Daniil Ostapenkov dio la sorpresa y la serie está igualada

“De un lado de la red hubo un jugador que hizo todo mal, y del otro lado, uno que hizo todo bien”. Aún con la amargura de la inesperada derrota, Diego Schwartzman tuvo tiempo de hacer un análisis del partido que abrió la serie por los Play Off de Reclasificación del Grupo Mundial I de la Copa Davis by Rakuten, ante el joven bielorruso, Daniil Ostapenkov, quien dio la nota de la jornada, del fin de semana y quizás de las más trascendentes que le tocó sufrir al equipo argentino, porque el tenista europeo aún no tiene ranking de ATP, es su segunda serie en la que participa, y no estaba en los planes de nadie que pudiera ganar el partido.

Sin embargo se hizo del primer juego para Bielorrusia, tras ganar por 6-4 y 6-3, en un partido en el que prevaleció de principio a fin. Aceitó su juego con muy buenos golpes de fondo, un saque fortísimo y seguro, muy consistente para la devolución y por consiguiente para quebrar el saque del tenista argentino, cosa que hizo en 6 oportunidades.

Schwartzman solo dominó en el primer game, en el que quebró el saque de su rival, pero luego se desinfló. Ostapenkov no perdió la calma, quebró el servicio del “Peque” para poner el 1-1, luego mantuvo su saque y volvió a romper el servicio del local para adelantarse por 3 a 1. Quebró Schwartzman y mantuvo, con lo cual se llevó dos games e igualó en 3 el primer game. Después vinieron dos juegos claros de Ostapenkov, se impuso con su srevicio, para quedar 4 a 3 y quebró a Diego para ponerse 5 a 3. Schwartzman aprovechó un par de yerros y errores no forzados en el siguiente juego, volvió a quebrar y achicó la diferencia: el bielorruso quedó 5-4, pero el saque para el argentino. Y volvió a quebrar el europeo para llevarse el set por 6-4.

El segundo set fue aplastante. En un abrir y cerrar de ojos Ostapenkov sacó una ventaja inalcanzable. Arrancó con su saque, quebró, mantuvo y volvió a quebrar: 4 a 0. Luego pareció reaccionar el “Peque” y rompió el servicio de su rival, a fuerza de constancia y una pequeña variante en su juego: drops y tiros con slice, algo que no había intentado a la largo del partido. Al contrario, se mantuvo en la inercia del palo a palo, que favorecía el juego de su rival. El set quedó 4-1 y tras mantener su servicio se acercó un poco más. Ahora Schwartzman perdía por 4-2, pero la reacción no fue suficiente. Ostapenkov mantuvo para el 5-2, no perdió la línea ni le ganaron los nervios cuando el “Peque” achicó a 5-3 y se llevó el set y el partido con el 6-3 final.

“Hice todo mal, no encontré mi juego”, dijo Schwartzman. Y agregó: “la única realidad es que jugué muy por debajo de mi nivel y no me salió nada. No hay excusas, ni de la presión del público ni del favoritismo. Tuve un día malo y no hay nada más que decir”.

Luego llegó el triunfo de Guido Pella, más parecido a las expectativas del público y de la opinión generalizada. Ante un rival joven como Erik Arutiunian, el argentino se adelantó 3-0, cedió su saque para el 3-1 parcial, luego recuperó y se puso 4-1, mantuvo para el 5-1 y volvió a quebrar para el 6-1 de la primera manga en 35′ de juego.

El segundo set también lo ganó con contundencia y autoridad: tras el reparto de los primeros juegos, Pella quedó 2-1. Quebró al rival y se puso 3-1, mantuvo para colocarse 4 a 1, Arutiunian ganó su srevicio y el partido se puso 4-2; pero Guido Pella recuperó su tenis, su control y se adelantó con su saque a 5-2 y quebró el servicio visitante para cerrar el segundo set por 6-2.

La serie quedó en un asombroso 1-1 inicial. El domingo arranca el dobles y luego los singles invertidos. No debería haber problemas, pero la Davis está llena de historias fantásticas, misteriosas e impredecibles. Nadie imaginaba que algo así podría suceder en esta, pero los duendes y fantasmas del histórico torneo, otra vez se dieron una vuelta por Buenos Aires.

Hernán O’Donnell