Atlanta mantiene su estilo, pero no puede salir del empate

El Campeonato de Primera Nacional no da respiro. Esta temporada 2021, con dos zonas que dividen a 35 equipos, 17 en una y 18 en otra, se presenta apasionante, pareja, equilibrada y con sorpresas a la orden del día. Atlanta es uno de los equipos que sueñan con el ascenso y tiene argumentos para pensar en ello. Pero surgen obstáculos en modo permanente. Y en los últimos tiempos muchas barreras se interpusieron en el camino entre Atlanta y la punta. Cinco partidos consecutivos sin ganar, cuatro empates, tres de ellos de local y 0-0, una derrota en Carlos Casares ante Agropecuario y esta tarde fue Alvarado de Mar del Plata el equipo que le frustró la ilusión y que incluso pudo llevarse algo más en la última bola de la fría tarde de Villa Crespo.

No hubiera sido Justo, porque Atlanta fue un poco más a lo largo del partido, aunque el equipo de Mar del Plata también contó con situaciones favorables. Esta vez, el equipo de Walter Erviti presentó un esquema táctico diferente al habitual. Tres zaguerso centrales adelante del arquero “Pancho” Rago: Alan Pérez, Valentín Perales y Martín García. Los laterales ubicados en una línea media, Leonardo Flores y Mauro Luque. Agustín Bolívar como volante central, Joaquín Ochoa Giménez de enlace y arriba Santiago Solari, “Nacho” COlombini y Fabricio Pedrozo.

El conjunto de Walter Coyette ubicó una línea de cuatro con Juan Alsina, Julián Vitale, Irazoque y Darío Cáceres. Santigo González como volante por derecha, La “Bomba” Navarro por el medio, a su izquierda Sebastián Jaurena y adelante Ezquiel Vidal, Joaquín Méndez y Marcos Astina, quien se retrasaba a colaborar con los volantes cada vez que hacía falta.

A los 10′ llegó Atlanta con un corner de la izquierda que García no pudo conectar y Pedro Fernández, el arquero visitante, controló sin problemas. respondió Alvarado a los 15′ con una pared entre Cáceres y Vidal, pero el “Oso” Méndez no llegó al remate; y de contragolpe, Nacho Colombini se fue solo, pero su disparo fue bien tapado por la salida eficaz de Fernández, quien despejó el balón con su pierna izquierda. Volvió a tener una chance Alvarado a los 23′ con un tiro libre de Vidal que Irazoque cabeceó apenas desviado.

Después Atlanta se afirmó un poco más en el control del juego y tuvo un par de ocasiones claras. A los 29′ Perales lanzó un pelotazo largo para Pedrozo, y el ex jugador de San Lorenzo metió un pase cortado para la entrada solitaria de Santiago Solari, quien desde posición inmejorable, solo, frente a la salida de Fernández, elevó su remate por encima del travesaño.

Y volvió a tener una situación favorable el local a los 39′ cuando Fabricio Pedrozo ejecutó un tiro de esquina desde la derecha y Valentín Perales metió un cabezazo que pasó al lado del palo izquierdo de Fernández. Sobre el cierre, a los 45′, el “Oso” Méndez volvió a tener una chance, en una entrada libre, pero le psuo bien el cuerpo Perales, lo movió y su disparo salió desviado.

En el complemento los dos equipos se presentaron sin modificaciones. De entrada, a los 46′, Santiago González recibió solo por derecha, sacó un remate fuerte, al primer palo y Juan Francisco Rago sacó el balón al corner. Respondió el local con un tiro de esquina a los 51′ que Pérez cabeceó un poco alto.

Atlanta se había parado bien adelante en el campo de juego, en tanto la visita apostaba a la contra, sin resignar ambiciones. Pero el “Bohemio” trataba de mandar. Se desprendía Perales por el medio, a veces tanto que Bolívar quedaba parado como el central del medio y Valentín como el volante central. Se invertían los roles. Buscaba por el costado derecho con Flores, creación con Ochoa Giménez, velocidad con Solari, pero no alcanzaba profundidad. A los 65′ llegó la primera variante y fue por el lado del visitante; Juan Rivolta reemplazó a Darío Cáceres.

Y Atlanta tuvo una clarísima a los 67′, con un corner de la derecha y el cabezazo limpio de Pérez que Pedro Fernández despejó con un vuelo fenomenal. A los 72′ debió salir Luque, tras un choque de cabezas con Vidal que lo dejó un poco mareado y lo reemplazó Sebastián Riquelme, en la primera modificación local.

Luego, a los 75′, Walter Coyette determinó dos variantes en el elenco de Mar del Plata. Manazza entró en lugar de Astina y Espíndola reemplazó a Joaquín Méndez. Tuvo una oportunidad más el local con un tiro libre que Fernández, a esa altura, la figura del partido, despejó con una mano y repsondió Alvarado a los 81′ con un disparo de Sebastián González que pegó en el travesaño de Rago, aunque muchos creímos que su objetivo era lanzar un centro, pero el balón tomó un efecto raro y casi se mete en el arco local.

El conjunto de Erviti siguió en la búsqueda de los tres puntos y contó con una nueva oportunidad a los 84′. tras una escalada de Santiago Solari por derecha, el pase al medio para Riquelme, el hermano de Román buscó la mejor posición y sacó un buen tiro que desvió Fernández con un vuelo magnífico.

Y la última fue para la visita; iban 90′ cuando Alvarado metió una gran jugada, en la que Vidal habilitó a Manazza con un pase entre líneas que lo dejó solo ante Rago, pero la slaida perfecta del arquero local tapó el disparo del joven visitante y el rebote le quedó a González, quien envió un tiro alto y así desperdició la visita su última chance.

Atlanta dejó pasar otra posibilidad. No pudo quebrar el cero, tal como le había sucedido ante Deportivo Maipú de Mendoza y Quilmes, sus dos últimas presentaciones de local, y con esta igualdad lleva tres empates consecutivos 0 a 0 en casa. En el medio, cayó ante Agropecuario y empató con Tigre. El equipo mantiene el estilo y esos es muy valioso y elogiable, pero extravió la senda de la victoria y eso le impide acomodarse mejor en la tabla. Tiene muchas cualidades como para volver a ser.

Alvarado tuvo demasiados problemas para conformar el plantel para este encuentro, entre lesionados y una cantidad importante de contagiados en el equipo, pero tuvo sus oportunidades y mostró vergüenza para medirse ante uno de los mejores equipos de la categoría y se llevó un punto que supo celebrar.

Hernán O’Donnell

Argentina avanzó con una goleada al paso

Fue el partido que imaginaba la “Cátedra”, el que se relató antes de jugarse, el de las diferencias marcadas. Argentina salió, como siempre, a llevarse por delante a su rival, y vaya si lo hizo. Pero esta vez se encontró con un adversario un poco más débil que el resto del los rivales anteriores y sacó una ventaja amplia en el primer tiempo que le permitió conducir el juego con mucha serenidad.

