Las distintas miradas en un deporte de apreciación para explicar el triunfo de Teófimo López

Esperábamos a la pelea del año; así se la había promocionado, también aceptamos que nosotros entendíamos que así podía ser. Para los fanáticos del boxeo el choque entre Vasily Lomachaneko y Teófimo López que unificó todos los cinturones de Peso Ligero, era el combate del año. y nos decepcionó, al margen de la victoria de López, a quien vimos ganar por 115-113, y llevarse los tìtulos que tenía el ucraniano de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), Organización Mundial de Boxeo (OMB) y Consejo Mundial de Boxeo (CMB) amén de mantener el propio, el de la Federación Internacional de Boxeo (FIB).

Pero la pelea estuvo muy lejos de ser la esperada. López se hizo dueño de la primera mitad del combate, un poco por su iniciativa y otro tanto por la pasividad exasperante de Lomachenko. En el primer round se lo vio más suelto al norteamericano de origen hondureño, con un dominio del centro del ring y una disposición a buscar al adversario. El segundo capítulo fue más equilibrado, pero también lo vimos con una leve ventaja a López. y así, hasta el sexto round.

La gran duda es por què Lomachenko no soltó manos, se dedicó a caminar el cuadrilátero y solo jugó al desgaste de su rival. Una estrategia peligrosa, casi suicida, porque si bien provocó que López hiciera el gasto y afrontara la segunda parte de la pelea con menos energía también se posicionó en una clara desventaja en las tarjetas, y si no llegaba el knock out podía pasar que su ímpetu final no alcanzara.

Desde el séptimo round en adelante, el protagonismo fue de Lomachenko. Tuvo todo lo que sus fanáticos le reconocen: buenas combinaciones, el paso adelante en el tiempo exacto, precisión en el blanco, potencia en los puños, velocidad. Tuvo un octavo round muy destacado, de lo mejor de la noche.

Y continuó con la imposición de condiciones en las siguientes vueltas. Para nosotros ganó sin discusiones el noveno round, el décimo y el decimoprimero.

Si lograba mantener el dominio en el último asalto hubiera sido empate, tal como muchos lo vieron. Creemos que comenzó mejor el ucraniano, que tuvo su momento en el primer minuto y medio del round, pero luego se sobrepuso Teófimo, lo conectó con una buena combinación de manos, por momentos desbordó y en un round fuerte, lo vimos un poco mejor. Justo para sacar la diferencia de dos puntos, 7 vueltas a 5, y ganar por 115 a 113.

Ni por asomo vimos una distancia de 10 puntos que implican que 11 rounds los gano López. De ninguna manera; no es posible esa tarjeta, no se puede afirmar que Lomachenko se llevó sólo un asalto. No se pueden discutir los rounds 8, 9 y 11. Tampoco el décimo. Por eso, si alguien vio mejor a Loma en el último y le quedó empate, está bien. Es la posibilidad de otra mirada en un deporte de apreciación. Lo mismo en el round 2 y 6; hay quienes vieron mejor a Vasiliy allí, por lo cual muchos también lo vieron ganar la pelea. Se puede discutir mucho porque la paridad estuvo muy presente en este duelo. Por eso no creemos en semejante diferencia.

Teófimo celebró con emoción su victoria más importante en su ascendente carrera. Polémico, pero triunfo al fin. “Iremos a Disney World a festejar”, gritó en el escenario cuando ya la miel de la victoria lo envolvía. Es tiempo de darle rienda suelta a su alegría, en su noche más trascendente ante un rival calificado que se fue envuelto en un preocupante silencio y lleno de dudas.

Hernán O’Donnell