Manchester United logró lo hazaña sin forzarla; otra vez, París se ganó solo…

Cuando al minuto de juego Kehrer intentó jugar con Thiago Silva y el pase quedó corto, justo para que Lukaku aprovechara y se llevara el balón a toda velocidad, en un ingreso directo hacia las barbas de Buffón, al que sorteó y convirtió con el arco vacío, en medio de una lluvia que cargaba de dramatismo el inicio, un viento helado recorrió las estructuras del fabuloso Parc des Princes, el famoso estadio conocido en español como Parque de los Príncipes. Parecía que la historia dramática e impiadosa podía sobrevolar una vez más al PSG, el famoso equipo francés, que siempre promete, que siempre se arma para pelear (y ganar) la Champions League, pero al que siempre parece faltarle algo para llegar a la conquista. Como si hubiera algo intangible, algo en el alma y el espíritu que le impidieran dar el paso final, muchas veces alentada por una leyenda injusta, como fue la famosa remontada de Barcelona tras perder 4 a 0 en el partido de ida, pero lo que no siempre se recuerda fue la influencia arbitral en el desquite, ya que no sancionaron dos penales a favor de los franceses y sí se otorgaron dos a favor del Barcelona, penales que no fueron tales.

Pero apareció Lukaku, marcó el 1 a 0 para Manchester United y los fantasmas aparecieron.

Pero el PSG no se desesperó. Al contrario, mantuvo la serenidad, se adueñó del balón y empujó al United contra su valla. Y a los 11′ llegó la igualdad por una aparición de Bernat por izquierda. 1 a 1 y la justicia que empezaba a asomar por París, porque el local se había adueñado de las acciones y debía, merecía llegar al empate.

Así se acomodó en el campo. Di María por un lado, Dani Alves por el otro, y Mbappé como centro del ataque empezaron a desbordar al equipo inglés. Draxler se sumaba y el peligro rondaba por el arco de De Gea.

Sin embargo, a los 29′ un remate de Rashford de larga distancia no pudo ser controlado por Buffón y tras su rebote apareció Lukaku para marcar el 1 a 2 a favor de Manchester United.

El equipo local sintió el golpe. Se perdió en la cancha y ya no tuvo el dominio del juego. Se desorientó y el United se animó, hasta sumar dos ocasiones, una bien conjurada por Buffón y otra sobre el cierre del primer tiempo.

En el complemento se mantuvo la lluvia, como un montaje escenográfico ideal para cargar de dramatismo y tensión a esta noche de Copa…como lo pide la historia y la leyenda.

El decorado influía más que el juego. Corría el reloj y poco pasaba. Una posibilidad de Di María, anulada por off-side, una arremetida de Lukaku por allá, y no mucho más. Todo lo que habían prometido en el primer tiempo se diluía en la noche parisina…

Recién a los 83′ llegó Mbappé con posibilidades, entró al área y el remate dio en el poste. En medio de la nada, un sacudón que pudo haber sentenciado la serie, pero todo siguió igual y sólo se mantenía la tensión por la incertidumbre del resultado. De fútbol, poco y nada.

Manchester no aceleró ni en el tiro del final. Mantuvo su tesitura, como si aguardara que el gol decantara de una forma natural, casi sin forzarlo. Y así le llegó la chance. Un remate de Dalot que dio en la mano de Kimpembe, advertido por el VAR cuando el reloj llegaba a los 90′, le otorgó la increíble chance de ganar. Aún casi sin haber hecho nada para lograrlo. Ni siquiera las arremetidas a la deseperada. Con tranquilidad, encontró su oportunidad: Penal y Rashford que se hace cargo de un balón que pesaba una tonelada. Fuerte, al medio, y el 1 a 3 para el visitante! Sin hacer casi nada, Manchester United encontraba, en el epílogo, la clasificación.

La arremetida final de PSG le dio un tinte de dramatismo al partido. Los franceses se la jugaron con centros al área en una prórroga que duró más de 9 minutos.

Manchester United resistió y logró una hazaña que pocos pronosticaban. Dio vuelta un resultado negativo de 0-2 en Inglaterra y se impuso por 1 a 3 en el Parque de los Príncipes. Hizo poco por ganar, solo mantuvo la tranquilidad y aprovechó al máximo cada falla de PSG, que como una pesadilla interminable, volvió a fallar en una instancia clave y a perder el partido por errores propios. No deberá engañarse el United. Otra vez, PSG se ganó sólo.



Hernán O’Donnell