La Copa de los penales se define entre el oficio de Racing y la ilusión de Colón

Toda la emoción que se esperaba en los partidos de “play-off”, de eliminatorias, de cuartos de final, de la Copa de la Liga Profesional, quedó reducida a la expectativa y la tensión de las definiciones con remates desde el punto del penal. Pocos goles y contadas emociones ante las vallas; partidos anodinos, de baja intensidad y resueltos desde los doce pasos. Así fueron los cuartos de final y así también las semifinales. Ya en el primer fin de semana, el de los cuartos, los encuentros se resolvieron por esa vía; así, Independiente le ganó en La Plata a Estudiantes, Colón en su casa a Talleres de Córdoba, Racing a Vélez en Liniers y Boca se quedó con el Superclásico en una definición con sobresaltos.

Y todo siguió igual en el primer partido de las semifinales, en este “Super Lunes” de fin de Mayo. Racing venció a Boca en los tiros del penal, luego de noventa minutos aburridos, con poco peligro, carente de emociones y casi ninguna llegada al arco adversario. El equipo de Avellaneda con mayores precauciones, denunciadas en la posición de Copetti, volcado hacia la derecha y atento a cubrir las trepadas del lateral izquierdo de Boca, Frank Fabbra. Una línea clara de volantes y un sólo hombre bien de ataque, Darío Cvitanich.

El conjunto de Russo se paró con una zaga de tres hombres, Zambrano, López e Izquierdoz y cinco medio campistas: Capaldo, Campuzzano, Varela, Cardona y Fabbra, aunque Cardona podía desengancharse y unirse a los delanteros, Sebastián Villa y Carlos Tévez.

Pero no hubo grandes diferencias entre uno y otro. Alguna llegada en el primer tiempo con los pelotazos de Edwin Cardona, algo más preciso en el final, con un tiro libre de Tévez que el arquero Gastón Gómez supo desviar, y casi nada más.

Después llegó el turno de los penales. El remate fuerte y contundente de Matías Rojas (quien entró en el descuento junto a Melgarejo para patear penales), el 1 a 0 para Racing y el remate fortísimo de Carlos Tévez que pegó en el travesaño y llegó casi hasta la mitad de la cancha. Se simplificó la serie para Racing, porque Melgarejo asumió su rol, y puso el 2-0. Achicó Villa, 2 a 1.

Amplio Chancalay en la tercera serie: 3 a 1 para Racing. Y volvió a aparecer Gómez; igual que al final del partido, esta vez su estirada fue para desviar el disparo de Diego “Pulpo” González: Racing quedó 3 a 1 y con dos series por delante para definir.

Falló Fabricio Dominguez, acertó Agustín Rossi. A la Academia se le iba una posibilidad. Boca iba por la hazaña; convirtió Pavón y el encuentro quedó 3-2 para Racing, con un penal más para cada uno.

Y allí fue Enzo Copetti. Dispuesto a colocarse el traje de héroe. Tranquilo, sin alterarse, esperó el leve movimiento de Rossi a su izquierda y puso el balón a la derecha del arquero boquense.

Ganó Racing 4 a 2 la serie de los penales. La Academia llegó a otra final.

Colón e Independiente fue otra cosa. Otro partido, más dinámico, con más llegadas y con mejores acciones. Colón con un circuito de juego en la media cancha bien aceitado, a partir de la posición de Lértora, la habilidad de Alexis Castro y la dinámica de Aliendro. Con Bernardi como organizador y Luis Rodríguez como delantero total, Colón forzó un par de llegadas que se coronaron con la mano de Juan Manuel Insaurralde, el consiguiente penal y el gol por esa vía de la “Pulga” Rodríguez para marcar el 0-1, pues Independiente cumplió el rol de equipo local.

Con la desventaja, el equipo de Julio César Falcioni fue a la búsqueda de la igualdad; tuvo una situación en un tiro libre, donde ejecutó una jugada preparada: pelotazo a la derecha, Insaurralde de cabeza para Silvio Romero, centro otra vez y Burián que la despejó. El “Rojo” era la tremenda habilidad del colombiano Roa, y poco más. La ubicación de Lucas Romero, las subidas de Lucas Rodríguez por la banda izquierda y el espíritu para revertir el partido.

Después, el primer tiempo se cerró con más roces que fútbol y todo quedó en disputa para el segundo tiempo.

A los 50′ Lucas Romero ejecutó con maestría un tiro libre que se estrelló en el travesaño. Creció el equipo de Avellaneda, porque se adelantó en el campo, lo apretó a Colón y Falcioni movió el banco: Alan Velasco entró por Sebastián Palacios a los 61′. Un minuto más tarde, el “Pulga” estrelló un tiro libre en el palo derecho de Sosa y Eduardo Domínguez movió el banco: Santiago Pierotti ingresó en lugar Cristian Bernardi, cuando iban ya 64′, en el primer cambio de Colón.

Y muy pronto llegó la mejor maniobra colectiva de Colón y del partido. Rafael Delgado, desde el fondo y recostado sobre la izquierda, puso un pase recto para Luis Rodríguez; el “Pulga” se acomodó, aguantó el balón de espaldas a su ataque, luego giró y habilitó a Alexis Castro, ya en campo de Independiente. Arrancó Alexis y vio el pique, a su derecha, de Pierotti, quien entró como una locomotora, recibió el pas ed e Castro y ante la salida de Sosa, tocó suave y cruzado para marcar el 0-2 a los 66′ de juego.

De modo inmediato Julio César Falcioni llamó a Jonathan Herrera, centrodelantero con gol, para que ingrese por Blanco, a los 68′. Eduardo Domínguez, el DT del conjunto de Santa Fe, advirtió la necesidad de modificar la estructura y a los 78′ el colombiano Yeiler Goez ingresó en lugar de Farías y Cristian Ferreira entró en lugar de Pierotti, en este caso, por lesión.

El “rojo” se jugó el resto. A los 80′ Alan Soñora entró en reemplazo de Roa y Braian Martínez ingresó en lugar de Gonzalo Asís. Y creció el equipo de Falcioni al compás del talento de Soñora. Empujó, aunque Colón nunca perdió el orden ni sufrió grandes sobresaltos.

Cerró Domínguez sus variantes con el ingreso de Lucas Acevedo en la posición de Alexis Castro. Y no hubo tiempo para más, excepto una buena jugada combinada de Independiente que finalizó con un tiro de Velasco por arriba del travesaño, a los 90′ de juego.

Colón sostuvo con fútbol el resultado y el viernes ante Racing va por el sueño de toda una vida.

Hernán O’Donnell