A los 2′ tuvo la primera llegada, un desborde de Alejandro Gómez, el remate de Agüero y Lampe que tapó el disparo a quemarropa. El rebote le quedó a Angelito Correa y otra vez el arquero boliviano impidió la caída de la valla. Y luego, a los 5′ llegó la apertura del marcador, una jugada bárbara de Correa, recostado sobre la derecha, el pase a Messi volcado a la izquierda y la habilitación a Gómez, para que el “Papu” definiera por emboquillada y marcara el 0-1, pues Bolivia ofició de local en el “Arena Pantanal” de Cuiaba.

Argentina fue dueña del primer tiempo. Con una presión constante de sus volantes más retrasados, Palcios y Guido Rodríguez, una tarea encomiable de Angel Correa para la elaboración de juego, la habilidad de Gómez y la experiencia y jerarquía de Messi y Agüero. Demasiado para Bolivia, que trataba de apoyarse en Justiniano, desprenderse con Ramiro Vaca y atacar con Chura. Pero no podía con una defensa firme, que además de sostenerse en Martínez y Pezzella, tenía una salida permanente con el “Huevo” Acuña.

A los 31′ aumentó Lionel Messi de penal, y ya con el 0-2 la incógnita era a cuanto podía aumentar el resultado. Bolivia tuvo su primera llegada a los 38′ con un disparo lejano que tapó Franco Armani y a los 41′ Leo Messi convirtió el tercer gol de Argentina ante la salida de Carlos Lampe, que no podía detener toda la artillería que le tiraban. Entonces, con ese 0-3 se terminó el primer período.

Los dos equipos salieron a disputar el segundo tiempo sin modificaciones. Y con la misma tesitura; Argentina con la pelota, el manejo sereno y con buena circulación, para abrir espacios y encontrar los caminos libres hacia el arco de Lampe. Bolivia cautelosa, a la espera de no perder la brújula ni exponerse a una goleada catastrófica. Con dos líneas de cuatro replegadas y atentas a cubrir todos los espacios.

A los 55′ vino el primer cambio para la Argentina; Julián Alvarez ingresó en lugar de Alejandro Gómez.

Y, de pronto, cuando nada hacía sospechar que algo iba a pasar, Leonel Justiniano se proyectó por derecha, fue al fondo, sacó un buen centro y Saavedra metió un remate alto que dejó inmóvil a Armani y el encuentro quedó 1-3 para la “Albiceleste”.

César Farías tenía tres variantes decididas para su selección y tras el gol de descuento, a los 60′ determinó que J. Sagredo ingresara por B. Cespedes, Henry Vaca lo hiciera por J. Chura y R. Ramallo entrara en lugar de G. Alvarez. Enseguida se abrió la segunda ventana de cambios de Argentina y a los 62′ Lautaro Martínez entró en lugar de Sergio Aguero y Giovanni Lo Celso ingresó por Angelito Correa, hasta ese momento, la figura de la cancha.

Y como parecía la noche de reencuentros y reivindicaciones, Lautaro volvió a abrazarse al gol, tras una maniobra por izquierda en la que Acuña recibió de Messi, lanzó el centro, el desvío de la defensa le cayó a Montiel, quien pateó al arco, rechazó Lampe y en el que encontró el rebote final para marcar el 1-4 a los 64′.

La sensación de partido terminado también pareció transmitirla el entrenador argentino, Lionel Scaloni, porque a los 70′ decidió usar la tercera ventana y las dos últimas modificaciones: Leandro Paredes reemplazó a Guido Rodriguez y Nicolás Dominguez entró por Exequiel Palacios.

Argentina dio por cerrada la cuestión. Había sacado una ventaja importante y ya no tenía más apremios que hacer circular la pelota, mover al rival y esperar el final del encuentro. Tuvo una chance con un tiro libre de Messi, a los 76′, que Lampe controló abajo; luego tuvo otra Julián Alvarez a los 77′ que se desvió en un defensor y Lampe controló arriba.

Diego Wayar ingresó por Fernández en Bolivia, cuando ya iban 80′ de juego. Y a los 84′ Moisés Villarroel ingresó en lugar de Erwin Saavedra, para cerrar las variantes del equipo de Farías. Y al final, a los 90+1′ Messi pudo convertir, pero su remate seco y al primer palo fue desviado por Carlos Lampe con la pierna derecha al corner.

Pero todo había terminado, casi desde el arranque. La Argentina cerró la primera fase de grupos en lo más alto de la tabla con una goleada al paso y ahora espera por Ecuador, a la hora de la verdad.

Hernán O’Donnell

En la agonía de un partido controvertido, Laferrere se llevó una victoria impensada

Pintaba para partido entretenido, pero de a poco se apagó, las buenas intenciones quedaron a un lado y entre la intrascendencia del segundo tiempo y el final controvertido, polémico y discutido, quedó un partido “caliente”, con un desenlace imprevisto.

Deportivo Laferrere consiguió el triunfo en el “Coliseo del Bajo Belgrano” cuando ya el partido terminaba y parecía que Excursionistas se quedaba con la victoria. Pero el fútbol tiene estas cosas, estas sorpresas y esa indefinición hasta que suena el silbato final. Por eso es el deporte más lindo del mundo, el más apasionante y el que despierta más fervor. El local había sido un poco más en el primer tiempo, salió a atacar en el complemento y al cierre parecía tenerlo controlado. Pero sucedieron varias situaciones que modificaron el resultado final y ya vamos a contarlas. Lo cierto es que se le escurrió el triunfo como el agua entre los dedos y la alegría viajó para Ciudad Evita.

El partido comenzó con buen ritmo, con Excursionistas a paso firme, a la búsqueda del arco rival, con la dinámica de Nahuel Arias, la velocidad de Ivan Müller, el talento de Matías Morales y el respaldo que da la experiencia de Patricio Roldán en el centro de la cancha. Aí logró abrir el marcador a los 11′, tras un centro de Morales y el remate de Rodrigo Faust para marcar el 1 a 0.

Pero iba a durar poco, porque “Excursio” mostró esa cara que se reitera a lo largo de las fechas; un equipo que ataca bien, pero que tiene falencias a la hora de defender, y Deportivo Laferrere las supo aprovechar, porque de un centro de la derecha Gustavo Fernández marcó el 1 a 1, cuando iban 12′ del partido.

El partido ganó en intensidad y emociones, y a los 17′ el local tuvo una situación para aumentar: tiro libre a fovor que ejecutó Diego Molina, y el balón fue rechazado entre las manos del arquero Mitre y el poste izquierdo. Respondió Laferrere con un remate alto de Ríos que Cajal desvió con un vuelo espectacular. Y enseguida llegó el segundo gol de Excursionistas, con un penal ejecutado por Nahuel Arias que puso el partido 2 a 1 a los 27′ de juego.

Reaccionó Laferrere y a los 30′ Ríos disparó un tiro libre que otra vez cortó Cajal con un gran vuelo. Y a los 35′ otro tiro de pelota detenida, esta vez desde la izquierda, volvió a ser desviado por el arquero local.

La visita inició el complemento con una variante; Campostrini ingresó en lugar de Castro. Pronto tuvo que recurrir a una segunda variante, por la lesión del zaguero Cafferata y lo reemplazó Diego Gómez. Excursio salió a buscar, con las líneas adelantadas, a la caza del tercer tanto que le diera mayor tranquilidad. Allí estaba cuando la visita sufrió la lesión del recién ingresado Campostrini, quien dejó el campo en camilla y fue reemplazado por Gabriel Bravo, a los 61′ de juego.

