Granada sueña con las Copas y a Valencia lo acechan los fantasmas

La fecha 16 de la Liga de España se juega en los días previos al fin de año. Y si bien no definen posiciones ni tampoco establecen un rumbo definitivo, marcan alguna tendencia y cierra el año con el balance acorde a los resultados que obtuvo cada equipo.

En Granada, el local se midió con Valencia, en un duelo entretenido y cambiante, con varios expulsados y con el marcador definido sobre el final del juego. Y lo que es más importante, con la lectura que cada uno de los equipos sacó del juego. para granada, un paso más en afirmarse en el sueño de ingresar a alguna de las Copas. La más cercana sería la nueva UEFA Europa Conference League, en español la Liga Europa Conferencia de la UEFA; si los resultados y el futuro ayuda, porque no soñar con un paso más adelante, la UEFA Europa League…La célebre Champions suena a utopía.

Valencia quedó envuelto en sus dudas y en el fantasma del descenso que lo empieza a acechar.

Fue un primer tiempo entretenido, en el que el equipo visitante se ordenó a partir de un sólido esquema de dos líneas de cuatro y dos hombres para el ataque. Tuvo el gol en los pies de Gameiro. La jugada fue a los 35′, cuando se fue por izquierda  Denis Cheryshev, levantó la cabeza cuando llegó al fondo y sacó un centro pasado para la entrada libre de Kevin Gameiro quien conectó bien y marcó el 0-1 para Valencia.

Allí se sintió cómodo el equipo visitante, y manejó varios contragolpes para lastimar, pero no pudo ampliar el resultado.

Sin embargo, Granada había hecho lo suyo y sobre el cierre de la etapa consiguió el empate; fue tras un tiro libre del brasileño Kenedy, quien remató al arco, una pierna desvió el balón y descolocó al arquero Doménech. El partido quedaba 1 a 1 cuando se jugaban 45+3′.

En el complemento el local se adelantó en el campo y comenzó a tener el dominio. Y en poco tiempo se encontró con una ventaja apreciable, porque a los 69′ se fue expulsado Jason por doble amarilla y a los 72′ vio la roja el portugués Guedes. Valencia se veía disminuído en el momento en que se empezaba a definir el partido.

Pero no terminaban allí las salidas, porque a los 75′ se tuvo que marchar antes el defensor local Domingos Duarte tras una zancadilla sin pelota. Una infracción violenta que cortó un contragolpe de Valencia; expulsión irreprochable.

Con un hombre más, Granada intentó llevarse el premio mayor. Y lo encontró a poco del final.

Un centro desde la derecha y jorge Molina cabeceó libre para cruzar el balón al costado izquierdo y marcar el 2-1 cuando ya estábamos en los 87′ de juego.

Fue un partido entretenido, con algunas brusquedades, varios hombres expulsados y un balance que los deja con el mismo sabor que tenían antes de comenzar el cotejo: Granada sueña con las Copas, Valencia se hunde envuelto en los fantasmas del descenso.

Hernán O’Donnell

Independiente volvió a sentir el sabor de la victoria

Los resultados del domingo no le dejaban alternativa a Argentinos Juniors. Boca y River habían ganado sus respectivos partidos y entonces los dos se alejaban en la punta de la tabla de posiciones de la Zona Campeonato “A”; se afirmaban con 7 puntos, a 3 del equipo de Dabove. Por eso para el “Bicho colorado” no había mucho margen en su partido frente a Independiente. Ganar, para mantener vivo el sueño de jugar la final por la Copa “Diego Armando Maradona”.

Para el “Rojo” de Avellaneda, el partido era una hermosa oportunidad para reencontrarse con el triunfo y volver a sentir las mieles de la victoria. Dos derrotas consecutivas, ante Huracán y Boca, lo dejaron casi sin chances de jugar la final.

Argentinos Juniors salió decidido, como siempre. Fiel a su estilo, el conjunto de Dabove sacó del medio, cedió a Quintana y este largó un pelotazo fuerte para Coronel. Era el habitual mensaje de Argentinos. Que tuvo una buena jugada a los 6’ cuando Coronel habilitó a Hauche, lo cruzó Franco y todos reclamaron penal. De lejos, nos pareció que fue. Echenique, bien ubicado, dijo que no.
Independiente respondió a los 8’ con un centro de la derecha y Silvio Romero apareció para sacar un cabezazo que se fue alto.

De a poco, el Rojo de Avellaneda, esta vez vestido de azul, empezó a acomodarse en el partido. Creció mucho Lucas Romero en la mitad de la cancha. Roa se hizo cargo de la creación. Velasco empezó a amacarse por izquierda y a imponer su habilidad. Y el equipo de Pusineri mejoró.
A los 16’ Lucas Romero robó un balón en su campo, abrió bien a la izquierda a Velasco, quien controló con categoría y armó una buena pared con Roa. Su remate final fue sacado al córner por Cháves.

Tanto fue el cántaro a la fuente, que a los 23’ el Rojo abrió el marcador. Roa robó una pelota por derecha, habilitó a Menendez y este sacó un tiro cruzado para sellar al 0-1.
Independiente justificaba la ventaja, había tenido un lapso de quince minutos muy buenos.
Reaccionó el local al final del primer tiempo,, y a los 39’ Eduarda LÓPEZ quiso resolver por emboquillada, pero Sebastián Sosa le adivinó la intención.

