Claressa Shields, el nombre del boxeo femenino

El boxeo femenino hizo su primera presentación como disciplina olímpica en los Juegos de Londres 2012. Allí se vieron las primeras exponentes de una modalidad que había explotado 20 años antes a nivel profesional, pero que en el amplio universo de los Juegos llegó un poco más tarde. Y allí, el mundo entero conoció a Claressa Shields, quien se llevó el Oro en la categoría de 75 kg. Tenía apenas 17 años, brazos cortos y una energía tremenda. Era, apena, el comienzo de una historia de película, tan es así que pronto habrá un documental que retrate su vida, su lucha su sufrimiento y su éxito deportivo.

Nació el 17 de marzo de 1995, en la ciudad de Flint, Michigan. Muy cerca de Detroit, una zona industrial y trabajadora de Estados Unidos, donde no todos gozan de un bienestar económico y los días se hacen difíciles. En Flint nació el gigante de la industria automotriz, la General Motors, pero cuando su planta de fabricación se cerró, el desempleo y la caída fue muy grande. A partir de allí la ciudad entró en una etapa de recesión, falta de trabajo y una ola de inseguridad empezó a dominarla. Crecieron los robos, la violencia y la marginalidad.     

Tuvo una infancia dura, con tantos golpes y sacrificios que muchos la emparentaron más con la supervivencia que con la superación. Su padre, Clarence Shields, estaba más ausente que presente en su hogar; la mayoría del tiempo, en la cárcel. La pobreza dominaba a su familia y era muy duro pasar cada día, entre el hambre y los abusos físicos que sufrió en esos tiempos. Empezó lanzar golpes a los 7 años, para defenderse de los chicos de la escuela; a los 11 años descubrió el boxeo y la tabla de salvación para el naufragio en que se habían convertido sus días. Había visto a Muhammad Alí y a su hija Laila en la práctica del pugilismo y sintió que allí habría un camino de salida a tantos problemas. Se sintió inspirada en la historia del gran campeón mundial de los pesos pesados, y la lucha que encabezó Laila para que las mujeres pudieran tener un lugar en el pugilismo. Esa batalla que libró la hija de Alí fue un gran estímulo para Claressa.

Comenzó la práctica del boxeo y se entusiasmó. Si bien su primera ídola en el mundo del deporte era la tenista Serena Williams, muy pronto quedó atrapada por esta actividad y se propuso darle un buen ejemplo a su familia. Salía a correr y veía el mundo que la rodeaba y del que pretendía alejarse: jóvenes drogadictos, dealers en las esquinas…”Mi hermano mayor había caído preso”, recordaba esos momentos y “quería darles lo mejor que pudiera a mi hermano y hermana menores. No quería que se fueran a dormir sin comer, como muchas noches les había pasado. Tenía que aprender a boxear, para ayudar a mi familia”.

Ya la habían bautizado T-Rex, un sobrenombre que lleva con mucho orgullo. Todo comenzó a los 11 años, cuando comenzaba a entrenar y parecía delgada, sus brazos lucían pequeños y siempre se balanceaban, lo que le recordaba a un T-Rex.

Y así, T-Rex llamaron al documental que refleja su camino al doble oro olímpico.

Así empezó el camino a los Juegos Olímpicos de Londres 2012. “Decían que era muy joven, que no podría contra chicas de más edad y experiencia. Pero yo no tenía miedo”, sostuvo entonces. Tuvo que esforzarse y luchar mucho para llegar a la cita olímpica, pero la ciudad que había sido hostil en su infancia fue su punto de apoyo para poder progresar: se juntaron fondos, se hicieron colectas y actos de benficencia para que Claressa llegara a los “trials”, el trampolín hacia los Juegos.

“Siempre he querido tener una medalla, por eso me sentía bien y no lloré ni me conmoví con el himno. Estaba concentrada”, decía entonces, cuando su historia y su sonrisa abierta atrapaban al mundo. En el combate final, pudo contrarrestar la mayor fortaleza y experiencia de la rusa Nadezda Torlopova y conquistó el oro en los 75 kg.

“Creían que no lo lograría, que soy demasiado joven. Pensaban que chicas más grandes me darían una paliza, pero se olvidaron que soy una luchadora”, señaló Shields tras esa magnífica victoria.

La ciudad de Flint la recibió con honores y mucho orgullo. Hasta se declaró el 29 de agosto como el día de Claressa Shields. Empezaron a llover ofertas de patrocinadores y de políticos que deseaban acercarse a ella.

Mientras, no descuidaba su vida personal, su educación y su formación, y fue la primera integrante de su familia que completó los estudios secundarios. Finalizados los Juegos de Londres 2012 retomó los estudios para concluir con su carrera.

