El Milan logró una victoria con menos luces de las habituales

Con un ritmo menor al habitual de la Serie A italiana. Más tranquilo, pausado, sereno. Pero con la misma autoridad, Milan salió a atacar en Glasgow, ante un Celtic entusiasta que planteó una lucha pesada en la mitad de la cancha con una línea de cinco medios, en los que volcó la salida a través del uruguayo Laxalt, un ex jugador del Milan. Pero esto no incomodó a la escuadra italiana que se basó en la precisión del manejo del balón para adueñarse del control del primer tiempo.

Muchas variantes presentó el equipo de Pioli con respecto al conjunto que juega de titular de modo habitual. Sobre todo en la línea de los creadores ofensivos, pues no contó con Saelemaekers, Calhanoglu, Leao, el propio Bennacer… Pero contaba con Zlatan, quien no sale nunca del equipo. Y la voluntad de Castillejos, Krunic, Brahim Diaz, para que no se sienta la ausencia de los habituales.

Y así llegó la apertura del marcador, a los 13′ con un centro de Castillejos y el cabezazo perfecto de Krunic para marcar el 0-1 para la visita.

El partido ya quedaba a merced del equipo de Pioli. Para manejarlo con serenidad, para abrir la cancha con buena circulación de pleota e invitar al Celtic a que saliera un poco y abirera espacios en esa zona de la media cancha tan poblada.

Cuando apareció el genio de Ibrahimovic, el Milan aumentó. Iban 41′ y Zlatan metió un pase abierto a espaldas del lateral para que aprovechara Theo Hernández, este se fue por izquierda y lanzó el centro para Barhim Díaz, quien enganchó en el área y sacó un tiro cruzado que se transformó en el 0-2 para el Milan.

El equipo escocés salió al segundo tiempo con dos cambios y otra imagen. M. Elyounoussi reemplazó a S. Welsh y R. Christie ingresó en lugar de L. Griffiths; además, el equipo se adelantó unos diez metros en el campo y ya propuso otro tipo de partido. Se animó, fue para adelante y a los 50′ Laxalt sacó un remate que se fue apenas arriba del travesaño de Donnarumma.

Después metió el tercer cambio; a los 63′ T. Rogic entró por S. Brown, para darle más movimiento a su ataque. Y así se hizo protagonista, en tanto el Milan se recostaba en la ventaja conseguida y empezaba a entrar en un letargo parecido a una siesta.

Stéfano Pioli decidió dos cambios para darle una lavada de cara: iban 65′ cuando R. Leão entró por Zlatan Ibrahimovic y el volante I. Bennacer entró en lugar de F. Kessie. Pero la visita perdió más aire aún, porque la salida de su estrella sueca le quitó incluso la cuota de experiencia y manejo de los tiempos del partido. Quedó apretado contra su campo.

Celtic estaba volcado al ataque y realizó dos variantes más: a los 75′ P. Klimala entró por A. Ajeti y G. Taylor lo hizo por el uruguayo D. Laxalt; en ese momento llegó el descuento. Corner desde la izquierda y la entrada libre y limpia de  Elyounoussi para marcar de cabeza el 1-2 a los 75′ de juego.

El partido ganaba en emotividad. Pioli volvió a meter mano en su equipo. A los 78′ A. Saelemaekers entró en lugar de S. Castillejo y el noruego J.P. Hauge reemplazó a Brahim Diaz.

El partido languideció hacia el final. Celtic buscaba, con poco peso y poco fútbol; Milan manejaba el balón y aguardaba que el reloj corriera como un aliado fundamental. Hasta que cuando todo terminaba, a los 90+1′, una buena jugada por derecha de la visita derivó en un pase de Bennacer a Saelemaekers y este, con una asistencia precisa y punzante, dejó sólo a Hauge para que entrar libre por el medio y definiera con categoría ante la salida de Barkas, para marcar el 1 a 3 a favor del Milan.

Así cerró el partido el equipo italiano; con un gol que le dio respiro a un segundo tiempo con poco brillo en el que sostuvo lo hecho en la primera parte. un triunfo que le permite seguir esta cadena de éxitos que mantiene desde que el fútbol decidió enfrentar a la pandemia.

Hernán O’Donnell