En el primer tiempo, además, hubo un par de lesionados por equipos. A los 32′ debió salir Nicolás Silva en Argentinos Juniors y lo reemplazó Colman. En la visita, a los 38′ se lastimó el volante Benavídez y fue reemplazado por Lucas González.

En el segundo tiempo Argentinos intentó meter a Independiente en su campo; trató de empujar con una estrategia más ofensiva y una táctica de 4-3-3; la línea de los defensores, tres en el medio con Ibarra, vera y Colman, y adelante Edwar López, Coronel y Hauche. Además subían los laterales, por lo cual la presión era más que interesante, pero el “Rojo” se ordenó bien en su campo y no pasó sobresaltos en los primeros minutos. A los 60′ Barreto debió ingresar por el lesionado Alan Franco.

Recién a los 63′ tuvo López una situación con un remate de media vuelta que se fue arriba del travesaño. A los 65′, Sosa entrò por Edwar López.

Después tuvo otra clara; fue tras un rebote en Echenique, el balón debió ser ejecutado por López en situación de ataque, dejó el bote a tierra y habilitó a Coronel, quien en posición de centrodelantero giró y sacó un tiro que pegó en la base del poste izquierdo de Sebastián Sosa, cuando se jugaban 68′ del partido.

Pero Independiente iba a volver a lastimar, y a los 71′ metió un estiletazo que definió el partido. Velasco aprovecho una entrada franca por izquierda y sacó un disparo que Cháves no pudo contener y el balón marcó el 0-2 para la visita.

Argentinos intentó achicar la distancia con un tiro libre de Fausto Vera que pasó muy cerca a los 73′. Y después, el show de los cambios.

A los 79′ J. Pucheta entró por F. Vera en el local, en tanto en el equipo de Lucas Pusineri hubo tres variantes: N. Messiniti ingresó en lugar de Silvio Romero, Alan Soñora ingresó por J. Menendez y F. Martinez reemplazó a Velasco.

No hubo más posibilidades. Argentinos fue con amor propio y vergüenza deportiva. Chocó contra un rival ordenado, que supo aprovechar su momento en el partido para abrir la distancia y luego ampliarla. Sin sobrarle nada, Independiente volvió a sentir el sabor de la victoria.

Hernán O’Donnell

Atlanta falló el tiro del final y debió conformarse con el empate

Pasó la nochebuena, pasó la Navidad, como el viejo canto de la tribuna, pero el fútbol argentino no se detiene. En un año atípico, con una larga interrupción allá por fines del mes de marzo y un regreso tras más de seis meses de receso, la pelota se encendió de nuevo y el fútbol continúa en todas sus categorías. Casi sin detenciones, en “entre fiestas”, la pelota rueda y la Primera Nacional empieza a ingresar en la etapa de clasificaciones para la definición de los dos ascensos de categoría.

Atlanta y Temperley llegaron al compromiso del Domingo 27 de Diciembre de 2020 con un estado de situación parecido. Cuatro puntos en cuatro partidos, producto de un encuentro ganado, otro empatado y dos perdidos. Entonces, no había mucho margen de acción para ambos. Era salir a ganar sí o sí. Otra alternativa los dejaría muy relegados para la lucha por el primer puesto de la Zona Campeonato “A” por la gran final y el primer ascenso. La cuestión este domingo era ganar y soñar con llegar a la primera final.

La tarde de sol y calurosa invitaba a ver fútbol en este fin de año. Aunque la alta temperatura podía conspirar contra el ritmo y la velocidad del juego. Pero había que arriesgarse.
Temperley salió a jugar con decisión. Con una línea de cuatro adelantada, tres volantes en los que se destacaban Contreras y Marchioni por los costados y tres hombres de punta muy “picantes”. Baldunciel, Federico Vietto y Cólzera. A los 4’ apretó este último la salida de Rago y su rebote hizo preocupar al arco local. A los 8’ probó Vietto desde lejos u de emboquillada pudo haber sido un golazo, pero el balón se fue apenas arriba del travesaño.
Atlanta apareció a los 20’ con un córner desde la derecha y el cabezazo de Tecillia que se fue por un costado. Hasta que llegaron las emociones.

Iban 29’ cuando el local trazó una buena jugada colectiva, de derecha a izquierda, el centro que sobró a Valdez Chamorro y la aparición del lateral Ramiro Fernández quien sacó un remate fuerte, Papaleo no pudo amortiguarla y Demartini se la llevó por delante para convertir en contra de su propio arco. Atlanta quedaba adelante 1-0.

Reaccionó la visita. Adelantó sus líneas y fue en búsqueda de la igualdad. A los 33’ avisó Marchioni con un tiro bajo y fuerte que contuvo Rago. Era un aviso.
Y a los 36’ Vietto armó una buena maniobra individual por derecha, enganchó hacia adentro, hizo pasar de largo a un pa de defensores y disparó cruzado para marcar el 1-1. Era un cierre Justo para un primer tiempo que se había dividido en el dominio.

En el segundo tiempo el partido se hizo más equilibrado. La lucha se ubicó en el c entro del campo y a los dos equipos les costó prevalecer. Con el correr de los minutos el conjunto de Walter Perazzo empezó a retrasarse; tal vez porque se sentía más cómodo de contraataque, o tal vez porque avizoraba que la igualdad podía servirle.

Al promediar la segunda parte, Atlanta comenzó a ejercer su prevalencia. A los 65′ tuvo una situación clara cuando Milton Giménez cabeceó al arco libre y Mulazzi la sacó, también de cabeza, sobre la línea de meta.

