Las virtudes de Banfield, mucho más que el equipo de moda

Es uno de los mejores equipos de la Liga Profesional de Fútbol. Ha conseguido resultados importantes, ha vencido a River Plate, ha llegado a la Final de la Copa “Diego Armando Maradona”, en ella le empató al final a Boca un encuentro muy duro, y cayó por la vía de los penales. Ha comenzado con buenas intenciones en esta Copa de la Liga Profesional, y si bien perdió un partido duro ante Colón en su casa, la victoria frente a Güemes de Santiago del Estero lo posicionó en la Copa Argentina, a la que ahora ha llegado a 16 avos de final.

Banfield es algo más que el equipo de moda. Tiene virtudes sostenidas en un sistema práctico, intenso y ofensivo. Con un buen plantel, balanceado entre jóvenes prometedores, que ya ocupan los puestos de privilegio de titulares y algunos futbolistas de gran experiencia que apoyan desde el banco y aportan lo suyo cada vez que les toca jugar.

Lo vimos ante Arsenal, en el Viaducto de Sarandí, y también en Temperley ante Güemes por la Copa Argentina. Encaró los dos partidos de la misma manera, los desarrolló bajo la misma sintonía y consiguió la victoria por caminos similares. Aún con diferentes intérpretes. Lo mismo en los juegos que observamos a través de las plataformas tecnológicas.

Frente a Arsenal se presentó con Arboleda, la línea de cuatro titular, Coronel, Maldonado, Lollo y Quinteros; un volante central, Alejandro Cabrera; los dos internos que seducen al ambiente, Giuliano Galoppo y Martín Payero, más los hombres de ataque Juan Alvarez, Luciano Pons y Mauricio Cuero. Por momentos los extremos Alvarez y Cuero se retasaban para alinearse con los internos y el esquema era de 4-1-4-1; cuando se desdoblaban en ataque, la representación era el clásico 4-3-3.

El equipo local le planteó dura lucha en el primer tiempo, pero en el arranque del complemento Banfield fue agresivo y eficaz y en pocos minutos se adelantó por 0-2 para llevarse un triunfo indiscutido.

Frente a Güemes varió algunos nombres, pero no el dibujo ni mucho menos el espíritu de ataque del equipo de Javier Sanguinetti. Facundo Altamirano ocupó el arco en lugar de Arboleda, y el joven portero cumplió con sobriedad cada vez que fue requerido. En la defensa también hubo una variante; el lateral izquierdo fue ocupado por Luciano “Lucho” Gómez en reemplazo de Franco Quinteros, mientras que Coronel, Maldonado y Lollo lo acompañaron en sus puestos habituales. Fue bueno lo de Gómez, duro en la marca y destacado en la técnica. Mostró salida y asoma como una variante interesante en esa posición de lateral izquierdo.

Martín Payero y Giuliano Galoppo actuaron como lo hacen siempre en sus posiciones de volantes internos, y la sorpresa fue Nicolás Linares como volante central, un jugador de enorme futuro según los allegados al plantel banfileño y que en el Estadio “Alfredo Beranger” mostró muchas pinceladas de su capacidad. En ataque actuaron Jaun Pablo Alvarez, Luciano Pons y la cuarta modificación, Agustín Urzi en reemplazo de Mauricio Cuero.

Y el “Taladro” fue el de siempre. Soportó la presión inicial del conjunto santiagueño durante los primeros quince minutos, aunque en ese lapso el balón era de su propiedad; lo que sucedía es que Güemes corría, metía, presionaba y a Banfield le costaba dominar el juego, quebrar la resistencia del rival, hacerle daño. Pero contaba con el balón y de a poco torció el juego a su favor.

Fue muy importante el trabajo de Juan Pablo Alvarez, quien desbordó una y otra vez por el sector derecho, para desestabilizar el esquema del “Gaucho”. Y sobre el cierre del primer tiempo logró abrir el marcador.

A los 40′ Martín Payero ejecutó un un tiro libre preciso desde la derecha y Luciano Pons con un frentazo puso el 1 a 0. Güemes había sido un hueso duro de roer, pero Banfield sacaba una luz de ventaja tras un trabajo prolijo y constante de construcción de juego.

Y en el complemento liquidó el trámite con un inicio a todo ritmo, con más presión en ataque y con una variante: el ingreso de Mauricio Cuero por J. P. Alvarez. A los 54′ Galoppo marcó el 2 a 0 y con el gol llegó la tranquilidad de un equipo que con las variantes no modificó ni su rendimiento ni su actitud.

De hecho, enseguida salieron dos jóvenes titulares y los reemplazaron dos hombres de experiencia, que están para jugar esos momentos en que el equipo los necesita. Fabián Bordagaray ingresó en lugar de Luciano Pons y Jonás Gutiérrez reemplazó a Giuliano Galoppo.

Pero no cambió la predisposición del equipo de Javier Sanguinetti. Mientras Güemes avanzó en el campo y con las modificaciones creció en entusiasmo y soltura, Banfield apeló a un experimentado Jesús Dátolo por Martín Payero y un muy joven Ramiro Enrique en lugar de Agustín Urzi.

Pudo ampliar el marcador en una oportunidad que Dátolo estaba bien posicionado y con el arco muy cerca, pero su remate se fue arriba del travesaño.

Lo importante es que el equipo en este partido, como en cada uno de los que ha jugado en los últimos tiempos, deja su sello. Un equipo duro, agresivo, intenso y ofensivo. Que sabe ocupar los espacios de la cancha, se mueve en forma coordinada, mezcla con justeza juventud y experiencia, mantiene el esquema y la intensidad juegue quien juegue y ante el rival que le toque. Banfield es una realidad de nuestro fútbol.

Hernán O’Donnell