Argentina jugó un partido de nivel y se reencontró con la victoria

Se habló mucho, tal vez demasiado, de los empates de la Argentina. De las igualdades ante Chile y Colombia por la Competición Preliminar de la Copa Mundial de la FIFA-Qatar 2022 y del empate en la fecha inicial de la CONMEBOL Copa América Brasil 2021. Se habló de la falta de definición a la hora de concretar la elaboración, se mencionó cierta endeblez defensiva. Se dijo que iban a haber cambios en la alineación titular, que serían cuatro o más las modificaciones. Se habló mucho del equipo, tal vez demasiado.

Lo cierto es que sólo hubo dos variantes en la formación de Scaloni; el ingreso de Nahuel Molina por Montiel en el lateral derecho y la presencia de Guido Rodríguez, como volante central, por Leandro Paredes, en este caso por una molestia en las costillas del ex volante de Boca Juniors.

Y la Argentina fue. Ante un rival duro como Uruguay, que propuso, como siempre, un clásico duro y luchado, aunque con un medio, el de Bentancur, Torreira, Federico Valverde y Nicolás de la Cruz, con más juego que espíritu de batalla. Y Argentina fue a jugar. A buscar el partido desde el silbato inicial. A los 6′ tuvo una llegada muy clara con un remate de Messi que Muslera desvió y Lautaro Martínez no pudo conectar el rebote. A los 8′ hubo una jugada preparada; De Paul se la dio a Messi, Leo se la devolvió, el volante de Udinese lanzó el centro y Otamendi metió un cabezazo fuerte que controló el golero uruguayo.

Era más la Argentina, y a los 12′ llegó la apertura del marcador. Una jugada bárbara de Messi por izquierda, el desborde y el centro fueron exactos y por el otro costado apareció Guido Rodríguez para marcar de cabeza el 1 a 0 para la “Albiceleste”.

La Argentina no se relajó. Supo que Uruguay iba a adelantar líneas y a tratar de explotar la enorme jerarquía de sus dos delanteros, Cavani y Luis Suárez, pero no se quedó el equipo de Scaloni; más bien aprovechó espacios, acomodó los volantes y explotó salidas rápidas a partir del talento de Lo Celso, la pegada de De Paul y la magia indescifrable de Messi. Argentina era dueña del partido, aún cuando la “Celeste” se le venía encima. Pero el dueño del control del juego era el conjunto de Scaloni.

Porque se defendía con más orden y agresividad respecto de los partidos pasados; firme Cristian Romero, atento Otamendi, dispuestos al sacrificio Molina y Acuña y muy seguro el arquero Emiliano Martínez.

Uruguay jugaba al ritmo de Torreira, el más inteligente y hábil para llevar adelante la gestión, bien acompañado por Cavani, algo de lucha por parte de Suárez y más discontinuos Valverde y Bentancur. Tuvo pocas situaciones el conjunto de Tabarez, casi no forzó llegadas claras y la Argentina se fue al descanso con la tranquilidad de haber hecho bien las cosas.

Uruguay salió a jugar el segundo tiempo con una modificación. Nahitan Nández reemplazó a Bentancur. Y buscó un poco más la “Celeste”. Con un poco más de decisión, aunque sin la profundidad que la coyuntura le requería.

Argentina tuvo que hacer muy pronto un par de variantes; iban 51′ y Exequiel Palacios debió entrar por el lesionado Giovanni Lo Celso, en tanto Joaquín Correa entró en la ubicación de Lautaro Martinez. Después, a los 64′ Brian Ocampo entró por De la Cruz; un delantero por un volante para que el equipo de Tabárez tuviera más llegada. Y tuvo una buena posibilidad a los 68′ con un centro de González desde la izquierda que no pudieron captar ni Cavani ni Suárez. Fue peligroso, porque cualquiera de los dos delanteros pudo haber conectado a la valla de la Argentina.

Siguieron las variantes, y a los 69′ Angel Di María reemplazó a Nicolás González, mientras que en Uruguay Facundo Torres reemplazó al lateral González. Uruguay ya se paraba con más gente en el medio y el ataque que en la defensa. Comenzó a arriesgar más, aunque dejara espacios muy claros a sus espaldas.

Los últimos veinte minutos volvieron a ser de Argentina casi en su totalidad. Porque logró buenas asociaciones, metió contragolpes punzantes y una jugada combinada en la que Messi hizo girar al equipo al ritmo de su habilidad que terminó con un remate de Di María que se fue al corner, fue lo más sabroso del equipo nacional. Y un tiro libre de Messi a los 80′ que pegó en Otamendi; insólito por lo que podía tener un destino de red, tras una jugada individual de Leo que levantó elogios.

Uruguay no pudo llegar con claridad. Fue más empuje y “ponchazos” que juego elaborado. A los 83′ hizo su última modificación Gorriarán por Federico Valverde. La Argentina durmió el juego hacia el final, recostado en el sector derecho de su ataque, con pequeños partidos de fútbol “reducido” que terminaban con una infracción uruguaya y se reanudaban con la ejecución de esa falta para darle lugar a otro encuentro “reducido”.

Y se fue el clásico con una buena actuación Argentina, un triunfo valioso ante Uruguay, el nivel de juego mantenido y el reencuentro con el triunfo.

Hernán O’Donnell