Todo quedó abierto para definir en La Bombonera

Del partido de Vélez y Boca se empezó a hablar una semana antes de jugarse. Incluso, antes de saber que se podía llegar a realizar. Cuando el diagrama de la Copa de la Superliga quedó establecido, muy rápìdo se empezó a especular con la posibilidad de este cruce. En verdad, lo que disparaba los comentarios, el morbo y las especulaciones era la oportunidad en que Mauro Zárate volviera al Estadio “José Amalfitani” con la camiseta del club de la Ribera.

Y cuando el partido quedó confirmado, toda la semana se habló de eso. Del regreso de Zárate a Liniers. Del recibimiento y el comportamiento de los hinchas, de la posibilidad de que el futbolista no actúe, de como podría ser su reacción ante los hinchas de su ex equipo. Y no se habló de fútbol. Ni del juego ni de los equipos. De que podrían proponer, que podría suceder.

Fue un bochorno la actitud ante la presentación del Himno Nacional Argentino. Se despreció un símbolo patrio por el coro de insultos al futbolista. Una verdadera pena. Porque con el correr del partido, hasta se olvidaron de los silbidos. Podrían haber dejado ese momento para honrar a la canción patria.

Porque el partido fue tan pobre, tuvo tantas interrupciones y se perdió entre los roces que no dejó mucho para recordar.

Vélez fue uj poco mejor en el primer tiempo y mucho más en el complemento. Tuvo firmeza en la defensa, a partir de la contracción al trabajo de la defensa. Laso, Gianetti y Cufré estuvieron firmes y concentrados. Giménez ordenó el medio campo, y arriba los cuatro fueron muy dinámicos: Almada, Bouzat, Fernández y Vargas no sólo atacaron sino que fueron los primeros que presionaron.

Boca se sostuvo con el esfuerzo de Buffarini y la solidez de Andrada, al cabo, la figura del partido. pero el resto de la defensa no lució tan confiable. Un poco de López, menos de Izquierdoz y Mas.

Pero no pudo equilibrar el juego. En el primer tiempo, un arranque de Zárate, las corridas de Pavón y la potencia de Abila. pero no llegó con peso al área y en el segundo tiempo se desdibujó por completo. Sólo un pelotazo largo de Andrada para Abila posibilitó la salida rápida del arquero Hoyos. Y nada más.

Después, fueron todas acciones del equipo local. pero entre Andrada y el travesaño le ahogaron el grito.

Terminó 0 a 0 y por suerte, con el correr del partido todos se olvidaron del tema individual y se enfocaron en el juego, ese que quedó en deuda y abierto para definirse en la Bombonera.



Hernán O’Donnell