Después llegaron los cambios y la dinámica del juego fue otra. Temperley modificó su delantera; a los 66′ N. Muscio entró por L. Baldunciel, E. Ellacopulos ingresó por Colzera y A.D.A. Espinoza reemplazó a Federico Vietto. Perazzo decidió reemplazar a sus tres hombres de ataque. Enseguida vinieron dos variantes en Atlanta. A los 71′ Luis López reemplazó a J. Ochoa y F. Presedo a Ramiro Fernandez; y a los 75′ hubo dos variantes más en el local: Previtali reemplazó a Bolivar y Frabricio Pedrozo entró por Julián Marcioni; todos debían acomodarse a un partido que buscaba su destino. 

Temperley tuvo una oportunidad muy clara a los 77′ con un tiro libre de Ellacopulos que entre Rago y el travesaño se encargaron de evitar la caída de la valla local. Y después, todas las situaciones fueron para los “Bohemios”.

Axel Ochoa entró por Valdez Chamorro a los 81′; fue la última variante de Atlanta que sumó varias chances al final. A los 84′ lo tuvo Luis López tras recibir un centro de la derecha, pero su cabezazo se fue apenas alto. A los 90′ lo volvió a tener y otra vez cabeceó apenas arriba del horizontal. A los 90+2′ Tecillia salió desde el fondo, se desprendió al ataque, recibió de Previtali y entró al área por derecha, para sacar un tiro rasante que el arquero visitante pudo atajar bien abajo. Y a los 90+4′ todo el local reclamó una mano de Leys tras un remate que se desvió en su cuerpo y el arquero Joaquín Papaleo la desvió con mucho esfuerzo.

Fue el final. Atlanta se quedó envuelto en reclamos y en el sinsabor de haber desperdiciado varias ocasiones sobre el final del partido que lo privaron de una victoria necesaria para mantener el sueño de volver a Primera.

Hernán O’Donnell

Después de semanas de sufrimiento, Arsenal tuvo su Nochebuena

El equipo de Arteta arrastraba una larga serie de resultados desafortunados, actuaciones erráticas y una caída en la tabla de posiciones significativa. Fueron muchos los partidos con derrotas acumuladas que lo llevaron a angustiarse más con el descenso de categoría que con la ilusión de clasificarse a una Copa Internacional. Arsenal era un cúmulo de errores en los últimos meses y el choque ante Chelsea prometía ser riesgoso, complicado y de difícil pronóstico.

Sin embargo, tras varias jornadas de frustraciones, Arsenal encontró su Nochebuena en el célebre y tradicional “boxing day”. Jugó un muy buen partido en su casa y gritó un triunfo que asoma esperanzador: el equipo jugó de bien a muy bien y halló razones para ver el próximo año con otra óptica.

El primer tiempo comenzó parejo, con un Chelsea que buscaba de modo permanente a Timo Werner para encarar las jugadas de ataque, y luego este debía asociarse con Tammy Abraham. Pero el conjunto de Ffank Lampard falló en esa resolución final, y Werner no siempre eligió la mejor opción en las maniobras de ataque, en tanto Abraham se vio desabastecido.

El local creció mucho en los últimos veinte minutos de la primera parte; con las subidas permanentes de Bellerin, las proyecciones del escocés Tierney por el sector izquierdo, la movilidad de Elneny para patrullar la mitad de la cancha y la tarea destacada de sus hombres de ofensiva. Fue muy bueno el trabajo en ese lapso de Saka, Smith-Rowe, Martinelli y Lacazette. Elaboraron buenas maniobras colectivas, abrieron bien la cancha, desbordaron a la visita y llegaron con peligro. Fueron unos veinte minutos de dominio sostenido y buen juego del equipo local.

Así llegó la apertura del marcador; se fue Tierney por izquierda, gambeteó al lateral Reece James y cuando entró al área y se iba al arco, James lo tocó de atrás y le cometió penal. La ejecución quedó a cargo del tranquilo Lacazette, quien lo ejecutó con frialdad y marcó el 1 a 0 a los 34′ del partido.

Ahí se acentuó la supremacía del Arsenal. Se plantó en el campo visitante, apretó al rival y buscó herirlo con el movimiento pendular del balón. De una falta innecesaria de Kanté llegó el tiro libre de Xhaka, quien clavó un hermoso zurdazo al ángulo superior izquierdo de Mendy, quien no pudo impedir que el balón ingresara en su valla a los 44′ y el marcador quedara en 2-0 para el local.

Lampard decidió dos modificaciones en el entretiempo para comenzar el segundo tiempo e intentar revertir el marcador. Entraron Jorginho por M. Kovacic y C. Hudson-Odoi en lugar de Timo Werner. Chelsea necesitaba refrescar el juego y las ideas; también la zona de gestación.

Se animó un poco más la visita, pero chocó contra el orden defensivo del equipo de Arteta. Además, el Arsenal empezó a hallar espacios y en una excelente definición individual Saka marcó un golazo de emboquillada a los 56′, con lo que dejó el partido 3 a 0. Un golpe casi de kock out, aunque faltaba mucho para terminar el partido.

