Japón tuvo su día de sol naciente

El amanecer del partido encontró el sol naciente nipón. Una oportunidad magnífica de dar un paso al frente, empezar a construir la victoria y hacerse dueño del partido. Un contraataque terminó con un remate desviado por Carlos Sánchez con la mano dentro del área, penal, expulsión y Shinji Kagawa que transformaba, a los 6′, el remate suave y al medio, en el 1 a 0 parcial.

Amanecía el encuentro, y Japón sacaba una ventaja importante en el marcador y en la superioridad numérica de contar con un hombre más. El Dt de Colombia, el argentino José Pekerman resolvió meter mano en el equipo. Si iban a ser 10, debían mantener el equilibrio en la mitad, no perder el combate en esa zona de la cancha y redoblar el esfuerzo. En una decisión arriesgada, sacó a Cuadrado, con todo lo que ello implica, perder velocidad por la banda derecha y lo sustituyó con Wilmar Barrios, volante de contención que le da quite y distribución en la mitad de la cancha.

Colombia se ordenó y empezó a manejar el partido. Arias se ocupó de proyectarse por la banda derecha, Barrios y Lerma a luchar en la mitad de la cancha y Falcao a moverse por todo el frente de ataque. Sacó orgullo y emparejó la velocidad de los japoneses. A los 39′ Quintero metió un tiro libre fantástico, abajo, rasante que el arquero Kawashima sólo pudo atajar cuando la pelota ya había entrado por más de medio metro al arco. 1 a 1 y el cierre del primer tiempo.

El complemento tuvo un desarrollo monotemático. Japón se recompuso, se adelantó en el campo y volcó el juego hacia el arco de Ospina; Colombia pareció sentir el esfuerzo físico de la primera parte y se posicionó muy cerca de su arquero; armó dos líneas de cuatro para defender y Falcao muy cerca de ellos. Ingresaron James Rodríguez y Carlos Bacca, hombres de clara vocación ofensiva, pero jugaron un rol más equilibrado. Trataron de colaborar en mitad de cancha y, cuando podían, se sumaban al ataque. Pero el dominio era de Japón. Kagawa era el conductor, luego lo reemplazó Honda y asumió esa función. Haraguchi pesó por su sector, y Ospina tuvo dos atajadas importantes. Se olía el gol de los japoneses…

Y llegó a los 72′: corner desde la izquierda, cabezazo de Osako bien colocado junto al palo izquierdo de Ospina desniveló al 2 a 1 para los nipones.

Ya no tuvo resto Colombia. Intentó con voluntad, empujó hacia el arco japonés, pero no tuvo profundidad; tampoco resto físico para doblegarlo por velocidad o triangulaciones. No le sobraba nada para sostener el partido, menos para ir a buscar la igualdad.

Japón supo sacar provecho de la oportunidad que se le presentó. Un gol de ventaja y un hombre más al arranque del partido, era para no desperdiciar. Y si bien Colombia logró nivelar tras un esfuerzo físico muy desgastante en el cierre del primer tiempo, los orientales supieron ir a buscar la victoria con decisión y vocación ofensiva. Supieron entender que el partido se presentaba para ganarlo. Lo fueron a buscar y lo consiguieron.

 

Hernán O’Donnell