Argentina venció a Polonia y empieza a tomar forma

La Copa Mundial de la FIFA-Catar 2022 tiene todos los condimentos de los Mundiales. Expectativa, emoción, sorpresas, color en personajes simpáticos, aliento genuino y también un poco de histeria colectiva en los “figuretis”, tal como hace tiempo se denominó a aquellos que desean “figurar”, pertenecer a un mundo de reconocimientos, estar cerca de los protagonistas y tener por carácter transitivo una fama que se les pegue, o, como en estos tiempos de silencio y aislamiento de los verdaderos protagonistas (jugadores y entrenadores), que les hagan entonces a ellos una nota, un pequeño reportaje, y poder contar sus experiencias en el Mundial. En estos tiempos locos y tecnológicos, donde las cadenas de televisión y las múltiples plataformas derivadas se encuentran “obligadas” a transmitir durante 24 horas del día, es difícil llenar ese espacio cuando no hay acceso a los protagonistas. Entonces, hay que llenar el espacio. Y la mayor parte se cubre con “sesudos” análisis, y sobre análisis, del juego, en mesa de debates donde el número de expositores varía entre dos y ocho, y otra buena parte de esas interminables horas de pantalla se llenan con el “color” del Mundial. Y ahí aparece la repentina y efímera fama de los circunstanciales viajeros. Mientras, el protagonismo de los futbolistas se reduce a pequeñas y apuradas conferencias de prensa antes o después de los partidos. Aquella vieja práctica dele periodismo, en la que se entrevistaba a los jugadores durante la competencia, y se los conocía con mayor profundidad, y se les daba el rol preponderante que tenían, y tienen, en el Torneo, parece haber quedado en un viejo recuerdo del pasado.

Crédito: @FIFAWorldCup

Pero el juego manda, y esos es lo que nos ocupa. Al cabo, el Fútbol siempre se juega dentro de la cancha, y mientras haya cancha, pelota, jugadores e hinchas, siempre habrá fútbol. Los primeros en clasificarse fueron Países Bajos, Senegal, Australia y Francia. Y otros dos grupos entraron en la jornada decisiva. En uno de ellos, se jugó la suerte de Argentina, que debía por lo menos igualar ante Polonia. Una derrota era el pasaje de salida del torneo.

El seleccionado polaco formó con Szczescny; Mathew Cash, Kamil Glik, Kiwior y Bereszynski; Zielinski, Bielik, Krichowiak y Frankowski; Swiderski y Robert Lewandowski. El equipo de Lionel Scaloni comenzó con Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi y Acuña; De Paul, Enzo Fernández y Alexis Mac Allister; Angel Di María, Lionel Messi y Julián Alvarez.

Fue un partido unilateral, porque la Argentina lo manejó de principio a fin. Y tuvo ribetes extraños, porque el equipo de Scaloni dominó, buscó, y obtuvo un triunfo claro ante Polonia, aunque lleno de matices: tuvo un penal a favor a los 38′ indicado por el VAR, pero difícil de poder justificar; no lo pudo aprovechar porque Szczesny, el arquero de Juventus, supo adivinar el tiro de Lionel Messi, y desvió su disparo; pero fue paradójico, porque el equipo no sintió el golpe sino que creció en el juego. Y avasalló sobre el cierre del primer período.

Abrió el marcador apenas comenzó el segundo tiempo, tras una buena habilitación de Nahuel Molina a Alexis Mac Allister, y el jugador de Brighton sacó un remate cruzado que puso el 0-1 a los 46′ del partido. Pero las rarezas iban a continuar en este juego, pues a pesar de adelantarse en el marcador, Argentina se encontró con un rival inofensivo e inexpresivo, que no salió a buscar el empate sino que se conformó con un resultado que lo clasificaba porque era difícil que México goleara a Arabia Saudita. Los primeros cambios de Scaloni sucedieron a los 57′ de juego; Leandro Paredes entró por Angel Di Maria y Nicolás Tagliafico reemplazó a Marcos Acuña.

Crédito: @FIFAWorldCup

El partido era tan extraño que Argentina dominaba con claridad, pero el rival no mostraba rebeldía para ir a buscar la igualdad. En una buena maniobra, Fernández asistió a Julián Álvarez, que supo enganchar en el área, y meter un disparo al ángulo superior izquierdo del arquero de la Juventus, para poner el partido 0-2 a favor de Argentina cuando iban 66′ de juego.

A los 78′ llegaron el tercer y cuarto cambio de la Argentina, en la segunda ventana habilitada de variantes, y Scaloni decidió que Lautaro Martinez ingresara por Julián Alvarez, mientras que Germán Pezzella reemplazó a Enzo Fernandez.

Pero Polonia no salía; aún con un resultado adverso, el conjunto europeo prefería cuidar el segundo lugar, y esto significaba no recibir más goles de la Argentina, y a la vez aguardar que México no goleara a Arabia Saudita. Jugaba con “la radio en la oreja”, y mientras recibía las noticias desde el banco de suplentes que los Aztecas ganaban 2-0, el marcador le alcanzaba, y especulaba con eso, aunque le fueron invalidados dos goles a los del “Tata” Martino, que lo hubieran puesto al borde de la eliminación.

Tampoco Argentina forzaba mucho el ataque. Por si hubiera habido pocas rarezas, la Selección no apretó el acelerador para ampliar la ventaja y terminar con tranquilidad. Solo una presión individual de De Paul provocó un mal pase hacia atrás de Skoras, el balón lo tomó Lautaro Martínez, se fue sólo y desvió su disparo. Hubiera sido lapidario para Polonia, porque en ese momento México ganaba 2-0 y un tercer gol de la albiceleste lo hubiera subido al segundo puesto a los aztecas, y los polacos quedaban eliminados. Pero la pelota se fue afuera, Polonia mantenía la ventaja sobre México, y el gol final de Arabia Saudita terminó por condenar al equipo de Gerardo Martino.

Argentina hizo el quinto cambio a los 82′, cuando Thiago Almada ingresó en lugar de Alexis Mac Allister. Y tuvo una situación final, casi sin despeinarse, cuando Nicolás Tagliafico entró por izquierda y resolvió “picarle” el balòn a Szczesny, pero el arquero amortiguó el tiro, y cerca del arco Jakub Kiwior rechazó la pelota.

No hubo más situaciones, incluidos los seis minutos adicionales. Polonia no salió de su campo, Argentina no forzó más el ataque y ambos se fueron satisfechos con la clasificación.

El equipo de Scaloni ahora deberá medirse ante Australia. El Mundial avanza, los candidatos se perfilan, y la Argentina de Messi, esa que gran parte del “planeta fútbol” sueña con verla en lo alto del podio, empieza a tomar forma.

Hernán O’Donnell