El “Villero” buscaba y a los 65′ tuvo una buena llegada con el “Colo” Müller, quien quedó de espaladas al arco y debió definir de taco, que fue controlado por Mitre. A los 71′ Segundo entró por Rodrigo Faust, un cambio posicional: centrodelantero por centrodelantero.

Hasta que llegó el cuarto de hora final, los fallos discutidos, la intensidad aumentada del juego y un desenlace que no estaba en los planes de nadie. A los 76′ se fue expulsado el zaguero local Gutiérrez Arango por foul sobre Rosetti, en una decisión que pareció exagerada. El verde necesitó rearmar la defensa y antes de que se ejecute el tiro libre para Laferrere, Guaricuyu entró por Arbello, a fin de reponer un hombre en la línea de cuatro defensores. El tiro libre de Rosetti pegó en el poste derecho local, luego Cajal atrapó el rebote y ahí el partido cobró otra emoción.

“Lafe” hizo el último cambio a los 80′, con el ingreso de Faillace en reemplazo de Santiago López. Y “Excursio” también refrescó al equipo a los 83′, con el ingreso de Miguel López por Matías Morales y de Jantus por el “Pato” Roldán. El Verde del Bajo Belgrano estaba en inferioridad numérica y el plan era refrescar el medio juego para pelear allí y salir rápido de contra.

Pero el destino le tenía preparada una sorpresa y no muy agradable. A los 90′ llegó el pelotazo al área, la aparición del “Tortuga” Fernández y su aprovechamiento del balón que no pudo retener Cajal para marcar el 2 a 2. El local, que no estaba conforme con el árbitro por la expulsión de Gutiérrez, ahora reclamaba una posición adelantada en el tanto del empate.

Pero no todo estaba concluído; Excursio fue con lo que tenía y Laferrere se encontró con espacios para buscar el tercero, que llegó tras un centro de Ríos, el “Tortuga” Fernández chocó con Molina y el balón le quedó a Faillace quien remató fuerte y señaló el 2-3 para Leferrere a los 90+5′ de juego.

En pocos minutos el partido pasó de un equipo a otro. Excursio lo tenía, pero la expulsión de Gutiérrez lo dejó con un hombre menos y las dificultades lógicas que eso conlleva. Laferrere no bajó los brazos, y al final encontró la victoria cuando pocos sospechaban que lo lograría.

Hernán O’Donnell

Italia jugó, luchó, sufrió y aguantó, pero sigue en su camino de recuperación

Italia abrió los ojos y se despertó. Se puso de pie tras el mal sueño que fue aquella eliminación de la Copa Mundial de la FIFA-Rusia 2018. Un trago amargo que costó digerir, pero que para el hombre que fue al rescate, Roberto Mancini, el director técnico, no fue más que un resbalón que obligaba a ponerse de pie muy rápido. Y vaya si lo hizo. porque se sacudió pronto las lágrimas de desencanto. porque apuntó a sepultar el dolor, porque convenció a todos que el pasado era para dejarlo atrás y que las miradas debían ser hacia adelante. Hacia el próximo Mundial, hacia esta EURO 2020 que se juega en el 2021. Y así enhebró una larga serie de partidos invictos, que ya han superado al mitológico equipo de Vittorio Pozzo, aquel que ganara las Copa del Mundo de Italia 1934 y Francia 1938. La “Azurra” se puso de pie, ahuyentó los fantasmas y ahora está de vuelta en el ruedo, con el respeto tradicional que despierta su alineación y su camiseta.

Austria salió a jugarle el partido. Sabía que no habría desquite; encuentro de octavos de final en Wembley, donde el empate no le serviría a nadie, pues debía haber un ganador para avanzar a la fase siguiente. Entonces, se apoyó en la dinámica de Sabitzer, la firmeza en la zaga de Martin Hinteregger, la presencia de Laimer y la habilidad punzante de Marko Arnautovic, para pelearle el partido. El conjunto de Mancini tardó en acomodarse al juego. Se vio sorprendido por los diez minutos iniciales de su rival y a medida que los volantes Barella, Jorginho y Verratti se encontraron en la cancha, el equipo comenzó a responder.

Así llegó la primera chance, a los 16′ con una llegada al ataque de Spinazzola, el centro al medio, el remate de Barella y el arquero Bachmann la desvió con el pie.

Respondió Austria con un contragolpe veloz de Aurnatovic que culminó con un disparo de este ante la salida de Donnarumma, que se fue por arriba del travesaño.

Italia atacaba con los laterales; Di Lorenzo era una salida constante por derecha, pero Spinazzola era algo más. casi un puntero izquierdo, parado bien adelante, a la altura de los delanteros, para que Insigne, Immobile y Berardi encontraran los espacios que las subidas del lateral izquierdo les fabricaba.

Fue el momento en el que creció el conjunto de Mancini. Era intrépido y agresivo, y si bien Austria nunca se resignó a un simple rol de partenaire, en ese lapso del encuentro, los últimos quince minutos del primer período, fue Italia la que tomó el control del balón y manejó las acciones.

A los 31′ tuvo la situación más clara de esa etapa, con un potente y combado remate de Immobile, que se estrelló en el poste derecho del arco de Bachmann. Una situación muy clara.

En el segundo tiempo Austria intentó repetir el libreto del inicio del partido. Adelantó a Baumgartner, subió Sabitzer, Florian Grillitsch buscó estar más cerca de Arnautovic y otra vez el conjunto de Franco Foda se hizo protagonista.

A los 62′ tuvo una posibilidad en un disparo de su centro atacante que controló Donnarumma; a los 64′ el mismo Arnautovic conectó de cabeza a la red, pero había recibido la asistencia en una leve posición adelantada que certificó el VAR y entonces el festejo alocado y la sensación de alegría quedó reprimida y el partido siguió igualado cero a cero.

Mancini entendió que el partido se había complicado otra vez y decidió las dos primeras variantes en su conjunto. Iban 67′ cuando M. Pessina ingresó por Nicolo Barella y Manuel Locatelli reemplazó a Marco Verratti; dos referscos importantes para la zona de mayor desgaste, el medio campo del equipo. Y regresó Italia al partido. Lo tuvo Insigne a los 72′, con un hermoso enganche que se fue desviado. A los 82′ volvió a tener una oportunidad, con el disparo de tijera de Berardi que salió afuera. Y a los 83′ volvió a mover la estructura del conjunto: el tanque Belotti reemplazó a Ciro Immobile y Federico Chiesa ingresó en lugar de D. Berardi.

Austria daba señales de agotamiento, y a los 89′ Baumgartner recibió asistencia por cansancio y debió cederle su lugar a A. Schopf, en el primer cambio del equipo. Poco más hubo en el tiempo reglamentario. Y el encuentro se prolongó en los treinta minutos adicionales para definir un ganador.

