El cielo celeste del Mundial

Se habla mucho de las noches blancas, de las largas jornadas de sol y luz natural que dominan a Rusia durante estos días de Copa del Mundo.

Pero ya es hora de empezar a hablar de un cielo celeste que domina el torneo. De este Uruguay que se clasificó primero en su grupo, que es un serio aspirante a lo más alto, que muchos no lo habían advertido, pero que integra esa línea de equipos serios, esforzados, que tienen clara la idea de juego y le van a dar pelea al más pintado. En esa línea están Inglaterra, Bélgica y por supuesto, Uruguay.

El equipo del Maestro Tabarez ganó los tres partidos del grupo. Sobre el final a Egipto 1 a 0, quizás en el encuentro más complicado. No lució frente a Arabia Saudita, pero tuvo oficio para llevarse el juego por un cerrado 1 a 0. Y venció sin atenuantes a Rusia, el local que hasta ese momento se despachaba con goleadas que entusiasmaban a su gente, pero que en esta jornada tuvieron su baño de realidad.

A los 10′ un excelente tiro libre de Luis Suárez abrió el marcador. Un golazo que mostraba el rumbo del encuentro. Enseguida, a los 23′ Cheryshev en contra amplió el marcador para la visita: 2 a 0 y partido liquidado cuando faltaba más del 60% del juego.

En la segunda parte siguió en la misma tónica Uruguay. Con la seguridad de Godín en el fondo, el aporte de Nández, el tranco inteligente de Matías Vecino, el despliegue de Lucas Torreira y la potencia en ataque de Cavani y Suárez, el dominio celeste fue permanente.

a los 90′, Cavani entró solo para sellar el 3 a 0. Uruguay había liquidado al local; se había metido en los octavos de final con puntaje ideal y sin recibir goles en contra. Un equipo muy serio, con convicciones en su juego y una identidad marcada. Con un amor profundo por la camiseta y un respeto reverencial por su entrenador.

Las noches blanca de Rusia están acompañadas de un cielo celeste que brilla, prestelé atención que el Mundial nos empieza a mostrar a sus principales protagonistas.

 

Hernán O’Donnell