Europa abrió su fiesta e Italia avisa que está de regreso

Una ceremonia impactante, emotiva, maravillosa. El histórico Estadio Olímpico de Roma, sus luces, su celebridad y la magia de la ciudad eterna que albergó el partido inaugural entre Turquía e Italia. Una fiesta acorde al deporte más maravilloso del mundo. De primera categoría, con la escenografía adecuada y los números artísticos sobrios y jerárquicos.

Y la música de Andrea Bocelli, su voz incomparable para darle paso a la banda irlandesa U2, que interpretó la canción de la EURO 2020. Emoción y ansiedad, una mezcla perfecta para vivir la ceremonia previa. Por la espectacularidad de la bienvenida y las ganas de gozar el fútbol. Con las mejores voces, el tenor Bocelli y la potencia rockera de Bono. Y la pelota que rueda de modo mágico en un estadio italiano…

Turquía, que por esos misterios de las organizaciones de los torneos ocupó el rol de local ante Italia en Roma, salió a llevarse por delante al rival. Con Calhanoglu como organizador, se paró bien cerca del medio campo, con mucha población allí a la búsqueda de ganar la batalla del centro del espacio. Y se mantuvo firme en defensa, sin soltarse ni asumir ningún tipo de riesgo.
Italia se acomodó a la propuesta y muy pronto se armó para jugar el partido. Barella como eje en el medio, Inmmobile e Insigne en ataque; Florenzi para abrir la cancha. Jorginho y Locatelli para la elaboración. Y, sin perder la paciencia, lo fue a buscar.
Soltó a Spinazzola por izquierda, adelantó a los zagueros, y ganó el balón en la mitad de la cancha. A los 23’ tuvo su primera chance, la más clara del primer periodo cuando Chiellini cabeceó tras un tiro de esquina y el vuelo del arquero “local” desvió el balón que tenía destina de red.
Y luego sumó una segunda oportunidad a los 42’ cuando Immobile se abrió del centro a la derecha y sacó un disparo preciso que contuvo el arquero de Turquía.

En el segundo tiempo, ambos presentaron algunas modificaciones en su estructura. C. Under ingresó por Y. Yazici en el equipo que hizo las veces de local; Di Lorenzo en lugar de Florenzi en el lateral derecho de la “Azurra”. Cada uno conocía su libreto, pero Italia mantuvo su compromiso con la victoria y a los 52’ llegó a la apertura del marcador a través de un centro desde la derecha que encontró el cierre apurado de Demiral y el defensor turco, en su afán de evitar el balón no pudo más que rebotarlo con la panza y enviarlo, sin intención, claro, al fondo de su valla. 0-1 para Italia y el partido que empezaba a mostrar su detino.

Con el resultado a favor, Italia se sintió más tranquilo. Podía manejar el partido sin la presión de convertir, aunque Turquía no salía. Entonces apeló a la circulación, a darle sentido y recorrido al balón, a través de la proyección de los laterales y del trabajo colectivo de los internos. Y a los 65’ llegó el segundo tanto. Un remate fuerte de Spinazzola, Cakir rechazó e Immobile capturó el rebote para marcar el 0-2.

Entonces Turquía fue por dos variantes en su formación; a los 64′ K. Ayhan reemplazó a O. Tufan y I. Kahveci ingresó en lugar de O. Yokuslu. También Mancini modificó a su equipo, a los 74′ decidió el ingreso de Bryan Cristante, volante de la Roma, por Locatelli. Más aire y piernas para la batalla del centro del campo. Y enseguida, en la lluvia de variantes,

Entonces Turquía fue por dos variantes en su formación; a los 64′ K. Ayhan reemplazó a O. Tufan y I. Kahveci ingresó en lugar de O. Yokuslu. También Mancini modificó a su equipo, a los 74′ decidió el ingreso de Bryan Cristante, volante de la Roma, por Locatelli. Más aire y piernas para la batalla del centro del campo. Y enseguida, en la lluvia de variantes,

Entonces Turquía fue por dos variantes en su formación; a los 64′ K. Ayhan reemplazó a O. Tufan y I. Kahveci ingresó en lugar de O. Yokuslu.

Ahí se le simplificó el partido. Turquía no encontró los caminos, porque se había organizado para contener y de pronto se vio abajo en el marcador en donde ya la distancia era un poco más amplia. También Mancini modificó a su equipo, a los 74′ decidió el ingreso de Bryan Cristante, volante de la Roma, por Locatelli. Más aire y piernas para la batalla del centro del campo. Y enseguida, en la lluvia de variantes, cuando iban 76′ I. Dervisoglu reemplazó a K. Karaman en el equipo rojo.
Para colmo, de una salida fallida del fondo llegó el tercer gol de Italia; fue a los 79’, con un estupendo disparo de Insigne, cruzado y al ángulo que marcó el 0-3.

Ahí se cerró el encuentro, aunque restaban diez minutos por jugarse más algunos de prórroga. Mancini, el entrenador italiano, aprovechó las dos ventanas que le quedaban y selló las variantes. Ya se jugaban 81’cuando Federico Chiesa reemplazó a L. Insigne; Andrea Belotti ingresó en la ubicación de Ciro Immobile y F. Bernardeschi entró por el lesionado D. Berardi.

Italia se abrazo a la victoria, festejó con alegría y celebró tres puntos de esperanza, que lo vuelven a ubicar en la escena de los grandes, luego de la tristeza por la ausencia en la Copa Mundial de la FIFA-Rusia 2018. Ahora es tiempo de mostrarle al mundo que el gigante está de regreso.

Hernán O’Donnell