Italia fue rápido y expeditivo, cuando el comienzo del alargue nos hacía suponer que sería media hora de estudio, tedio y cuidados extremos. Pero la “Azurra” lo fue a buscar. Y de un pelotazo largo y preciso salió la apertura del marcador, porque Federico Chiesa bajó el balón con la cara, sorteó la marca y de media vuelta, casi al borde del área chica marcó a los 94′ de juego, el 1 a 0 para Italia.

Enseguida, a los 96′ llegó otro cambio austríaco; S. Kalajdzic por el agotado M. Arnautovic; más altura en el ataque. Y cuando imaginábamos una Italia refugiada y a la espera de aguantar el partido, volvió a sacudir al mítico Wembley. Fue a los 105′; salió un pelotazo del fondo de Bonucci a la izquierda; allí recibió Insigne, quien largó un centro al medio, donde la peleó Acerbi y Pessina, que entraba por la izquierda, colocó un tiro fuerte y cruzado para marcar el 2 a 0 ya al cierre del primer tiempo suplementario.

Austria salió al segundo tiempo adicional con dos modificaciones, a la búsqueda de la hazaña: L. Schaub reemplazó a F. Grillitsch y M. Gregoritsch entró en lugar de X. Schlager, para buscar su altura y tratar de llegar por medio de centros y pelotazos. Mancini reforzó el medio campo, y a los 107′ Cristante entró en reemplazo de Lorenzo Insigne.

Austria se la jugó con mucha gente en ataque, trató de meter la pelota en el área y cerró las posibilidades de cambios con dos últimas modificaciones: Iban 113′ y S. Ilsanker entró por el batallador K. Laimer y C. Trimmel lo hizo en lugar de S. Lainer. Y en ese minuto, llegó el descuento, tras un tiro de esquina cerrado desde la derecha de su ataque y la palomita de Sasa Kalajdzic para ganarle la posición a tres marcadores y señalar el gol de Austria, que dejaba 2-1 el partido para la “Azurra”.

Quedaban cerca de diez minutos para la emoción. Italia desperdiciaba contragolpes, uno de ellos muy favorable en el que Chiesa no pudo marcar, mientras Belotti se las ingeniaba para aguantar el balón y generar faltas en ataque, que le dieran un respiro a sus compañeros. Y Austria tuvo su última oportunidad a los 118′, cuando una jugada colectiva finalizó con un remate de Michael Gregoritsch que se fue desviado.

Italia cuando pudo jugó; cuando Austria lo complicó, luchó. Cuando tuvo sus chances, marcó, y al final sufrió y aguantó con el trabajo de sus delanteros. Ganó, se clasificó a cuartos de final de la UEFA EURO 2020 y no se desvía de su camino de reconstrucción.

Hernán O’Donnell

El seleccionado de basquetbol sueña con más gloria en los Juegos de Tokio

Argentina va a los Juegos Olímpicos Tokio 2020, que se jugarán del 23 de Julio al 8 de Agosto, con las ilusiones lógicas de un país que consume deporte. Que es más lo que lo vive a través de los medios que de lo que lo practica, pero en los últimos tiempos esto comienza a modificarse y la práctica deportiva es cada vez más intensa y popular. Más runners, más gente en las plazas que realizan actividad física, más entrenamientos y hasta caminatas. Entonces, sumado al interés mediático, los Juegos son, como siempre, la ventana más grande hacia la actividad deportiva. Y en medio de ese palpitar por cada resultado, por cada metro corrido o saltado, por cada brazada en el agua, el Basketball argentino aflora con su mística, su enorme corazón y las gestas que se repitieron a lo largo de la historia. Y detrás del seleccionado nacional, el sueño, la ilusión y la expectativa de un pueblo deportivo que celebra hasta el éxtasis cada victoria, cada campeonato cada medalla…

La fase de preparación previa hacia Tokio será en Las Vegas, por una invitación de USA Basketnall. La prepración se extenderá desde este 26 de Junio hasta el 16 de Julio, donde disputará cuatro amistosos, ante Estados Unidos, Australia y Nigeria. El 17 de Julio viajará a Japón y allí ya tendrá una semana más de preparación para el debut en los Juegos Olímpicos Tokio 2020 el día 26 de Julio.

El entrenador Sergio Hernández y el jugador Luca Vildoza se expresaron en una conferencia de prensa que fue retransmitida por la Confederación Argentina de Básquet a través de sus redes sociales y su canal de You Tube. Aquí están las frases más importantes que nos dejaron.

Luca Vildoza: “En el último Mundial dimos una imagen que no era la esperada; pocos contaban con que podíamos llegar a la final del mundo. Tenemos jugadores destacados en toda Europa, jugadores que luego llegaron a la NBA; ahora tenemos la posibilidad de sumar jugadores como…Este Juego Olímpico va a ser diferente. Ya todos saben lo que podemos hacer, lo que podemos generar, y creo que va a ser diferente, todos saben lo que podemos dar”. Para el “Oveja”, el equipo está aún mejor que el que fue subcampeón del mundo en China “en el plano individual, estamos mejor. Vildoza, Deck, Delía, Campazzo, Laprovittola, Brussino y Bolmaro, por ejemplo, están por encima de lo que ellos fueron en el Mundial de China 2019. Todos están mucho mejor, ninguno bajó el nivel. No quiere decir que en los Juegos tengamos el nivel que tuvimos en China, pero marca algo”, había señalado en la web oficial. “Siempre la continuidad en los procesos tienen una influencia muy grande. El éxito de la selección en los últimos 25 años es que hubo una continuidad, cuerpos técnicos que perduraron en el tiempo y que respetaron una idea grande. Mantener la identidad y la idea de juego que tenemos. El presente de nuestros jugadores es mejor que en la previa del Mundial. Los chicos tienen más experiencia. Están enriquecidos. La realidad es que llegan con más seguridad, con más confianza. Si vamos a jugar mejor, no lo se. pero sí que llegamos mejor que a China 2019”

El tema COVID es inevitable; “lo de las chicas fue un golpe muy duro, lamentamos lo que pasó. A veces pasan esas cosas; no significa que la Argentina haya hecho las cosas mal y los demás bien. No, son cosas que suceden. Nosotros vamos a tomar todos los recaudos. Sabemos que en Las Vegas se realiza ahora una vida normal, sin barbijos y demás, pero vamos a tomar todas las prevenciones. Creo que entrar en la paranoia o el pánico es peor. Nosotros estamos vacunados con las dos dósis y somos conscientes que hay que tomar los cuidados igual. En la Argentina se ha jugado en modo burbuja y funcionó. Tenemos que vivir con cuidados pero sin miedos, eso es lo más inteligente que podemos hacer” dijo Sergio Hernández, el entrenador.

“La preparación siempre tiene estas características: jugadores que terminaron la temporada en abril y otros que en junio aún están en competencia. Hoy, por suerte, a diferencia de muchos años atrás, los jugadores están muy acostumbrados al auto entrenamiento, entonces es muy difícil que un profesional que terminó en abril se quede quieto. Trabajan con sus personal trainer, van al gimnasio, siguen con buen ritmo de prácticas. Y nosotros buscamos que todos hagan lo que les hace falta. Que cada uno realice el trabajo en el que tiene algún déficit. Pero es muy difícil que alguno llegue mal. Hoy todos llegan muy bien, porque la post temporada es tan importante como la pre temporada. Y los jugadores cuando terminan se toman una semana de vacaciones y enseguida hacen una post temporada. En eso se diferencia a lo que sucedía hace muchos años”, dijo el “Oveja” Hernández con respecto a la preparación y como arriban los convocados.

