Los chicos de Argentina le dan vuelo a la ilusión

Todo empieza en el entrenador. Pablo César Aimar es una figura que empieza a crecer como DT, que comienza una trayectoria importante en el fútbol juvenil, en la etapa de formación. Que ha tenido una carrera fantástica como futbolista y dentro de ella se destacó su participación en los seleccionados juveniles de la Argentina. Y su voz creció con el tiempo, hasta ser un referente, una figura, un espejo para los compañeros de cada equipo que integró. No sólo los jóvenes, también aquellos con cierto desarrollo advirtieron sus cualidades como consejero. lo ha confesado hace muy poco David Luiz, el gran defensor central brasileño que juega en el Arsenal y se había destacado en Chelsea, pero antes de llegar a Inglaterra fue compañero del “Payo” en Benfica de Portugal.

En la palabra de Aimar, en sus consejos y en sus experiencias, empieza este juvenil argentino, que ganó el Sudamericano y logró actuaciones convincentes. Un grupo que se empezó a formar para el torneo Sub 15 que se desarrolló en Mendoza y San Juan en 2017 y dos años después afrontan la Copa del Mundo Sub 17 de la FIFA-Brasil 2019.

“Son chicos que se han hecho amigos”, dijo Aimar a la señal TyC Sports finalizado el Sudamericano de Lima, “que hicieron un buen equipo, juegan bien. Ganaron la final del Sub 15 ante Brasil, en un gran partido. Y después se logró el Sudamericano donde no arrancamos bien, pero después levantamos el nivel y conseguimos la clasificación, que era el objetivo del Sudamericano”.

En esa misma entrevista, Aimar realizó una declaración más que interesante: “Para mí, el fútbol está sobre analizado. A veces es el estado de ánimo el que te permite hacer cosas que no creías que podías hacer. Y a veces, por ejemplo, jugas por no descender y es durísimo, difícil, no te sale nada, la energía se te va para abajo, te trabás, no te salen las cosas. Cuando jugás sin tener nada que perder, te soltás y te salen muchas cosas. Sacás todo lo bueno. Cuando tenés mucho que perder, se te hace mucho más difícil”, analizó sobre la influencia del ánimo y la confianza en el juego.

“Me gusta entrenar jóvenes. Eso lo tengo claro. Me gustaría hacerlo por mucho tiempo, pero no quiero quedar preso de lo que digo en forma pública, porque no se si voy a cambiar de opinión más adelante en el tiempo”.

Considera que hay que tener suerte en la elección de los jugadores, valora las facilidades de trabajo: “Es una ventaja que tiene nuestro fútbol; el predio de Ezeiza es un lugar maravilloso para entrenar, para convocar a 100 chicos y que se trabaje en canchas perfectas y con un predio que tiene todas las condiciones”, dijo el DT.

Sueña con que los chicos puedan jugar en los mejores equipos del mundo y, sobre todo, en el seleccionado mayor. Sueña con un equipo que juegue, que pueda ser vistoso, que sea libre. Sabe que hay candidatos: Brasil es uno de ellos. También España, los países de Africa.

Pero lo más importante es que sueña. Con futbolistas en crecimiento, con ganas de crecer, de aprender. Sueña que lleguen a la mayor. Y que sigan juntos. Sueña Pablo Aimar, sueña el seleccionado juvenil argentino.


Hernán O’Donnell