Lucas Moura, el héroe menos pensado, lleva al Tottenham a la gran final

Lucas Moura es el nombre y apellido de una nueva hazaña en la Champions League. Cuando todo parecía terminado, cuando todo parecía resuelto, cuando los goles de Ajax en el primer tiempo parecían sentenciar la serie, apareció el brasileño para destrozar el sueño holandés y llevar a Tottenham Hotspur a un encuentro decisivo entre equipos ingleses. Juagrá, en Madrid, la gran final ante Liverpool.

Un vuelco extraordinario, una remontada inolvidable, un homenaje al espíritu de lucha, al saber que nunca hay que darse por vencido. Ni aún vencido. El equipo de Mauricio Pochettino se fue con un 2 a 0 en contra al final del primer tiempo, sumado a la derrota en Londres por 1 a 0, lo obligaba a convertir 3 goles. a dar vuelta una serie que parecía imposible. Y lo logró.

El fútbol holandés deslumbró al mundo en los años ’70. En esa década se consolidaron sus valores, su identidad futbolística, su credo en el campo de juego y llegó alto en las competiciones, tanto a nivel clubes como el seleccionado del país, que alcanzó dos finales del mundo, en 1974 y 1978.

En ese contexto, Ajax fue un exponente relevante de la escuela holandesa. Con jugadores deslumbrantes, como Johan Cruyff, Ruud Krol, Wim Suurbier, Johan Neeskens, Arie Haan, Johnny Rep, y la conducción de Rinus Michels, el equipo de Amsetrdam llegó a lfinal de la Copa de Campeones en 1969, y luego ganó tres finales consecutivas: 1971, 1972, 1973. En el medio, el Feyenoord del astro Willem Van Hanegem había conquistado el torneo en 1970.

Ese era el fútbol de Holanda en esos años. El recuento de los títulos logrados y las finales alcanzadas lo hacemos en función de sostener, de apoyar lo más importante del Ajax y de Holanda de esos años: el respeto por la pelota, la “desorganización organizada”, la triangulación permanente, el pressing asfixiante y la dinámica en la búsqueda del arco contrario. Todos esos conceptos se sintetizaron con un bautismo que quedaría prendido para todos los tiempos: “El Fútbol-Total”. Aquel Ajax de Rinus Michels era el máximo exponente de esa forma de entender el juego.

Esa época de oro tuvo un “revival” en los años ’90, cuando Louis Van Gaal reflotó todos aquellos conceptos y el equipo de Amsterdam volvió a dominar Europa con el Campeonato obtenido en la temporada 1994/95, con jugadores como Edgar Davis, los hermanos de Boer, Overmars, Seedorf, Rijkaard, Patrick Kluivert y extranjeros de alta jerarquía como Finidi George, Jari Litmanen o Kanu.

Ese tiempo regreso en las figuras de De Ligt, van de Beek, Veltman, De Jong, Huntelaar y los foráneos André Onana, Dusan Tadic, David Neres, Lasse Schöne, Ziyech, Tagliafico…

Toda esa historia y el ímpetu del Tottenham armaron una semifinal inolvidable. Un desquite imprevisible, lleno de emociones y sorpresas. Con dos conjuntos que se la jugaron de principio a fin y se repartieron los tiempos.

El inicio fue para el local. A los 4′ De Ligt convirtió de cabeza y Ajax se adelantó por 1 a 0 frente al Tottenham. Que no se amilanó. El equipo inglés se sacudió el polvo, se levantó y fue a pelear el partido.

El equipo de Pochettino sabía que estaba en una situación similar a la inicial. Debía hacer dos goles para clasificarse. El tanto tempranero había terminado sólo con la posibilidad de definir la serie por penales, pero para el conjunto inglés la situación a revertir no cambiaba demasiado. Si necesitaba un gol para ir a penales o dos para clasificarse, ahora debía ir en forma directa a los dos tantos para pasar.

Por eso fue, pero…cada contra de Ajax era un gran peligro. Y a los 35′ salió un contragolpe mortal. Arrancó en De Jong, siguió en Tadic, el delantero entró al área y habilitó a Ziyech que convirtió el tanto con un remate cruzado. Ajax se ponía 2 a 0 y Amsterdam era una fiesta de cantos y alegría.

Tottenham siguió de la misma forma. Sin desesperarse, sin volverse loco. Comenzó el segundo tiempo con la misma premisa. Si antes había que hacer dos goles, ahora habría que hacer tres. Y la mejor manera era hacerlos de a uno. Como Lucas Moura que entró decidido al área a los 55′ y con un remate fuerte marcó el 1-2.

Y a los 58′ clavó el empate, tras una serie de rebotes y un error de Schöne que le sacó la pelota a Onana, Lucas Moura sentenció el empate 2 a 2.

Nos quedaba media hora más a puro fútbol. De pronto, Ajax se llenó de dudas. Y Son, Llorente, Mouras y Dele Alli volcaron todo su fútbol en el área holandesa. Lo tuvo Ziyech en una contra a los 62′, pero era el conjunto inglés que el que trasmitía una impresión superior, como que rondaba con mayor peligro el arco de Onana.

Y fue, jugado a todo o nada. A la búsqueda de la victoria, a fuerza de empuje e ideas. Dejaba espacios para la contra, que el Ajax tuvo en dos oportunidades como para rematar la definición. Pero no pudo.

Y con el último suspiro, Lucas Moura convirtió el tercer gol de la visita. Cuando se jugaba 90’+5′. Cuando ya no quedaba aire para nada. Cuando el drama y la gloria se abrazan al fútbol, Tottenham alcanzó el último grito y se fue envuelto en la felicidad de haber vivido una noche inolvidable.



Hernán O’Donnell