“Mi primer Juego Olímpico lo hice en Beijing 2008 cuando tenía ya 45 años y medio había perdido las esperanzas de estar en un Juego. Ahí comprendí que es la experiencia socio-cultural-deportiva más importante que tiene el mundo. Los Juegos Olímpicos son diferentes a todos los eventos. Son lecciones permanentes, todos los días aprendes. Siempre aprendes algo. Ves que hay gente que festeja un puesto 80, pero lo festeja de verdad, porque sabe lo que cuesta. Vas a buscar un resultado deportivo, como vamos todos, pero si estás atento, siempre ganás, porque aprendes, porque valorás las cosas, porque ves el sacrificio de cada deportista. Es la experiencia más grande que tuve como deportista, después de tener hijos es lo más importante que viví”, señaló Hernández.

Hernán O’Donnell

Ferro y Dálmine dividieron oportunidades pero no pudieron salir del cero

El Campeonato de Primera Nacional es apasionante. por distintos motivos; porque es parejo, porque tiene cierto equilibrio, porque hay equipos, muchos, que intentan jugar bien, que pretenden un fútbol fluido y vistoso, porque buscan ganar de la manera más efectiva que es la de jugar bien, y porque tiene muchos pretendientes al ascenso. Son aquellos equipos que poseen una larga historia en la Primera División, con campeonatos ganados en varios casos, y porque sienten que es el lugar que les corresponde por historia. Todos buscan ese paso, regresar a la elite de nuestro fútbol. Y Ferro Carril Oeste es, sin dudas, uno de ellos. Con una larga trayectoria en la Liga más importante de la Argentina, con dos Campeonatos ganados, los Nacionales de 1982 y 1984, con dos subcampeonatos dignísimos en 1981, detrás de Boca en el Metropolitano de aquel año, y de River en el Nacional. Una institución llena de gloria y epopeyas futbol´siticas, eterno clásico de Vélez Sársfield y entreverado en enormes disputas con los cinco grandes nuestro fútbol.

Hoy le toca transitar la segunda división, y ahí está, en la lucha. Que es cruel y es mucha, porque para subir hay que ganar la zona, para ir a la final directa o entrar entre los cuatro primeros, para pelear por el segundo ascenso. Y el camino no es fácil, porque todos los rivales son duros, y Villa Dálmine, no fue la excepción. El equipo de Campana se paró con un 4-1-4-1 bien elástico. Porque a la línea de cuatro defensores, ubicó por delante de ellos, siempre, a Moyano. Y delante del volante central, Larrea, Díaz, Ojeda y Bersano, en tanto Gagliardi se mantenbía como referencia en la posición de delantero central. Y cuando lograba tener la pelota, Ojeda jugaba, Larrea se adelantaba y Germán Díaz movía los hilos del equipo, a través de su habilidad.

El equipo de Diego Osella, con la obligación que siempre tiene el conjunto local por alcanzar la victoria, sostuvo un esquema audaz: línea de cuatro con salida por derecha a través de Hernán Grana y por izquierda con el buen manejo y el excelnte criterio para la marca de Lucas Souto, Federico Fattori parado como volante retrasado, un poco más adelante Fernando Miranda y Emiliano Ellacópulos con la tarea de abastecer a los tres delanteros, Germán Rivero, Franco Toloza y David Gallardo.

El primer tiempo fue trabado, hasta que aparecieron las oportunidades. A los 16′ lo tuvo la visita, con un remate potente de Cristian Ojeda que desvió el arquero local, Marcelo Miño. Y después llegaron las chances de Ferro. A los 28′ Rivero entró solo por la derecha, por una gran asistencia de Ellacopulos, quedó mano a mano con el arquero, remató fuerte, el balón pegó en la pierna de Emanuel Bilbao y salió al corner, en la oportunidad más clara de Oeste en la primera parte. Enseguida Rivero tuvo otra chance, metió un buen tiro y la pelota pegó en el poste derecho de Bilbao, a las 29′ de la primera etapa.

Era más Ferro, en general. Y a los 35′ lo volvió a tener Rivero, quien recibió un buen centro de Ellacópulos y su cabezazo se fue arriba del travesaño. Dálmine había perdido la frescura de los primeros minutos y a los 40′ debió realizar el primer cambio en su equipo, con la lesión del lateral derecho Facundo Lando y en su lugar entró Zaid Romero, quien se ubicó como segundo marcador central. Se movieron los zagueros: el derecho, Maximiliano Pollacchi pasó de lateral derecho y el izquierdo, Rodrigo Cáceres se posicionó como primer marcador central.

Villa Dálmine salió con mayor decisión en el complemento. Y tuvo un lapso en el que se adueñó del juego, tuvo el control y gneró situaciones. Conducido por Díaz, con la picardía de Ojeda, a los 48′ Gagliardi tuvo una linda chance con una media vuelta. A los 51′ fue Bersano el que remató afuera desde buena posición. De a poco, el “Viola” rondaba el arco “Verdolaga”.

Ferro necesitaba despertarse y Osella movió el banco; a los 61′ modificó el ataque: Victorio Ramis reemplazó a David Gallardo y Carlos Airala ingresó en lugar de Franco Toloza. Pero estaba mejor la visita y a los 64′ Díaz probó de emboquillada y el balón se fue cerca, tras una gran jugada, primero con la gambeta y luego en una pared con Bersano. A los 74′ llegaron las variantes en la visita;  Sergio Sosa entró en lugar de A. Gagliardi y L. Cajes reemplazó a F. Bersano.

Marcelo Franchini dispuso las últimas dos modificaciones en su equipo cuando iban 80′ de juego: A. Stancato entró por S. Moyano y J. Franzoni ingresó por L. Larrea en el conjunto de Campana.

Ferro puso voluntad para volver a tener el partido bajo su autoridad. Y se recuperó en los últimos diez minutos, en los que volvió a generar situaciones ante el arco visitante. A los 82′ Ellacópulos sacó un gran tiro que pasó muy cerca del ángulo superior derecho de Bilbao. A los 84′ Franco Pulicastro ingresó en lugar de Germán Rivero. Y Oeste, bajo la lluvia persistente de Caballito, lo fue a buscar…

Villa Dálmine no se quedó en el rol de partenaire y a los 87′ su figura, y la del partido, Germán Díaz, metió un tiro libre que Miño sacó con los puños. Y las últimas fueron para el local. A los 90+1′ Airala remató suave cuando estaba muy cerca de la zona de definición. A los 90+3′ le quedó a Ferro la última bola de la tarde. Tiro libre en mitad de cancha, lo ejecutó el arquero Miño con un centro abierto para Gabriel Díaz; el capitán bajo la pelota y la engachó pulicastro, con un rmeta espectacular que se metía junto al travesaño, pero el vuelo de Bilbao la desvió al corner.