El entrenador español empezó a mover el banco para darle más aire a su formación, por eso a los 64′ J. Willock entró por el joven E. Smith-Rowe, de buen partido. Y enseguida tuvo un contragolpe ofensivo que Martinelli no pudo concretar; sacó un excelente disparo, pero Mendy respondió muy bien. Era más Arsenal de contra que Chelsea con el balón y el dominio territorial.

a los 70′ Nicolas Pepe entró por el brasileño Martinelli, en tanto a los 73′ Kai Havertz reemplazó a Kanté. Una decisión arriesgada y saludable del DT visitante, pues ponía más hombres de ataque en desmedro de jugadores de marca y equilibrio. Creció Pulisic, quien no había aparecido en la primera etapa y Chelsea volcó el juego hacia el arco de Leno. Arsenal lucía ordenado y estaba bien preparado para lanzar contragolpes con peligro.

Iban 82′ cuando estuvo cerca de ampliar el marcador. Mendy se equivocó en una salida y le dejó el balón a Lacazette, pero el remate combado del delantero francés fue resuelto por su compatriota con una tremenda volada y un manotazo al corner; Mendy solucionaba su primer error.

Cuando todo parecía concluir y ya caminábamos en el epílogo de la noche londinense, un centro desde la derecha de la visita fue aprovechado por Abraham y con el pecho logró marcar el descuento. Iban 85′ y Chelsea achicaba la diferencia a 3-1, con lo cual el partido entraba en un terreno de emociones e intrigas que se profundizaron unos minutos después tras una falta en el área de Pablo Marí y el penal para la visita que le daba una gran esperanza. Pero Jorginho tuvo un remate anunciado y Bernd Leno una respuesta acertada: voló hacia su izquierda y desvió el remate. El partido seguiá 3-1 a los 90′ de juego.

Solo quedaba el tiempo extra, pero las cartas ya estaban echadas. Arsenal tuvo una gran noche, con un gran trabajo colectivo y varias individualidades que le permitieron vencer a Chelsea y salir de la oscuridad. Tras varias semanas de sufrimiento, Arsenal tuvo su Nochebuena.

Hernán O’Donnell

Volvió la Copa Argentina con su fútbol por todo el país

Casi sobre el cierre del año, cuando ya este 2020 tan complicado empieza a dar sus últimas luces, y cuando parecía que no habría tiempo, la querida Copa Argentina retomó sus encuentros y con la presentación de Newell’s Old Boys de Rosario y Peñarol de San Juan, en el Estadio Municipal de San Nicolás de los Arroyos, se puso en marcha la edición que va a tener un largo ciclo en 2021 y pondrá un cupo para la Copa Libertadores de Amèrica del año 2022.

Y con un pleno sol de diciembre, armaron un primer tiempo entretenido. Con mayor dominio de Newell’s, lógico, a partir del trabajo del medio campo, con Fórmica y Pablo Pérez como ejes del juego y Sebastián Palacios por el frente de ataque.
El equipo de San Juan intentó en esos minutos pelear el partido en el centro del campo, sostenido en la habilidad de Michel García y el sacrificio de todos, hasta que a los 39’ llegó el gol de Palacios, tras una atropellada luego del pelotazo de Pérez y el centro de Cacciabue, para poner el 1-0 para el conjunto rosarino.

Allí se tranquilizó Newell’s y empezó a manejar el partido de contragolpe. Dejó venir al conjunto sanjuanino y se plantó firme en el medio, para cerrar la etapa con un par de contragolpes peligrosos.

Peñarol sabía que el partido le iba a exigir más en el complemento. Newell’s habìa sido ofensivo con las trepadas de Gabrielli, el andar de Juilán Fernández y la experiencia de Pablo Pérez. Para el equipo de cuyo, había un desafío por delante.

En el complemento se animó un poco más Peñarol. Trató de llevar el partido al centro del campo, y ahí discutirle la posesión del balón para armar después las jugadas de ataque.

Por eso el equipo sanjuanino puso una enorme voluntad, pero no le alcanzó para preocupar a Newell’s, por lo menos para ponerlo en aprietos. Buscó ser un equipo fresco, aunque no contó con demasiadas chances ante el arco rosarino. Y al final sintió la diferencia de categoría, pues los últimos minutos fueron más del equipo de Kudelka que encontró la distancia exacta a los 90+1′ con el gol de Cabrera que selló el 2 a 0 final.

Era el resultado que mejor le quedaba al encuentro, más allá de la voluntad sanjuanina y la tarde tranquila de los rosarinos, que solo aceleraron para asegurar el resultado, ya con el ingreso de Maxi Rodríguez, su principal figura, en el complemento.

El balance fue positivo para los dos; para la “lepra” porque ganó y avanzó de fase; en tanto para Peñarol queda la experiencia de medirse ante un equipo de la Liga Profesional, de tener un roce importante con jugadores de primera categoría que cuentan con una trayectoria destacada, algunos de ellos mundialistas como Maxi, o campeones de Amèrica como Santiago Gentiletti.

La Copa Argentina volvió a brillar una tarde calurosa de Diciembre. En una hermosa San Nicolás, con todo el color del fútbol federal, aunque aún las tribunas no puedan recibir al público y falte,e ntonces, la imagen y el sonido que decoran nuestros escenarios.

Pero regresó el torneo más federal, una hermosa manera de saludar este año que empieza a apagar sus luces y a darle paso a una esperanza de un futuro mejor.

Hernán O’Donnell

Fiorentina fue inteligente y dio el gran golpe en Turín

La Juventus no para de sufrir embates y golpes. Una semana complicada, con noticias que no fueron de las mejores y con golpes en el campo de juego que lo empujan en la tabla de posiciones. Primero, la justicia deportiva determinó que el partido frente a Nápoli debe jugarse, por lo que los puntos que le habían dado en el escritorio, los debe tratar de ganar en la cancha. luego, porque Fiorentina fue a buscar el partido en Turín y le propinó una derrota dura, abultada, de esas que dejan secuelas.

