La capacidad de llegar al gol es el gran atributo de este Milan imparable

El Milan es un equipo que, entre muchas virtudes, tiene facilidad para llegar al gol. Sabe defenderse, elaborar juego, generar llegadas, pero tiene la virtud màs valiosa de un equipo: capacidad de gol. Lo que todo DT sueña conseguir.

Ante Sparta Praga dio una muestra más de esa caracterìstica. Porque poco había hecho hasta el balón que robó Brahim Diaz, cediò a Zlatan y el sueco condujo por derecha hasta que llegò el momento exacto del pase al español; Diaz engancho y convirtiò a los 21′ de juego para poner el 1 a 0. A pesar de que luego, a los 35′ Ibrahimovic estrellò un penal en el travesaño, tras una infracción que él recibió en el àrea, el local mostró esa cualidad tan requerida por los equipos. Puede errar penales, pero tiene un notable poder de fuego.

Sparta Praga se animó con el penal fallado y tuvo diez minutos finales del primer tiempo más que correctos, que lo ilusionaban para el complemento.

Milan salió a la segunda parte con una variante: Leao por Ibrahimovic. Y durante un lapso, el visitante fue un poco más, alentado por el marcador estrecho. Pero bastó una aceleración del equipo de Pioli para volver a golpear. Se fue Dalot por izquierda, sacó un centro con el pie derecho con “tres dedos” y Leao recibió el balón solo frente al arco para marcar el 2 a 0 a los 56′ del partido.

Sparta Praga intentò dos cambios: iban 62′ y L. Kozakentró por L. Julis y D.M. Karlsson ingresò por L. Krejci. Pero pronto llegaba el golpe final. Excelente pelotazo de Bennacer para el pique de Dalot y el lateral con un fuerte remate marcó el 3-0 a los 66′ del encuentro. Entró Conti por Calabria y a los 80′  L. Duarte en lugar de A. Romagnoli y 80′ F. Kessie por I. Bennacer; Milan era dueño del partido. Se animaba a cosas poco habituales, como el desprendimiento de los zagueros centrales. Se iba Kjaer, se iba Dalot, trepaba Kessié, todos se mostraban con confianza para atacar desde cualquier lado.

A los 87′ D. Maldini entrò por R. Krunic para cerrar el partido. Un Milan que no brilló, pero que mostró sus principales atributos y entre ellos su mejor virtud: el poder de fuego, la capacidad de convertir, el gol que siempre está latente en sus ataques, para sostener esta racha impresionante que lo lleva a la bùsqueda de su lugar en el mundo.

Hernán O’Donnell