Fue el cierre de una tarde gris, fría y lluviosa, en la que Ferro y Villa Dálmine se dividieron las posibilidades, los puntos, y no pudieron salir del cero a cero.

Hernán O’Donnell

Argentina se repite en sus actuaciones, pero ya piensa en los cuartos de final

Se habló en la previa de este partido entre Argentina y Paraguay, por la tercera fecha del Grupo “A” de la CONMEBOL Copa América Brasil 2021, mucho más que de lo que se había conversado en los días previos a los partidos anteriores del seleccionado. Mucho más que antes de Chile y Uruguay. Porque el rumor que corrió durante el fin de semana fue que Lionel Andrés Messi no iba a jugar, y a partir de allí se establecieron todo tipo de especulaciones, análisis y debates sobre la certeza o no de esta ausencia, las razones de la misma y las posibilidades de los reemplazantes y del equipo en general, si el capitán no hubiera estado desde el inicio del juego.

Cuando faltaba poco más de una hora para que comenzara el partido, sucedió lo que muchos también imaginábamos y creemos que hace a la esencia de Messi: iba a jugar, a ser titular, tal como lo desea siempre: jugar todos los minutos de todos los partidos. Y si está cansado, descansa en la cancha, durante el partido. Apela a su inteligencia y camina a la búsqueda del mejor lugar de la cancha donde pararse, donde ubicarse. Argentina salió con un equipo distinto, pero con Messi adentro.

Una hora antes se supo la alineación de la selección: Emiliano Martínez, el dueño indiscutido del arco. Línea de cuatro con Molina, Romero, Pezzella y Tagliafico; dos volantes centrales: Guido Rodríguez y Leandro paredes. Por delante de ellos, tres media puntas, Alejandro Gómez, lionel Messi y Angel Di María. Y Sergio Agüero como centrodelantero. Enfrente Paraguay, con Antony Silva en el arco. Espínola, Gustavo Gómez, Junior Alonso y Arzamendia en el fondo. También doble eje central, con dos volantes con pasado en el fútbol argentino: el ex Boca, Andrés Cubas y Robert Piris da Motta, ex volante de San Lorenzo. Por delante, Alejandro Romero Gamarra, ex Huracán, Miguel Almirón, quien se destacó en Lanús y Angel Romero. figura de San Lorenzo. Como centro delantero, el jugador de Argentinos Juniors, Gabriel Avalos.

Lo cierto es que Argentina se repite. Juegue quien juegue, utilice el esquema que utilice. Siempre es un equipo que sale decidido, que juega bien un lapso del primer tiempo (que puede durar más o menos tiempo en ese período), pero que en ese momento despierta entusiasmo, invita a la ilusión y casi siempre domina al rival, lo supera, saca una ventaja en el marcador para luego diluirse en el complemento. Y allí sufre. En varias oportunidades le empataron, aunque esta vez contra Paraguay, igual que el partido anterior frente a Uruguay, pudo conservar la ventaja. Pero fue un partido repetido con respecto a los últimos cuatro que jugó. Un tiempo para gozar, el otro para sufrir.

Fueron muy buenos los primeros quince minutos del equipo de Scaloni. Con buena presión de los dos medios, Guido Rodríguez y Leandro Paredes, muy firme Romero en la defensa y concretos Tagliafico y Molina para trepar por las bandas. Adelante Di María y Alejandro Gómez se movieron y mostraron para ganarse un lugar en la titlaridad, mientras Messi buscaba darle aire a su amigo Agüero. A los 5′ probó el “Papu” Gómez con un remate que se fue apenas alto; a los 6′ Piris da Motta quisó jugar para su arquero de cabeza y se la dejó servida a Agüero, cuyo disparo se fue muy cerca desde una posición inmejorable.

Y a los 9′ abrió el marcador. La jugada nació en una combinación entre Di María y messi, el hombre de PSG se fue por la banda, amagó el pase lateral a Molina, entró hacia el medio y le cortó el pase a “Papu” Gómez, quien definió suave y por encima de la salida de Antony Silva y puso el 1 a 0. Un golazo que presagiaba una actuación convincente de Argentina, que a la postre no ocurrió.

El equipo de Scaloni comenzó como suele hacerlo; a ritmo arrollador, y con una ventaja temprana sobre el adversario. A los 17′ Messi metió un clásico tiro libre al palo del arquero, bajo y fuerte, que pasó muy cerca del poste derecho de Silva. Lucía preciso el conjunto albiceleste, mientras que Paraguay se recostaba en la velocidad de Miguel Almirón para desbordar y buscar, con sus cambios de ritmo, los ataques necesarios. Avalos alternaba buenas y malas con Romero y Germán Pezzella, mientras que Angel Romero no era productivo. Bien Piris da Motta para recuperar y fuerte Gustavo Gómez en los mano a mano. Pero era más la Argentina y lo hizo notar a lo largo del primer tiempo.

En el complemento se acentuó el dominio guaraní. Porque se quedó mucho la selección. Cedió campo y pelota, pero no tuvo aire para explotar los contragolpes. A los 58′ Joaquín Correa entró en lugar de Sergio Agüero, que no tuvo una buena noche. Y Paraguay empujó, sobre todo por el lado de Almirón, que buscaba socios y encontraba algo en Romero Gamarra, voluntad en Arzamendia y algo de Angel Romero.

Por eso Eduardo Berizzo decidió algunas modificaciones en Paraguay: iban 65′ cuando Oscar Romero reemplazó al “Kaku” Romero Gamarra y A. Cardozo entró en lugar de Andrés Cubas; cambios ofensivos para reforzar el ataque guaraní.

Argentina no respondía, y a los 71′ Rodrigo De Paul entró en lugar de Alejandro Gómez, mientras que a los 80′ Nicolás Dominguez entró en lugar de Leandro Paredes y Angelito Correa reemplazó a su tocayo, Di Maria; allí Messi encontró un socio. Un poco más de fútbol, alguien para tocar y armar juego. Respiró el conjunto albiceleste y se tomó un respiro al final.

Berizzo fue por las últimas variantes. A los 81′ R. Sanchez ingresó en reemplazo de Robert Ayrton Piris da Motta y un poco más tarde, a los 85′ B. Samudio reemplazó a Gabriel Avalos y C. Gonzalez ocupó el lugar de Angel Romero. Pero no tuvo oportunidades, y los pelotazos que rondaron el área argentina todos fueron conjurados por Emiliano Martínez, el indiscutible arquero argentino.

Para la selección fue ganar y clasificarse a los cuartos de final. Con un rendimiento similar al de los últimos partidos, resultados positivos y la clasificación asegurada.

Hernán O’Donnell

Argentina jugó un partido de nivel y se reencontró con la victoria

Se habló mucho, tal vez demasiado, de los empates de la Argentina. De las igualdades ante Chile y Colombia por la Competición Preliminar de la Copa Mundial de la FIFA-Qatar 2022 y del empate en la fecha inicial de la CONMEBOL Copa América Brasil 2021. Se habló de la falta de definición a la hora de concretar la elaboración, se mencionó cierta endeblez defensiva. Se dijo que iban a haber cambios en la alineación titular, que serían cuatro o más las modificaciones. Se habló mucho del equipo, tal vez demasiado.

