opinamos que ganaría Canelo Alvarez por decisión unánime. Encontrábamos argumentos para sostener esta hipótesis: Canelo atrevasaba (atraviesa) el mejor momento de su carrera, había crecido mucho en los últimos años, su última (entonces) pelea, ante Smith, la había ganado con un buen knock out y una actuación convincente, se lo veía asentado, prolijo y dominante en el ring, mientras que “El hijo de la Leyenda” tenía una carrera con altibajos, suspensiones por dóping y si bien el peso lo favorecía y había dado muestras de tener absorción a los golpes, pegada dura y agallas, no alcanzaría para sostener el combate ante un boxeador de mayor jerarquía.

Fue un poco lo que sucedió. No es este un ejercicio de jactancia ni de adulación personal. Hubiéramos preferido que salga otra pelea, que también la imaginábamos, más pareja, con más emociones, con mayor intensidad. Hubierámos preferido equivocarnos, que no resultara un dominio tan marcado, tan pronunciado, que no hubiera habido tanta diferencia entre uno y otro pugilista.

El problema es que Chávez Jr no mostró nada de lo que podía ofrecer, sólo su gran capacidad de asimilar golpes, de no derrumbarse; su “aguante”, al cabo. Pero nada más. Por eso salió como lo suponíamos, pero de modo mucho más acentuado. Es decir, el dominio y la superioridad de Saúl Alvarez fue constante, permanente, ininterrumpido. No hubo ni un sólo atisbo de algo que pudiera ofrecer Chávez. Por eso, ni siquiera tuvo algún momento de equivalencias. Imaginábamos la pelea que fue, pero con algo más de Chávez; algún momento suyo, algún round que lo favoreciera, algún acto de rebeldía…nada. En el concepto que esgrimimos se sintetizó todo el combate.

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El dominio de Alvarez fue total; atacó, dominó y golpeó cuando quiso. No tuvo sobresaltos y además reguló las acciones. Sólo le faltó un golpe definitorio, pero en este caso la capacidad de asimilación de Chávez, único punto a su favor, se lo impidió. Por lo demás, la pelea se volvió aburrida, monótona, previsible. Sin ninguna proyección, a partir del 7mo round ya se adivinaba el final de la película y sólo era cuestión de ver pasar las vueltas para acabar con un encuentro que resultó tedioso. Ya había pasado la victoria de Lucas Mathysse y  el gran choque de semifondo entre David Lemieux y Marco Reyes, en un combate que si bien siempre favoreció al candiense, tuvo ardor, intensidad, emociones…esos choques salvaron la noche. Porque el plato principal, la pelea que tanto se había anunciado y tanto se había promocionado, no resultó más que una sesión de guanteo televisado.

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Hernán O’Donnell

 

…Y Messi vuelve a ser “El Rey”

No se esperaba una resolución tan drástica; pero ocurrió. Así como sorprendió la dureza de la snación, la forma en que se tomó -a minutos del partido en La Paz ante Bolivia- también sorprendió la repsuesta de la FIFA a la apelación del jugador y su declaración por video conferencia.

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La Comisión de Apelación de la FIFA ha aceptado el recurso interpuesto por la Asociación del Fútbol Argentino en nombre del jugador Lionel Messi para apelar la decisión adoptada por la Comisión Disciplinaria de la FIFA; en consecuencia, se han levantado las sanciones que se le habían impuesto, reza el comunicado de la entidad madre.

Esto es, se le levanta la suspensión deportiva y la pena económica.

Así, Leo vuelve al ruedo. estará listo para jugar ante Uruguay el 31 de agosto próximo, por una nueva jornada de la Competición preliminar de la Copa del Mundo de la FIFA-Rusia 2018.

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Y el comunicado prosiguió: “Pese a que la Comisión de Apelación de la FIFA consideró reprochable la conducta del jugador Lionel Messi en dicho incidente, la misma determinó a su vez que las pruebas disponibles no eran suficientes para demostrar según los estándares adecuados —es decir, de manera completamente satisfactoria para los miembros de la Comisión de Apelación— la aplicabilidad del art. 77 a) del CDF, que permite a la Comisión Disciplinaria sancionar las faltas graves que no hubiesen advertido los oficiales de partido”.

“En este sentido, la Comisión de Apelación recuerda que el respeto hacia los oficiales de partido es esencial y ha de ser una constante en el fútbol, por lo que cualquier actitud contraria al principio del juego limpio o a la deportividad ha de ser rechazada.

En virtud de dicha decisión, se han retirado tanto la suspensión por partidos que entró en vigor el pasado 28 de marzo, como la multa de 10.000 CHF impuestas a Lionel Messi”.

Algo así como no debe insultarse a los jueces, el respeto es una valor supremo, pero aquí no ha pasado nada…El Rey vuelve a ponerse la corona, para que el mundo vuelva a admirarlo.

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Hernán O’Donnell