Paciencia, jerarquía y contundencia, las claves de Brasil

En los minutos iniciales, Perú salió con decisión al campo de juego y, ese breve lapso, fue su mejor momento en el primer tiempo. Al instante, Brasil cambió la cara y se adueñó del partido. El equipo de Tité, con sus jugadores de jerarquía se sostenía en la posesión de la pelota y con paciencia, y sin mucho esfuerzo, encontró el primer gol temprano, a los catorce minutos. A partir de allí parecía que se avecinaba una avalancha de goles a favor de los locales. Pero eso no sucedió, si bien el dominio siguió siendo suyo, Brasil no fue letal y, la diferencia que había en cuanto a juego no se tradujo en el marcador. La mínima ventaja permitía a Perú mantenerse cerca del empate más allá de estar lejos de hacer su mejor partido.

Una llegada del equipo del “Tigre” Gareca provocó un penal a favor suyo tras un desvío de la pelota en la mano de Thiago Silva. Esa situación fue suficiente para que Paolo Guerrero iguale las cosas y reviva el sueño de Perú. De inmediato, el envión que generó el empate fue notorio y la selección peruana se abalanzó en busca de más. Sin embargo, al cierre de la primera etapa, Arthur y Gabriel Jesús combinaron para poner en ventaja otra vez a Brasil, y de esta manera pusieron freno a la efímera alegría de Perú en el primer tiempo.

En el complemento, Perú mostró mayor voluntad para acercarse al arco de Brasil. Impulsados por la desventaja, los de Gareca buscaron adelantarse más en el campo y generar más oportunidades de gol. Brasil perdió algo de protagonismo, y se vio aún más perjudicado por la expulsión de Gabriel Jesús, que estaba realizando un buen partido y fue una de las figuras en el torneo. Pero, más allá de que Brasil comenzó a jugar más en bloque bajo, no sufrió mayores complicaciones. Alisson casi no fue incomodado, a pesar de algunos intentos de Perú, no hubo situaciones claras de gol. Brasil siguió siendo superior aún sin tener tanto dominio, porque tuvo la jerarquía suficiente en su defensa para no permitir embates del rival.

Pasaron los minutos y Brasil mantuvo la ventaja. Sobre el final del encuentro, Richarlison de penal anotó el tercero de su equipo, y puso punto final al partido y al certamen: Brasil se aseguraba la Copa América. Los dirigidos por Tité hicieron una labor notable, más allá de que le costó ante Paraguay, hubo polémica ante Argentina; fueron contundentes a lo largo de la competencia, no fueron derrotados, y se quedaron con el título en su casa.


Martín O’Donnell