Egipto, con el sello de Héctor Cuper

Es un grande de su continente, Africa y un pequeño del concierto mundial. Egipto siempre ha sido protagonista en sus competiciones continentales, pero tuvo muy pocas presencias en las Copas del Mundo. Sólo participó de las Copas que se jugaron en Italia en 1934 y 1990.

Esta será su tercera participación. Y lo hace con el entusiasmo que le da la fuera de dominar su continente, el empuje y la humildad de su entrenador y algunas figuras descollantes en el fútbol internacional como Mohamed Salah, uno de los mejores delanteros del mundo.

Egipto ganó siete veces la Copa Africana de Naciones, fue el primer equipo africano en jugar un mundial, fue fundador de la confederación de Africa, tiene toda una historia que ahora quiere desarrollar.

Y cuando uno se pone a mirar como ha llegado hasta aquí, la opinión del entrenador argentino es la que pone claridad y emoción.

“Tengo la satisfacción de haber encontrado un gran grupo de jugadores, con mucha humildad”, le declaró a la página web de la FIFA. Y agregó: “Hoy es difícil encontrar algo así en el fútbol, donde son todos estrellas y famosos. Aquí también pueden ser estrellas, pero con una idiosincrasia y unas costumbres que me hicieron sentir bien. ¡Me he sentido entrenador de fútbol!

A veces, cuando uno intenta convencer, no es fácil, porque hay cierta idiosincrasia en el futbolista, determinadas jerarquías. Y, sin embargo, aquí han imperado la humildad y la disciplina. Eso nos llevó al éxito. Esa convivencia donde todos hemos ido por el mismo camino”.

Luego destacó el trabajo en la defensa: “Lo primero que observamos al llegar, era que al equipo le faltaba solvencia defensiva. Él fútbol de hoy dice que hay que jugar bien, y con eso se refieren a la posesión del balón, y tocar y tocar. Está bien, pero en el fútbol también hay que saber defender bien. Y eso fue lo que trabajamos.

Yo sabía que nosotros íbamos a marcar al menos uno. Se necesitaba no recibir. Y salió bien. A lo mejor si salía mal venían las críticas, “un equipo demasiado defensivo, y esto y lo otro”. ¿La realidad cuál era? 28 años que no vas a un Mundial. A lo mejor no es un futbol brillante, pero somos un equipo humilde, trabajador”, comentó en la web de la FIFA.

Destacó la humildad de Salah en el grupo. Su predisposición, su entrega a la tarea. “Trabajó y corrió como el resto, no tuvo ningún privilegio. Fue importantísimo.”

“Egipto me bajó del pedestal. A veces los DT tenemos cierta soberbia, creemos que sabemos todo porque llevamos años haciéndolo. Y acá encontré que tenía que ser un entrenador y lograr un objetivo. Egipto me volvió más humilde” confió.

Y ahí va Egipto. Con la humildad de su entrenador, con la predisposición de su máxima figura y el sueño de todos en el próximo Mundial.

 

Hernán O’Donnell