Fue inteligente el equipo de Césare Prandelli. Planteó un partido cerrado, pero con mucha disposición a atacarlo de contragolpe; con una línea de tres defensores, cinco volantes bien apretados y Ribery más adelantado, cerca de Vlahovic. Lo dejó venir al local y lo lastimó de contraataque.

Apenas iban 2′ de juego cuando partió el pelotazo a Vlahovic, el delantero se fue muy rápido, ganó en velocidad y ante la salida de Szczesny definió con un toque suave, por encima de la humanidad del polaco y abrió el marcador. 0-1 para la visita.

Juventus entendió que había que atacar. Aún cuando se abrieran espacios a sus espaldas y el partido pudiera tornarse peligroso. pero se recostó en la habilidad de Cristiano Ronaldo, la velocidad de Chiesa, el apoyo de McKennie y Ramsey, y lo fue a buscar. pero la expulsión de Cuadrado a los 17′ le cambió los planes y le abrió un inconveniente más a su juego. Danilo ingresó por Ramsey a los 19′ para rearmar la línea de defensa y perdió así peso en la mitad de la cancha. Fiorentina se empezó a sentir cómodo con el contragolpe.

Entonces llegó la mejor jugada colectiva de la visita en la primera etapa a los 25′ de juego, cuando se proyectó el lateral uruguayo Martín Cáceres, abrió para Vlaero, este cedió a Vlahovic, quien enganchó y abrió a la derecha, Ribery amagó, la dejó pasar, Cáceres volvió a cruzar el balón y al final remató Castrovilli, pero Szczsesny logró desviarla al corner con un manotazo bajo junto a su palo derecho. Una situación clarísima que no pudo ser aprovechada.

La Juve apareció por sus individualidades; sobre todo, por Ronaldo. El portugués realizó las mejores y más peligrosas acciones de su equipo. A los 31′ amagó por la izquierda, se metió en el área, gambeteó a dos adversarios y sacó un disparo que se fue muy cerca del palo derecho de Dragowski.

Más tarde, a los 36′, enganchó desde la izquierda hacia adentro, se sacó a un hombre de encima y disparó con fuerza al arco rival, en tanto Dragowski pudo desviar su tiro.

Para el inicio del segundo tiempo, Andrea Pirlo, DT del local, decidió que Bernardeschi reemplazara a un inexpresivo Morata. Juventus buscó atacar por las bandas y se fue a las barbas del visitante en su afán de igualar.

Empujó Juventus, pero no encontró grietas para perforar la retaguardia visitante. Y llegaron los cambios para intentar modificar el curso del juego. A los 51′ Pulgar entró por Borja Valero, quien estaba amonestado y caminaba por la cornisa de la expulsión. A los 62′ el chileno sacó un tiro desde afuera que fue otro aviso de la Fiorentina. Enseguida, Pirlo se jugó una carta brava: dispuso que a los 72′ el grandote delantero D. Kulusevski reemplazara al volante McKennie. Pero no iba a tener mayor peso, pues el local no encontraba una línea de juego. A los 74′ C. Kouame reemplazó a D. Vlahovic en la Fiorentina; y pronto llegaría otro golpe.

Esta vez, la jugada vino desde la izquierda, un pelotazo largo y cruzado al área, Bonucci que erró el despeje y Alex Sandro se llevó por delante la pelota para meterla dentro de su valla y dejar el marcador en 0-2 para la Fiorentina a los 75′. Juventus no hallaba respuestas en su ataque y fallaba también en defensa.

Ahí vino el declive del local, que no pudo reaccionar. Encima tuvo que soportar otro golpe; a los 80′ Ribery habilitó por izquierda a Biraghi, este fue al fondo, sacó el centro al área chica y por ahí apareció libre Cáceres para sellar el 0-3.

Prandelli cerró el partido con las dos últimas variantes; a los 81′ G. Bonaventura entró por el francés Ribery, de gran partido y L. Venuti ingresó en lugar de C. Biraghi, de enorme segundo tiempo. Sólo quedó para la estadística el cambio de Frabotta por el holandés de Ligt, quien salió lesionado a los 87′.

Juventus fue sólo la categoría de Ronaldo. Fiorentina fue sagaz, inteligente y ambicioso, dio el golpe en Turín y empezó a ahuyentar a los fantasmas del descenso.

Hernán O’Donnell

Instituto se llevó un partidazo porque fue un poco más que Santamarina

El equipo de Fernando “Teté” Quiroz salió decidido, punzante, con el eje de ataque fundado en la velocidad de Gustavo Villarruel, Mateo Bajamich, la tremenda habilidad de Damián Arce y la movilidad de Martín Pino en ataque. Con esas cartas salió a llevarse por delante a Santamarina, y a los pocos minutos sacó una ventaja, cuando Arce disparó desde afuera y marcó el 1 a 0 a los 6′ de juego.

Santamarina sentía los efectos del ataque local, y no encontraba soluciones. El ex volante de Racing, Mariano González, a pesar de toda su experiencia, no lograba hacer pie, los delanteros lucían desconectados, Depietri no hallaba socios para su aventura y “Pucho” Barsottini debía multiplicarse para detener los ataques del local. A los 13′ lo volvió a tener Arce, pero el vuelo de Tomás Casas impidió que facturara en la red.

