Boca y Santos aburrieron, pero dejaron la serie abierta

Aburrieron Boca y Santos. Como los viejos partidos de la Copa Libertadores, con menos pierna fuerte, es verdad, sin los foules descalificadores de otrora pero con la cautela, la prudencia y el orden a rajatabla permanente. Casi sin sorpresas ni emociones. Una llegada clara de Boca en el primer tiempo, con la aparición de Sebastián Villa por izquierda y su remate en el travesaño.

Los dos tomaron muchos recaudos. Santos se paró en su campo, con una defensa cerrada, pero con la habilidad de Yeferson Soteldo como eje para la distribución y la conducción en cada arranque. Boca fue el Boca de siempre; con mucho orden, atento y concentrado, y con los pelotazos largos a Villa como un argumento fundamental de ataque.

Así tuvo otra chance en el primer tiempo cuando Esteban Andrada sacó largo, Tévez aguantó el balón, habilitó a Villa, el colombiano arrancó a toda velocidad y puso un pase preciso para el pique de Eduardo Salvio. Y el “Toto” se apresuró en la decisión final, pues largó un centro apresurado y el balón se perdió arriba del travesaño. Tévez venía tranquilo y solo por el medio, era cuestión de esperarlo para cederle la pelota por el centro.

En el complemento, se cuidaron más. Boca fue superior en el inicio; tuvo quince minutos muy buenos, en los que mostró algunas variantes en el juego y un par de aproximaciones, con desbordes por los costados y algunos centros. Fue curioso que se soltara más Jara que Fabbra, pero lo cierto es que Boca insinuó más de lo que concretó.

El ingreso de Cardona por el “Pulpo” González a los 62′ fue un mensaje que se pudo tomar con optimismo; meter a un creativo en reemplazo de un hombre de marca y despliegue. Pero el colombiano se recostó sobre la izquierda y estuvo controlado y contenido. Y a los 72′ Russo puso a Buffarini en reemplazo de Salvio, por lo cual el equipo recibió un nuevo mensaje: mayor cautela, prudencia y conservación del cero en el arco propio. También entró “Wanchope” Abila por Soldano, más como una estrategia de cederle minutos de juego al delantero cordobés de cara al desquite.

Santos mantuvo su idea. Persecuciones individuales, circulación en el medio y tranquilidad para mantener el partido frío. Y dejaba la sensación de tener alguna carta en la manga.

La situación más clara de la visita fue a los 75′ cuando Marinho se fue por derecha, le ganó la posición a Izquierdoz y a Fabbra, y cuando se iba al fondo, “Cali” Izquierdoz lo cruzó, en una falta que ni el árbitro ni el VAR creyeron ver penal.

Después de eso, no hubo mucho más. Boca chocó contra una defensa cerrada de la visita, el Santos mantuvo el orden y la amenaza latente, mientras que el juego global se diluyó en el aburrimiento de la ausencia de emociones, de situaciones que alteraran la monotonía.

Todo quedó abierto para la semana que viene, en Brasil. Allí tendrá que jugarselá Boca Juniors, no le alcanzaría con aguantar como argumento único, si bien el resultado le puede llegar a sonreir porque ahora cada gol va a pesar mucho. Pero Santos, imaginamos, cambiará. Saldrá un poco más, buscará con mayor ahínco. Aunque no podrá descuidarse, porque Boca es un grande de América y le puede hacer daño en cualquier momento.

Será un duelo emocionante. Más que este que acabamos de ver, seguro.

Hernán O’Donnell