Empezaba a desandar el camino que ayudaría a su vida y su familia; comenzaba a dejar atrás esa noche oscura que había marcado su infancia, entre la ausencia de los padres, atrapados por el flagelo de la droga y un entorno desdichado que la había maltratado y ahora empezaba un nuevo tiempo. Pronto se conocería esa historia, que parecía guionada por un director de Hollywood. Muy pronto, su vida sería llevada a la pantalla grande.

Se convirtió en la boxeadora más joven en obtener una medalla de oro. Y pronto se convertiría en la primera en lograr el doble oro olímpico, cuando lograría la segunda presea cuatro años más tarde, en Los Juegos olímpicos de Río de Janeiro 2016. Este récord lo obtuvo sin distinción de sexos. El 19 de noviembre de 2016 hizo su debut profesional ante Franchon Crew en el T-Mobiel de Paradise, Nevada. A partir de allí comenzó una carrera formidable, donde encadenó triunfos de manera impecable. Y siguieron las victorias. Hanna Rankin el 17 de  noviembre de 2018 y el 8 de diciembre del año último derrotó a Fenke Hermans.

“Yo quiero pelear con todas, no sé si todas quieren pelear conmigo”, afirmó entonces. “Puede ser que todo el mundo me mencione, pero si hoy hablas de boxeo femenino y no me nombras…entonces, ¿De qué estás hablando? Yo soy el boxeo femenino y digo que voy a ser la mejor de todos los tiempos. Lo digo en serio. ” El cierre del año fue a toda orquesta. La ubicó en el pináculo del pugilismo, se sentó en la mesa de los grandes. Se le abrió la puerta de la sala de las figuras estelares del momento.

Comenzó el 2019 con un combate especial ante Christina Hammer, de Alemania, el 13 de abril en el Boardwalk Hall de Atlantic City, New Jersey.

Fue una noche especial, en la misma velada en que la argentina Brenda Karen Carabajal, la “Pumita”, le ganó por puntos a la rusa Elena Gradinar, y se consagró campeona interina FIB. 

Pero Claressa fue la gran estrella de la noche. Incluso opacó a Jaime Munguía, quien venció al  irlandés Dennis Hogan con algún sobresalto. Shields, en cambio, venció por decisión unánime y un mar de celebridades que la acompañaron desde el ring side y otras tantas que destacaron su logro desde las redes sociales. Halle Berry, actriz norteamericana de destacad trayectoria, cuyo papel protagónico en “Gatubela” la catapultó a las grandes carteleras, se declaró una fan total y absoluta de Claressa y escribió “Estoy muy orgullosa de ti”. Lo mismo que expresó Errol Spence Jr., y tantos otros famosos y desconocidos que se acercan ahora a ella como lo que es, una nueva estrella del deporte. Incluso, debió advertirle a sus familiares que a partir de estos logros sería común que se le acerquen los fans, en busca de una foto o un autógrafo. Y es lo que sucede en su ciudad natal, Flint, cuando sale a hacer alguna compra, cuando camina por sus calles, o cuando pasea por las tiendas. Hasta han anunciado por altavoces su presencia un día que recorría un supermercado, en plan de comprar alimentos para llenar la heladera. Es muy activa en las redes sociales, tiene siempre actualizadas sus cuentas de Twitter e Instagram, y mantiene un vínculo activo con sus seguidores. “No me dan descanso”, bromeó Shields sobre la intensa relación en dichas redes.

La amistad con Berry la llevó a descubrir el gusto o la curiosidad por la profesión de una actriz. Comenzó a tomar clases de actuación e improvisación, tal vez para tener una opción de otra carrera el día de mañana.

“El objetivo de Claressa es ganar títulos mundiales en tres pesos distintos”, confesó Mark Taffet,  su manager. “Y quiere ser la más rápida que consiga eso, superar a Vasil Lomachenko”, señaló. “Loma” obtuvo su primer título mundial pluma en su tercera pelea, en la séptima logró el título Superpluma y en la decimosegunda logró el título de peso ligero. Claressa ya ganó los cinturones supermediano y mediano, y va por su novena pelea, por lo cual le quedan tres o cuatro combates para superar o igualar ese record.

Unificó los títulos. Retuvo su corona de peso mediano de la Asociación, Consejo, Federación Internacional, y le agregó la de la Organización Mundial de Boxeo (OMB). El sueño que había acunado aquella niña-adolescente que tuvo que crecer a fuerza de golpes, abusos y maltratos, se realizaba en sólo una década. Todos los sinsabores quedaban atrás para darle paso a un cuento de hadas que ningún productor de Hollywood hubiera imaginado.


Hernán O’Donnell  

(Publicada en Revista Ring Side)