El conjunto de Tandil empezó a animarse después de los veinte minutos iniciales y de a poco sumó llegadas. A los 26′ tuvo la más clara, con un remate fuerte de Arregui que Carranza logró despejar por arriba del travesaño con un notable esfuerzo.

Pero era “La Gloria” el equipo que tenía el control de las acciones; porque era temible cuando atacaba y muy peligroso cuando retrocedía y aprovechaba espacios para meter los contragolpes. A los 30′ el arquero Carranza sacó un pelotazo largo, Villarruel fue al pique, la llevó bien y despachó un centro al área chica al que Arce no pudo llegar a conectar por muy poco; pero tomó el balón sobre un costado del área visitante, tocó atrás para Bajamich y el remate de este se fue muy cerca.

Aunque había más. La llegada más clara del local fue a los 38′, cuando Martín Pino hizo una excelente maniobra individual, entró libre al área, gambeteó la salida del arquero visitante y demoró el remate al arco vacío hasta que Lautaro Arregui salvó el disparo local.

Instituto se fue al descanso con un apretado 1-0, que debió ser más pero pecó en su falta de definición y no pudo ampliar la brecha.

Y si el primer tiempo había sido entretenido, el segundo fue aún mejor. Un partidazo que tomó temperatura desde el inicio del complemento, porque Instituto salió convencido que lo mejor era atacar para ampliar el resultado; y Santamarina se animó a pelearle el control del juego y a a tacarlo cuando conseguía el balón.

A los 51′ Damián Arce metió un golazo de tiro libre, con un remate al ángulo superior derecho de Casas y amplió el marcador a 2-0 para el local; sin embargo, enseguida llegaría el descuento de la visita, tras un tiro de esquina desde la izquierda, el cabezazo de Kabalin, el rebote en el travesaño y Depietri que convirtió con un furibundo disparo, a los 52′, para poner el score 2-1. Pablo Ricchetti, entrenador visitante, movió el banco con la primera variante; a los 54′ G. Santillan reemplazó a G. Iturra.

Y el fuego de las emociones iba a crecer todavía más. A los 55′ Leonardo Ferreyra desbordó por la derecha, sacó un centro al área chica y Gustavo Villarruel marcó el 3 a 1 con un remate certero.

Pero no estaba todo dicho; sacó del medio el equipo de Tandil, armó una jugada por la derecha, Mariano González se metió en el corredor del volante derecho y con un tiro cruzado achicó la diferencia; el partido quedaba 3-2 a los 56′ de juego.

El juego ya era vibrante e impredecible; Instituto se lamentaba todo lo que había fallado en el primer tiempo y Santamarina asumía riesgos que en el inicio no había tomado. Y los cambios, para darle aire a mentes y piernas cansadas. A los 59′ M. Freites entró por Gustavo Villarruel en el primer cambio local; después llegó el segundo, a los 68′ cuando G. Castillejos reemplazó a Martín Pino, mientras que en el conjunto de Tandil, A. Sufi entró por M. Michel y A. Jara lo hizo por Osvaldo Barsottini.

Se repartían ataques y posibilidades, aunque con el correr de las agujas del reloj “La Gloria” comenzó a refugiarse en su territorio mientras Santamarina se soltaba cada vez más en búsqueda de la igualdad. Así, propuso los últimos cambios, a los 80′, cuando N. Valerio entró por Mariano Gonzalez y S.A. Sayago reemplazó a F. Leiva.

A los 83′ tuvo una buena jugada colectiva, pero Matías Donato cayó en off side cuando faltaba la puntada final. A los 86′ Agustín Sufi tuvo una buena aparición, pero Carranza intervino con seguridad. Y a los 88′ un cabezazo de Kabalin fue sacado por el arquero local al corner en una brillante intervención. Santamarina dejaba jirones de vergüenza deportiva para lograr la igualdad.

Pero Instituto había sido un poco más y dejó esa imagen con la última jugada de peligro, cuando a los 90+1′ Rodrigo Garro, que había entrado un momento antes por Bajamich, quedó solo ante Casas y no pudo definir. El arquero lo tapó bien.

Fue la síntesis de un partidazo, que creció con el correr de los minutos y premió al local, que fue un poco más en el balance general.

Hernán O’Donnell

A los seis segundos Milan se abrazó a una victoria dura, sacrificada y merecida

Díaz se la pasó a Calhanoglu, este arrancó por el medio, se metió cerca del área, puso el pase filtrado para Leao y el portugués sacó un remate fuerte que doblegó a Consigli y a los 6″ de juego abrió el marcador, en lo que fue el gol más rápido de la historia del Milan, de la Serie A italiana y hasta, dicen, de las Ligas europeas.

Como decimos en la Argentina, el “Rossonero” comenzó a ganar el partido desde el vestuario. Un hermoso gol con sólo seis segundos de juego, un Sassuolo aturdido en el comienzo que pudo haber sufrido un segundo cachetazo cuando a los 8′ Saelemaekers habilitó a Leao por derecha, el portugués llegó al fondo, se cerró un poco y puso el pase cruzado a Calghanoglu quien sacó un potente remate que terminó en la red, pero el VAR no convalidó la acción por un off side de Laeo cuando nacía la jugada.

