De Rossi debutó con un gol, pero Boca fue eliminado de la Copa Argentina

Todos los focos estaban puestos en él. La mirada de los hinchas propios, de los rivales, de los neutrales, de las cámaras de TV. Todos los ojos sobre él, sobre Daniele De Rossi el famoso futbolista italiano que llegó a Boca y provocó una mini revolución mediática. No es común que un jugador europeo se incorpore al fútbol sudamericano, más aún al argentino, pero De Rossi quiso cumplir su sueño de hincha y se clazó la camiseta de Boca una fría noche de Agosto en el Estadio Único de la Ciudad de La Plata, para jugar con su equipo frente a Almagro por los 32 avos de final.

Y el italiano no defraudó. Jugó un buen partido. Bien posicionado en la cancha, siempre se mostró como receptor para iniciar las salidas, en las que por lo general buscaba a Weigandt por el sector derecho, con pelotazos precisos. Boca era un equipo con ideas, por las subidas de los laterales, por la movilidad de Zárate, la búsqueda de Abila y el correcto manejo de Alexis Mac Allister. Lo empujó a Almagro sobre su arco, en tanto el equipo de Tres de Febrero aceptaba el convite y se replegaba atrás para buscar el contragolpe.

Boca insistió y se llevó el primer grito. Un gran corner ejecutado por Mac Allister fue directo al corazón del área chic, y De Rossi con un preciso cabezazo convirtió el gol a los 28′, para el delirio de su gente y la larga celebración de sus compañeros.

Entonces apareció el mejor Boca. Se sostuvo en la posición dominante del juego, no retrocedió, paró a los centrales en la mitad de la cancha, se abrían ellos, Junior Alonso y Lisandro López para que De Rossi se metiera en el medio y a partir de esa línea de tres Boca se posicionara en la recuperación y salida rápida del equipo.

Y contó con varias situaciones. Un remate de Mac Allister de tiro libre, una jugada individual de Frank Fabbra, cuyo centro pasado Weigandt no pudo conectar.

Lo mismo continuó con el inicio del complemento. Siguió en la búsqueda el equipo de Alfaro. Mauro Zárate tuvo un mano a mano bien controlado por el arquero Limousin.

Almagro, de a poco, empezó a adelantarse en el campo. A buscar más. A ser más directo. Con las proyecciones de Méndez y el “Burrito” Martínez, el Tricolor se las ingenio para emparejar el juego. Y Boca cometió el error de retrasarse, confiarse. El tiempo pasaba y jugaba a favor de Almagro, porque sólo necesitaba un gol para llegar a su objetivo: igualar e ir a penales, con la confianza bien puesta en su arquero Limousin.

Y llegó el gol, nomás. Un pelotazo largo de Diana, el pique de Denis, el cierre que parecía de López, luego de Alonso, el cabezazo pifiado de este y la salida apresurada de Marcos Díaz, derivó en la peolta en el atacante de Almagro, el pase a Juan Manuel Martínez y este que sólo tiene que empujarla para llegar al 1 a 1 a los 81′.

El partido entraba en su agonía y Almagro alcanzaba el equilibrio necesario. Manejó los tiempos y llegó el final.

Y en los penales apareció Christian Limousin. Convirtió Tévez e Igualo Denis. Y luego, el héroe de la noche. Le atajó a Mac Allister y convirtió Wilchez. Limousin volvió a atajar, esta vez a Hurtado. Y convirtió Coscia. 1-3 para Almagro.

Eduardo Salvio tomó carrera, apuntó alto…y el remate se fue arriba del travesaño. Fin de la carrera para Boca, principio del sueño para el Tricolor porteño.

La noche esperada para De Rossi terminó con un héroe impensado. Christian Limousin, lastimado, iluminó la noche para que Almagro continúe con el sueño de la Copa Argentina.


Hernán O’Donnell