Lo cierto es que sólo hubo dos variantes en la formación de Scaloni; el ingreso de Nahuel Molina por Montiel en el lateral derecho y la presencia de Guido Rodríguez, como volante central, por Leandro Paredes, en este caso por una molestia en las costillas del ex volante de Boca Juniors.

Y la Argentina fue. Ante un rival duro como Uruguay, que propuso, como siempre, un clásico duro y luchado, aunque con un medio, el de Bentancur, Torreira, Federico Valverde y Nicolás de la Cruz, con más juego que espíritu de batalla. Y Argentina fue a jugar. A buscar el partido desde el silbato inicial. A los 6′ tuvo una llegada muy clara con un remate de Messi que Muslera desvió y Lautaro Martínez no pudo conectar el rebote. A los 8′ hubo una jugada preparada; De Paul se la dio a Messi, Leo se la devolvió, el volante de Udinese lanzó el centro y Otamendi metió un cabezazo fuerte que controló el golero uruguayo.

Era más la Argentina, y a los 12′ llegó la apertura del marcador. Una jugada bárbara de Messi por izquierda, el desborde y el centro fueron exactos y por el otro costado apareció Guido Rodríguez para marcar de cabeza el 1 a 0 para la “Albiceleste”.

La Argentina no se relajó. Supo que Uruguay iba a adelantar líneas y a tratar de explotar la enorme jerarquía de sus dos delanteros, Cavani y Luis Suárez, pero no se quedó el equipo de Scaloni; más bien aprovechó espacios, acomodó los volantes y explotó salidas rápidas a partir del talento de Lo Celso, la pegada de De Paul y la magia indescifrable de Messi. Argentina era dueña del partido, aún cuando la “Celeste” se le venía encima. Pero el dueño del control del juego era el conjunto de Scaloni.

Porque se defendía con más orden y agresividad respecto de los partidos pasados; firme Cristian Romero, atento Otamendi, dispuestos al sacrificio Molina y Acuña y muy seguro el arquero Emiliano Martínez.

Uruguay jugaba al ritmo de Torreira, el más inteligente y hábil para llevar adelante la gestión, bien acompañado por Cavani, algo de lucha por parte de Suárez y más discontinuos Valverde y Bentancur. Tuvo pocas situaciones el conjunto de Tabarez, casi no forzó llegadas claras y la Argentina se fue al descanso con la tranquilidad de haber hecho bien las cosas.

Uruguay salió a jugar el segundo tiempo con una modificación. Nahitan Nández reemplazó a Bentancur. Y buscó un poco más la “Celeste”. Con un poco más de decisión, aunque sin la profundidad que la coyuntura le requería.

Argentina tuvo que hacer muy pronto un par de variantes; iban 51′ y Exequiel Palacios debió entrar por el lesionado Giovanni Lo Celso, en tanto Joaquín Correa entró en la ubicación de Lautaro Martinez. Después, a los 64′ Brian Ocampo entró por De la Cruz; un delantero por un volante para que el equipo de Tabárez tuviera más llegada. Y tuvo una buena posibilidad a los 68′ con un centro de González desde la izquierda que no pudieron captar ni Cavani ni Suárez. Fue peligroso, porque cualquiera de los dos delanteros pudo haber conectado a la valla de la Argentina.

Siguieron las variantes, y a los 69′ Angel Di María reemplazó a Nicolás González, mientras que en Uruguay Facundo Torres reemplazó al lateral González. Uruguay ya se paraba con más gente en el medio y el ataque que en la defensa. Comenzó a arriesgar más, aunque dejara espacios muy claros a sus espaldas.

Los últimos veinte minutos volvieron a ser de Argentina casi en su totalidad. Porque logró buenas asociaciones, metió contragolpes punzantes y una jugada combinada en la que Messi hizo girar al equipo al ritmo de su habilidad que terminó con un remate de Di María que se fue al corner, fue lo más sabroso del equipo nacional. Y un tiro libre de Messi a los 80′ que pegó en Otamendi; insólito por lo que podía tener un destino de red, tras una jugada individual de Leo que levantó elogios.

Uruguay no pudo llegar con claridad. Fue más empuje y “ponchazos” que juego elaborado. A los 83′ hizo su última modificación Gorriarán por Federico Valverde. La Argentina durmió el juego hacia el final, recostado en el sector derecho de su ataque, con pequeños partidos de fútbol “reducido” que terminaban con una infracción uruguaya y se reanudaban con la ejecución de esa falta para darle lugar a otro encuentro “reducido”.

Y se fue el clásico con una buena actuación Argentina, un triunfo valioso ante Uruguay, el nivel de juego mantenido y el reencuentro con el triunfo.

Hernán O’Donnell

Güemes guapeó en la Isla Maciel y se mantiene en lo alto de la Primera Nacional

Es uno de los candidatos a uno de los ascensos a la Liga Profesional de Fútbol. De dar el salto a la Primera División, la más alta y honorable de nuestro fútbol. Güemes de Santiago del Estero es una suerte de cenicienta del torneo, porque se presenta tras lograr el pase reciente del Federal “A”, pero a la vez es uno de los “muchachitos”, uno de los grandes protagonsitas. Encabeza la Zona “2” del Campeonato de Primera Nacional 2021 y por ahora logra esa clasificación a la gran final por el primer ascenso. Tuvo una prueba dura ante San Telmo en la siempre difícil cancha de la Isla Maciel, y la superó con hidalguía. Fue un poco más a la hora del balance y, si bien el punto es importante, también pudo haber ganado el partido. Claro que San Telmo también dispuso de su momento en el encuentro y durante más de una hora estuvo en ventaja, pero no logró hacer la diferencia, y al final, el empate estuvo bien.

Fue sacar del medio y salir a atacar al arco adversario. Así se tomó el partido Güemes. A los 30″ tuvo un tiro libre a favor por falta de Meza a la “Bestia” Romero, el potente centrodelantero de los “Gauchos”, y Claudio Vega ejecutó ese tiro libre que pasó cerca del palo izquierdo de Alan González.

Era más el visitante, con Pablo López como organizador del juego; sin embargo, a los 6′ San Telmo abrió el marcador. Se fue Melgarejo por izquierda, combinó con Ada, el centro rasante llegó al medio y Velázquez se anticipó a Zárate, le ganó la posición y marcó el 1 a 0 a favro del local.

Sintió el golpe el equipo de Pablo Martell; le costó ordenarse, y a partir de la movilidad de Nicolás Barrientos, quien buscó por derecha e izquierda, de las subidas de Salas y Lucero por los laterales y la potencia de Romero, el equipo se recuperó y volvió a tomar las riendas del juego.

Y sumó oportunidades. Primero con una media vuelta de Romero; después con un centro peligroso de Lucero que el arquero local supo controlar. Más tarde, con otra proyección de Lucero y el giro de Vega que continuó con un buen remate y de nuevo Alan González apareció para salvar a su valla. Un cabezazo bajo de Romero y un disparo potente de Barrientos a los 41′ cerraron el primer tiempo, que fue casi de exclusividad de Güemes. San Telmo había vuelto a aproximarse con una trepada de Lucas Arce y un centro cruzado que nadie pudo aprovechar.