El Milan era una catarata de ataques y Sassuolo no podía detener los avances ni prosperar en ataque. recién a los 22′ Berardi sacó un tiro bajo que controló Donnarumma, en la primera llegada del local. Pero la esperanza iba a durar poco tiempo, porque a los 25′ Saelemaekers marcó el 0-2 para la visita, tras una gran corrida con pelota de Theo Hernández por toda la banda izquierda y la posterior cesión al medio al belga.

Milan ampliaba el dominio y la ventaja, sostenido en la conducción de Calhanoglu y la movilidad permanente de Leao. El local era Berardi en su participación permanente y Defrel, quien sacó un buen remate a los 38′ que se fue apenas arriba del travesaño de Donnarumma.

En el complemento Tonali debió dejar su lugar, lesionado, y fue reemplazado por Krunic, en tanto en Sassuolo, F. Caputo ingresó en lugar de G. Defrel y G. Kyriakopoulos reemplazó a Rogerio; el local necesitaba acelerar los tiempos, profundizar sus buenas intenciones. Agregarle una dosis de  pimienta a su habitual juego atildado. Y tuvo una chance a los 52′ cuando Traoré sacó un buen tiro que Donnarumma pudo detener. A los 56′ dispuso otra cambio: Boga por Djuricic, en tanto en el Milan, Pioli determinó que Hauge entrara por Barhim Díaz. Y a los 60′ Muldur entró por Toljan en el local. Todos los cambios produjeron las lógicas demoras en la adaptación, aunque el partido ya había tomado un rumbo bastante definido con el local al ataque y el Milan que apostaba a la contra.

Así llegó un aviso de la visita; a los 71′ un contragolpe tremendo de Theo Hernández derivó en un pase a Leao, el balón le quedó a Saelemaekers y este tiró bastante arriba del travesaño.

Después avisó el Sassuolo; un remate fuerte y potente de Bourabia fue desviado por Donnarumma con un vuelo fenomenal. Iban 75′ y el partido estaba encendido. A los 78′ Castillejo ingresó en reemplazo de Saelemaekers; a los 83′ lo volvió a tener el local, cuando tras un buen pase de Berardi, Traore sacó un tiro alto, desde una posición bastante factible para convertir. Era mucha la presión de Sassuolo y Milan pasaba aprietos. A los 85′ entró Obiang por Traore en el local y en la visita Maldini (nieto) por Calhanoglu.

Todo parecía posible. Más cuando a los 88′ Berardi ejecutó un tiro libre que pegó en la cabeza de Hauge, descolocó a Donnarumma y Sassuolo halló el descuento: 1-2 y varios minutos por jugarse.

El Milan entendió que debía defender la victoria en campo rival y decidió adelantarse; salió del refugio, puso hombres en ataque y trató de volcar el juego hacia el área local. Sassuolo avanzó con sus zagueros, Santos y Ferrari que fueron a buscar el cabezazo salvador, pero no llegó la oportunidad.

Milan se abrazó a la victoria desde los seis segundos, jugó un buen primer tiempo y en el segundo trató de manejarlo de contragolpe. Todo sirvió para ganar y mantener la punta en un año excepcional.

Hernán O’Donnell

Argentinos tuvo decisión y se ganó el derecho a soñar con la final

La Copa Maradona de la Liga Profesional de Fútbol empezó sus jornadas decisivas. Se abrió la segunda fecha de las zonas “Campeonato”, y por el grupo “A”, Arsenal recibió a Argentinos Juniors en el Estadio “Julio Humberto Grondona”, en una noche cálida de Diciembre, cerca de las fiestas de fin de año y con la promesa de buen fútbol. Y con la “obligación” de ambos de buscar los tres puntos, para darle sustento al sueño de la clasificación al partido final.

Por eso aguardábamos un partido interesante; por la ambición de ambos. Dos conjuntos que están muy bien trabajados, preparados, que saben lo que quieren dentro del campo y que están convencidos de lo que tienen que hacer. Y ese es un ítem muy importante. La convicción. Para un equipo, para cada jugador de manera individual. Estar convencido es la primera premisa para salir al campo de juego.

Argentinos saliò decidido. Con Hauche como centro atacante, picante y potente. Edwar Lòpez por derecha y Nicolás Silva por izquierda, este último muy movedizo y hábil para desequilibrar.

A los 2′ tuvo la primera llegada con hache, a los 4′ volviò a avisar. Arsenal no podía sostener los ataques de la visita, le costaba ordenarse y se veía sorprendido. Recién a los 11′ llegó con un ataque de Albertengo, pero Argentinos era más.

Era más en cuanto a la capacidad de daño. Se lo veía más fuerte, más incisivo. Dominaba el medio porque Vera, Moyano e Ibarra lograban imponerse a la lucha solitaria de Méndez. Antilef y Soraire no podían acompañar al volante central y entonces la visita prevalecía en el centro del campo. Para colmo se lastimó Ignacio Gariglio y debió dejar su lugar a los 23′. Entró Julián Navas, se ubicó de lateral derecho y Mateo Carabajal pasó como primer zaguero central, en tanto Fabio Pereyra se corrió de “6”.

A los 41′ tuvo su chance el local. Una pelota perdida de modo ingenuo en la mitad de la cancha, Soraire que aprovecha el obsequio y metiò un pase largo para Albertengo, que djò solo a Candia, pero su disparo cruzado rozó el palo derecho de Lucas Chávez. Arsenal no podía aprovechar su chance y Argentinos no lo perdonó, porque apenas tuvo otra, facturó. A los 43′ Sandoval se fue por derecha, combinó con Ibarra, el centro preciso y Hauche aprovechò para entrar por el área chica y marcar el 0-1 para el equipo de La Paternal.

