RB Leipzig amplía su sorpresa de Alemania a Europa

Es la gran revelación de Alemania. Le da pelea palmo a palmo al gran Bayern Münich, el eterno favorito de la Bundesliga. Y ahora también quiere sacudir a Europa. En el torneo de las grandes potencias de fútbol del mundo. Ahí quiere discutir RB Leipzig, el equipo sensación de Julian Nagelsmann.

Al minuto de juego avisó Leipzig con un tiro en el palo de Schick; enseguida apareció Angeliño y a los 2′ fue Lloris quien tapó un remate dentro delárea chica. Había pasado un suspiro del inicio y el visitante ya había tenido dos oportunidades bastante claras; después fue Tottenham quien llegó a través de Bergwijn y Gulacsi tuvo una buena reacción. En 10′ habíamos visto ya llegadas, maniobras elaboradas, ataques voraces, reacciones eficaces de los arqueros y una amonestación para Lo Celso. Un inicio inmejorable.

El dominio de Leipzig se marcaba en su habitual trabajo de dominio de balón, movimientos laterales y llegadas por las bandas. A los 16′ Schick conectó un cabezazo de un corner que se fue muy cerca del palo izquierdo de Lloris. Otro aviso alemán.

El partido tenía un libreto definido. Un equipo tenía la pelota, dominaba y buscaba. Era Leipzig. El otro, Tottenham, se agrupaba, achicaba espacios y buscaba primero contener y después intentar salir rápido de contragolpe. A los 35′ una excelente maniobra visitante derivó en otra situación clara. Laimer se apoyó en Schick, este devolvió al volante quien abrió a la izquierda para la entrada solitaria de Timo Werner pero el balón le quedó un poco atrás y cuando efectuó el remate Lloris sacó muy bien al corner.

Las triangulaciones por izquierda eran una de las armas más importantes de RB Leipzig. Se unían Angeliño, Sabitzer y Werner, y abrían con facilidad ese frente de ataque. Así sumó muchas llegadas y plasmó su dominio el visitante; lo mismo hacía por la otra banda con Klostermann, Laimer y Nkunku. Para Tottenham obtener el balón era complicado y cuando podía cortar, buscaba la velocidad de Lucas Moura. Extrañaba horrores a Harry Kane y a Son, no lograba armar juego, pero no se entregaba y corría todo lo necesario para tapar los baches que Leipzig le creaba.

Era más el visitante pero no lo podía reflejar en el marcador y el primer tiempo se cerró con el 0 a 0.

Tottenham cambió la cara con el inicio del complemento. A los 47′ llegó por derecha, remató Alli y la pelota pasó cerca. Era una señal de cambio del conjunto de José Mourinho.

Pero no variaba sus intenciones la visita. El equipo de Nagelsmann mantenía su postura y su ambición, siempre en la suma de gente para llegar con las mejores posibilidades hasta el arco rival. Y llegó el penal que cometió Davies sobre Laimer que Werner transformó en gol a los 57′. 0-1 y había justicia en Londres.

Mourinho intentó generar más fútbol y decidió el ingreso de Lamela, para que se pueda encontrar con Lo Celso y buscar maniobras de ataque. Pero enfrente había un equipo que no se conformaba con la ventaja parcial y a los 61′ se perdió el segundo tanto tras una gran jugada colectiva y el remate de Schick que tapó el arquero local.

Tottenham revivió con la confianza que le inspiró Giovanni Lo Celso con un terrible tiro libre a los 72′ que Gulacsi sacó con la punta de los dedos y el poste derecho lo ayudó para terminar de sacar la pelota al corner. Se levantaron las tribunas y creció la fe del equipo inglés. Si hasta allí teníamos un partidazo, los quince minutos finales prometían ser para alquilar balcones.

Ya el partido era otra cosa. Más de ida y vuelta, más abierto, hasta podría decirse más equilibrado y parejo. Habían pasado más de setenta minutos de predominio de RB Leipzig, pero ya la parte final se partió el juego y el local buscaba con atrevimiento y audacia, sin temor a asumir riesgos. Y el suspenso ganó la escena.

Leipzig tomó recaudos y realizó variantes necesarias por el enorme desgaste físico. Salieron dos piezas clave como Laimer y Schick, además de Nkunku, para los ingresos de Poulsen, Haidara y Forsberg.

A los 85′ un remate de Lamela se fue muy cerca y la intriga se mantenía en Londres. Los minutos finales se consumían entre ataques compartidos y nadie podía arriesgar como resultaría el capítulo final del encuentro.

Un centro preciso a la cabeza de Lucas Moura pasó muy cerca del travesaño. Iban 86′ de juego y las emociones no se detenían.

Cinco minutos de prórroga y el Tottenham que ya mostraba otra cara. La que insinuó al comienzo del segundo tiempo y la que confirmó en los veinte finales de juego. un equipo que buscaba y asumía riesgos. Que crecía con el talento de Lamela y Lo Celso, con la velocidad de Lucas Moura.

Pero ya era tarde. La aplanadora alemana había pasado por Londres y durante más de una hora sometió al local, lo dominó, lo venció y se va con una buena sensación que tendrá que confirmar cuando se juegue el desquite en su hogar.


Hernán O’Donnell