Argentina avanzó con una goleada al paso

Fue el partido que imaginaba la “Cátedra”, el que se relató antes de jugarse, el de las diferencias marcadas. Argentina salió, como siempre, a llevarse por delante a su rival, y vaya si lo hizo. Pero esta vez se encontró con un adversario un poco más débil que el resto del los rivales anteriores y sacó una ventaja amplia en el primer tiempo que le permitió conducir el juego con mucha serenidad.

A los 2′ tuvo la primera llegada, un desborde de Alejandro Gómez, el remate de Agüero y Lampe que tapó el disparo a quemarropa. El rebote le quedó a Angelito Correa y otra vez el arquero boliviano impidió la caída de la valla. Y luego, a los 5′ llegó la apertura del marcador, una jugada bárbara de Correa, recostado sobre la derecha, el pase a Messi volcado a la izquierda y la habilitación a Gómez, para que el “Papu” definiera por emboquillada y marcara el 0-1, pues Bolivia ofició de local en el “Arena Pantanal” de Cuiaba.

Argentina fue dueña del primer tiempo. Con una presión constante de sus volantes más retrasados, Palcios y Guido Rodríguez, una tarea encomiable de Angel Correa para la elaboración de juego, la habilidad de Gómez y la experiencia y jerarquía de Messi y Agüero. Demasiado para Bolivia, que trataba de apoyarse en Justiniano, desprenderse con Ramiro Vaca y atacar con Chura. Pero no podía con una defensa firme, que además de sostenerse en Martínez y Pezzella, tenía una salida permanente con el “Huevo” Acuña.

A los 31′ aumentó Lionel Messi de penal, y ya con el 0-2 la incógnita era a cuanto podía aumentar el resultado. Bolivia tuvo su primera llegada a los 38′ con un disparo lejano que tapó Franco Armani y a los 41′ Leo Messi convirtió el tercer gol de Argentina ante la salida de Carlos Lampe, que no podía detener toda la artillería que le tiraban. Entonces, con ese 0-3 se terminó el primer período.

Los dos equipos salieron a disputar el segundo tiempo sin modificaciones. Y con la misma tesitura; Argentina con la pelota, el manejo sereno y con buena circulación, para abrir espacios y encontrar los caminos libres hacia el arco de Lampe. Bolivia cautelosa, a la espera de no perder la brújula ni exponerse a una goleada catastrófica. Con dos líneas de cuatro replegadas y atentas a cubrir todos los espacios.

A los 55′ vino el primer cambio para la Argentina; Julián Alvarez ingresó en lugar de Alejandro Gómez.

Y, de pronto, cuando nada hacía sospechar que algo iba a pasar, Leonel Justiniano se proyectó por derecha, fue al fondo, sacó un buen centro y Saavedra metió un remate alto que dejó inmóvil a Armani y el encuentro quedó 1-3 para la “Albiceleste”.

César Farías tenía tres variantes decididas para su selección y tras el gol de descuento, a los 60′ determinó que J. Sagredo ingresara por B. Cespedes, Henry Vaca lo hiciera por J. Chura y R. Ramallo entrara en lugar de G. Alvarez. Enseguida se abrió la segunda ventana de cambios de Argentina y a los 62′ Lautaro Martínez entró en lugar de Sergio Aguero y Giovanni Lo Celso ingresó por Angelito Correa, hasta ese momento, la figura de la cancha.

Y como parecía la noche de reencuentros y reivindicaciones, Lautaro volvió a abrazarse al gol, tras una maniobra por izquierda en la que Acuña recibió de Messi, lanzó el centro, el desvío de la defensa le cayó a Montiel, quien pateó al arco, rechazó Lampe y en el que encontró el rebote final para marcar el 1-4 a los 64′.

La sensación de partido terminado también pareció transmitirla el entrenador argentino, Lionel Scaloni, porque a los 70′ decidió usar la tercera ventana y las dos últimas modificaciones: Leandro Paredes reemplazó a Guido Rodriguez y Nicolás Dominguez entró por Exequiel Palacios.

Argentina dio por cerrada la cuestión. Había sacado una ventaja importante y ya no tenía más apremios que hacer circular la pelota, mover al rival y esperar el final del encuentro. Tuvo una chance con un tiro libre de Messi, a los 76′, que Lampe controló abajo; luego tuvo otra Julián Alvarez a los 77′ que se desvió en un defensor y Lampe controló arriba.

Diego Wayar ingresó por Fernández en Bolivia, cuando ya iban 80′ de juego. Y a los 84′ Moisés Villarroel ingresó en lugar de Erwin Saavedra, para cerrar las variantes del equipo de Farías. Y al final, a los 90+1′ Messi pudo convertir, pero su remate seco y al primer palo fue desviado por Carlos Lampe con la pierna derecha al corner.

Pero todo había terminado, casi desde el arranque. La Argentina cerró la primera fase de grupos en lo más alto de la tabla con una goleada al paso y ahora espera por Ecuador, a la hora de la verdad.

Hernán O’Donnell