Rondina entendió que le hacía falta más futbol, y para el comienzo del segundo tiempo dispuso que Alan Ruiz ingresara por Soraire. Se hizo más ofensivo Arsenal, el encuentro creció en intensidad y se armó una linda batalla en el centro del campo. El encuentro se hizo disputado, luchado. Tuvo poco fútbol, pero ganó en emociones.

Arsenal sentía que podía emparejarlo, pero para eso debía modificar más el medio campo. Y así llegaron otras variantes. A los 65′ L. Picco ingresó por Emiliano Mendez y F. Kruspzky entró por Mateo Carabajal; se reacomodó el medio y también la defensa que volvió a tener en Pereyra y Suso la zaga central.

Argentinos entendió que el partido era otro y si bien tuvo una chance clara con Edwar López que Suso alcanzó a trabar con lo justo, el equipo de Dabove se puso el overol y le respondió con batalla a la propuesta local.

Y Arsenal tuvo una inmensa posibilidad cuando Nicolás Castro desbordó por izquierda y el cabezazo de Candia pegó en el palo derecho de Cháves.

Después se lesionó Alan Ruiz y Pons entró por él cuando ya iban 78′ y Arsenal no podía doblegar la voluntad de Argentinos. Dabove ahí empezó a meter mano. A los 79′ M. Coronel ingresó por Edwar Lopez y G. Florentin reemplazó al “Demonio” Hauche; salían dos hombres im portantes, que habían hecho un gran desgaste.

Dejó correr un poco el juego, que a esa altura ya era una batalla táctica y física en la mitad del campo, y el DT de la visita realizó otras dos variantes: a los 85′ F. Mater entró por Franco Moyano y J. Pucheta ingresó por Nicolás Silva, la figura de la noche.

No tuvo más Arsenal, al margen de su voluntad, su esfuerzo y su vergüenza deportiva. Intentó hasta el último minuto, forzó un cambio más del rival, el de Mac Allister por Ibarra para terminar con cinco defensores. No pudo. Enfrente tuvo un rival que tuvo decisión para jugar el partido y realizó méritos para ganarlo, porque Argentinos Juniors fue audaz, ofensivo, ordenado y equilibrado. Fue más a lo largo del encuentro y se ganó el derecho a soñar.

Hernán O’Donnell

Racing estuvo más metido y se llevó el primer chico

Racing intentó sorprender y salió a buscar el partido. Trató de sacarse ese estigma que le habían endosado durante la semana, que era menos que su rival y no gozaba del favoritismo de la “Cátedra” para avanzar de ronda. por eso Becccacece jugó a la sorpresa y trató de apretar en el medio y buscar a Lisandro López con la velocidad de Fértoli y Melgarejo. Y la habilidad de Miranda y Rojas para armar juego le sumaron creatividad al equipo.

Eso duró un rato. Después, Boca se acomodó en el campo. Se acentó. Y comenz{o a tener la pelota, por el quite de Campuzano y el destino que le daba Tévez, en tanto Eduardo Salvio y Villa buscaban abrir la cancha, hacer ancho y profundo al equipo de Miguel Angel Russo.

Se dividieron los tiempos, mientras que la visita tuvo las mejores llegadas al final de la primera parte.

En el complemento Racing volvió a tomar las riendas del partido; busco atacar con un esquema abierto, audaz, y empezó a llegar al área visitante.

Y a los 59′, Racing abrió el marcador. Una jugada bien elaborada, de derecha a izquierda, con el primer pase de Fabricio Domínguez, el pase posterior de Rojas a Soto, este que abrió a la izquierda para Mena y el centro preciso para la palomita de Melgarejo. Golazo y 1 a 0 para la Academia.

Miguel Russo movió el banco y a los 60′ Soldano entró por Cardona, para poner un hombre de área. A partir de allí se adelantó Boca en el campo, un poco por obligación y otro poco porque el local le cedió unos metros para tener campo y espacios para explotar el contragolpe. A los 67′ Beccacece decidió que Alcaraz ingresar por Fértoli, y enseguida hizo dos cambios más para acomodar bien las piezas. Iban 74′ cuando Darío Cvitanich entró por “Licha” Lopez y Lucas Orban en lugar de A. Soto; en Boca entró Mauro Zárate por Eduardo “Toto” Salvio.

Pero cambiaron poco las cosas, porque a Boca no se le ocurrían ideas para perforar el cerrojo local. Racing se acomodó bien en su campo, pero no le regaló el balón. Se lo peleó en todos los sectores, y cuando lo conseguía, tenía espacios para explotar. El conjunto visitante no tuvo explosión, pero tampoco forzó mucho las cosas. Como que el resultado le venía no del todo mal, aunque parezca increíble. Como que confía que en la Bombonera todo lo puede remontar.

Racing se amoldó a las últimas modificaciones; a los 80′ Augusto Solari entró en lugar de M. Rojas y Walter Montoya ingresó en reemplazo de L. Melgarejo.

Y el partido concluyó sin demasiadas emociones. Apenas un remate elevado de Soldano, un cabezazo de Zárate y muy poco más.

Todo está abierto para el desquite y en el fútbol no hay certezas sino presunciones, que luego deben ser corroboradas en la cancha; y para el desquite, las páginas están en blanco y tanto Boca como Racing tienen la oportunidad de escribir su historia.

 Hernán O’Donnell