Un ballet, con forma de partido de fútbol

Cuando apenas se jugaban 5 minutos y tras una buena acción de presión ofensiva,  Alexis Sánchez marcó su golazo, el que abrió el marcador entre Alemania y Chile, todos supimos que estábamos en las puertas de un partidazo, de esos que hacen vibrar al planeta, de los que nadie se puede perder esté en el lugar que esté y sea la hora que sea en el mundo.

Era el puntapié inicial de un partido para coleccionar. A todo ritmo, con llegadas, dinámica y búsqueda de ataque permanente. Dos equipos de alto nivel. En ese primer tiempo se vio el fútbol moderno, el que domina en estos tiempos: salida clara, prolija, cuidado del balón, once jugadores para defender, once para atacar…y cuando aparecen las individualidades, y el toque preciso se multiplica, pueden aparecer acciones como las del gol del empate alemán: dominio de Can, toque preciso a la izquierda, centro rápido y rasante, aparición de Stindl por el medio y un remate seco y potente que decretó el 1 a 1 a los 40′. Luego lo tuvo Alexis con una excelente maniobra individual de izquierda hacia el centro, pero su tiro fue bien controlado por Ter Stegen.

Así se cerró un primer tiempo lleno de luces, plagado de emociones y un ritmo futbolístico descomunal, propio de la excelencia de estos tiempos.

Chile con una propuesta muy atractiva; las subidas permanentes de sus laterales, Isla y Beasejour, con la llegada de Arturo Vidal y los movimientos de Vargas y Alexis Sánchez, siempre ponía cinco hombres en ataque. Alemania con la dinámica de Can, Draxler, Goretzka, Rudy, Stindl también sumaba muchos hombres cuando avanzaba. Y el respeto sagrado por la pelota hacía el resto: un ballet con forma de partido de fútbol.

Con el correr de los minutos empezó a bajar la intensidad. Una cuestión lógica, empezaron a máxima velocidad, la mantuvieron durante la primera etapa, trataron de conservar ese ritmo en el complemento y cuando faltaban quince minutos empezaron a desacelerar. En el fondo, comprendieron que el empate era un buen resultado, y si bien generaron algunas llegadas hasta el final del encuentro, en los últimos minutos la conformidad les ganó la partida. El show ya lo habían brindado y pensaron en el futuro, que tal vez los vuelva a encontrar en la instancia final.

 

Hernán O’Donnell