Para el segundo tiempo, Martell dispuso dos modificaciones en su estructura; sorprendió la salida de Barrientos. Había sido de lo mejor del equipo, pero fue reemplazado por Javier Bayk, en tanto Marinucci ingresó en lugar de Algozino.

San Telmo salió con mayor decisión, como si hubiera sido consciente del primer tiempo errático que había jugado y a los 46′ llegó a otra posibilidad, tras un tiro de esquina y un cabezazo de Velázquez que se fue muy cerca del palo derecho de Salvá. Y a partir de allí el “Candombero” construyó unos veinte minutos del complemento muy buenos. Con mucha presión en la mitad de la cancha, la manija de Melgarejo para conducir al equipo, la dinámica de Rueda, la habilidad de Ada y la potencia de Velázquez. Fue el momento más complicado de Güemes en el partido. No era el equipo dominante del primer período y había perdido peso en el juego. Además, a los 62′ se lesionó el lateral Lucero, de buen partido, y debió ser reemplazado por Cristian Díaz.

Sin embargo, el equipo se sostuvo por la firmeza de Gabriel Fernández en el fondo para cortar, marcar y anticipar las maniobras locales y a los 67′ iba a tener otras dos variantes, las últimas, que iban a modificar el rumbo del partido. Fue cuando entraron Federico Boasso y Diego Diellos en reemplazo de Pablo López y la”Bestia” Romero. Ambos iban a pesar en la recuperación de Güemes. A los 69′ Boasso marcó un golazo con un disparo desde afuera que significó el 1 a 1. Y luego, ambos iban a conectarse con Marinucci y Vega para darle forma a un nuevo libreto de la obra.

San Telmo iba a tener otra oportunidad a los 71′ con un cabezazo de Velázquez que se fue cerca del palo izquierdo de Salvá. Y a los 77′ abrió la ventana de los cambios con el ingreso de R. Depetris en lugar de G. Ada. Pero ya el partido era otra vez de la visita y a los 82′ tuvo una excelente oportunidad, tras un tiro libre a favor del “Candombero” que Melgarejo no pudo ejecutar con precisión, nació un contragolpe conducido por Marinucci, quien luego habilitó a Claudio vega y su cabezazo salió muy cerca del palo derecho local. Muy buena contra de Güemes que no pudo coronar.

A los 88′ T. Amilivia reemplazó a E. Rueda y a los 90+1′ R. Gonzalez ingresó en lugar de L. Melgarejo; fueron las últimas variantes de San Telmo. Pero nada pudo modificar. Güemes se había recuperado y sostenido el empate, que bien pudo haber tenido otro resultado, pero por el contexto, el rival, el estadio y el resultado adverso temprano, tiene un gran valor.

Hernán O’Donnell

Quilmes fue audaz y estuvo cerca de dar el golpe en Villa Crespo

La derrota, injusta, frente a Agropecuario significó algo más que un resbalón y la pérdida de tres puntos. Fue también dejar el invicto, el único que se mantenía hasta el momento en el Campeonato de Primera Nacional 2021, ceder la ubicación de privilegio en la Zona “1”, esa posición que lo lleva a la final por el primer ascenso a la Liga Profesional de Fútbol, resbalar también hasta el tercer lugar…para Atlanta la visita a Carlos Casares no fue productiva y el encuentro ante el siempre complicado Quilmes significaba un excelente posibilidad para recuperarse.

Fue más duro de lo pensado. Porque el equipo de Facundo Sava salió a apretar desde el inicio, con un esquema agresivo. Cuatro defensores en la hilera, donde Bindella se soltaba de modo permanente, Drocco y Calello para la contención, Jonás Acevedo suelto y cerca de los delanteros: Tomas Blanco, Anselmo y Bonetto. Así, a los 3’ tuvo una chance clara, cuando Julián Bonetto se fue solo en contragolpe y ante el achique de “Pancho” Rago sacó un remate desviado, en una posibilidad clarísima para su equipo.
Lo tuvo después Atlanta, a los 6’ cuando Ochoa Giménez aprovechó una mala salida de la defensa visitante, pero no pudo usufructuarla pues su tiro también salió desviado.

El partido se hizo más complicado de lo que Atlanta imaginaba. Porque Quilmes fue audaz y valiente, y no lo dejó salir al “Bohemio” de su campo. Por lo menos, con la comodidad que lo suele hacer. Los cuatro hombres de ataque tapaban a los centrales, Flores no tenía libre el andarivel y Ramiro Fernández no hallaba progreso por izquierda. Y si bien cerró el primer tiempo con un tiro alto de Pedrozo a los 42’ y y un centro del mismo Pedrozo que Alan Perez cabeceó al medio y Saracho controló con facilidad, Quilmes dejó una imagen de superioridad.

Erviti entendió lo mismo, que el equipo no había estado bien en el primer tiempo y decidió tres variantes para comenzar la segunda etapa. Modificó el sector izquierdo de la defensa; afuera García y Fernández, adentro López y Luque, además de Facundo Taborda en reemplazo de Ramirez. Más ataque y salida por los costados.

A los 52’ Pedrozo tuvo un mano a mano con Rodrigo Saracho y el arquero de Quilmes le desvió su tiro al córner. A los 54’ Colombini metió un buen cabezazo, aunque desviado. Respondió la visita con otro golpe de cabeza, por medio de Julián Bonetto, tras un tiro de esquina. Y a los 65’ Ochoa Gimenez elevó un remate arriba del travesaño.

Era otro partido. Aunque Quilmes volvió a apretar, Atlanta mostraba otra imagen. A los 66’ Facundo Sava movió el banco visitante. Fernando Luna entró por Drocco y Mariano Barbieri reemplazó a Tomás Blanco.
A los 70’ le llegó una oportunidad, tras una pelota perdida por Ochoa Gimenez, Bonetto se fue de contra y su disparo salió alto.
Y más cambios en el partido. A los 73’ Cristian García reemplazó a Pedrozo, para reforzar el ataque local. Pero Quilmes volvía a avisar, con un tiro libre, el rebote le quedó a Bindella y su tiro fue atajado por Pancho Rago.

A los 79’ salió el capitán visitante, Calello y lo reemplazó Tomás Bottari. En Atlanta, a los 85’ Alejo Dramisino ingresó por Santiago Solari, y en los pocos minutos que estuvo en el campo de juego fue dinámico, profundo y hasta se dio tiempo para probar al arco.
Quilmes hizo su último cambio a los 89’ cuando Emmanuel Moreno ingresó por Bonetto y tuvo, a los 90+2’ una chance más, quizás la más impactante del partido. Martin Ortega sacó un par largo para Jonás Acevedo, de buen segundo tiempo, este parecía que perdía el balón con Lopez, pero el zaguero local no controló la pelota y Acevedo aprovechó para sacar un centro al que Rago no llegó y Anselmo desvió su remate, en una posición inmejorable. Quilmes desperdició una última oportunidad.
Fue una tarde fría y gris para Atlanta. Como el tiempo helado de esta Buenos Aires, en la que salvó un punto, pues el partido fue muy complicado y Quilmes estuvo cerca de hacerle un daño mayor.

Hernán O’Donnell