PSG logró una sufrida victoria y continúa con su sueño de Champions League

RB Leipzig tiene un estilo definido, una forma de jugar que sostiene desde hace mucho tiempo y que lo llevó a destacarse en el fútbol europeo; tercero en la última Bundesliga, detrás de los gigantes Bayern Münich y Borussia Dortmund, y semifinalista en la última UEFA CHampions League. Allí, tras eliminar al Atlético de Madrid, se ganó la consideración del planeta fútbol y lo vieron aquellos que creen ver todo pero sólo ven a los que desfilan por la pasarela más llamativa. Lo que está en las grandes luminarias, no los que hacen el recorrido.

Ante París Saint Germain tuvo un inicio de partido bueno, con su clásica disposición ofensiva, sus zagueros bien adelantados, hasta que en la primera llegada a fondo, tras un error de Upamecano (un central joven de gran futuro, pero para aquellos que lo “descubrieron” hace un par de meses aún le falta rodaje, saber cuando arriesgar y cuando no, y tener mayor cuidado en la marca, pues la vehemencia a veces lo lleva a cometer infracciones que cuestan penales o tarjetas amarillas o rojas), la perdió Sabitzer y Di María fue derribado cuando entró al área.

El penal lo ejecutó Neymar, y a los 10′ París Saint Germain se adelantó 1 a 0 en el marcador.

La visita salió decidida a remontar el resultado y a los 11′ Sabitzer sacó un buen remate que se desvió y salió al corner; de ese tiro de esquina llegó el cabezazo de Upamecano que Keylor Navas sacó otra vez al corner.

Se armó un partido peleado, disputado. Con pierna fuerte y muchos roces. Allí se prendieron Haidara, Sabitzer, Leandro Paredes, Pereira, herrera y hasta el propio Neymar, que se mezcló en varios entreveros. Picante, como se dice por estas tierras.

RB Leipzig buscaba y PSG amenazaba de contraataque. Tuvo un tiro libre a favor el local y a los 45+1′ Llegó la visita con un centro al corazón del área que recibió Forsberg y su remate se fue apenas arriba del travesaño.

En el segundo tiempo el equipo local se atrasó un poco más en el campo. Intentó cerrar los caminos con la línea de defensores y el trabajo de los tres volantes para abrir espacios grandes y aprovechar la velocidad de Mbappé, Neymar y Di María, y poder meter un contragolpe que definiera el pleito. Pero se encontró con un rival que sostuvo el balón, se acomodó bien a esas circunstancias y no le dio aire para que aprovechara el amplio terreno a espaldas de sus defensores.

Creció Upamecano; empujó desde el fondo con jerarquía, en tanto Angeliño se mostró más activo por la banda izquierda. A los 50′ una buena jugada de Dani Olmo derivó en un pase para Sabitzer y el disparo del austríaco se fue cerca del palo derecho de Navas.

Julian Nagelsmann abrió la ventana de reemplazos a los 62′ cuando W. Orban ingresó por N. Mukiele y J. Kluivert lo hizo por Dani Olmo en el equipo visitante, en tanto en el local Rafinha ingresó en lugar de Angelito Di María.

El partido tomó un curso definido. RB Leipzig dominaba y empujaba, pero le faltaba imaginación para abrir a la defensa local. Tampoco cambiaba el ritmo en tres cuartos, es decir no aceleraba para desequilibrar, entonces Marquinhos, Diallo, Florenzi, se sentían cómodos para clausurar los caminos.

Crecieron los roces, eso sí. El partido, que empieza a tener una rivalidad, se volvió más luchado que en el primer tiempo, más caliente, incluso con algún golpe de más y la tarjeta roja que merodeaba por la noche de París.

El tercer cambio de Nagelsmann fue arriesgado pero a la larga no resultó. Iban 73′ cuando dispuso que el delantero noruego A. Sorloth reemplazara al volante creativo sueco E. Forsberg. Pero no salió bien la disposición; el sueco había hecho un buen partido, en tanto Sorloth lució estático y tuvo poca influencia en el juego.

PSG se aferró al resultado. Tuchel, su entrenador alemán, determinó que la lucha se acentuara en la mitad de la cancha y así dispuso las modificaciones finales. A los 82′ M. Verratti entró por A. Herrera, y se sumó muy rápido a todos los roces y conflictos; a los 89′ P. Sarabia entró por Neymar y M. Kean lo hizo en lugar de K. Mbappe.

Lo mejor del local se vio al final, cuando el tiempo agregado de 6′ le abrió una ventana de respiro y asomó con algunas llegadas. También pasó un sofocón al final, cuando Leipzig metió algunos centros desde la izquierda y el susto merodeó la valla de Navas.

Fue todo. Un partido europeo parecido a un clásico sudamericano. Con varios roces, piernas fuertes y algunas discusiones. Y un ganador que obtuvo la diferencia muy temprano y se aferró a ella con uñas y dientes.

Hernán O’Donnell