La dupla argentina fue letal y Argentina derrotó a República Checa para avanzar en la Copa Davis

Se dio la lógica, al cabo. Todo el peso y la jerarquía de la dupla argentina resultó muy duro para República Checa, y Horacio Zeballos y Máximo González derrotaron a Jiri Lehecka y Tomas Machac por 6-4 y 6-4. Un triunfo claro, más allá de alguna paridad en el inicio, pero con la contundencia de un dobles que funcionó muy bien a lo largo de todo el partido y en los momentos sensibles fue letal. Que cuenta con un Zeballos de enorme trayectoria en el circuito de dobles, número 5 del mundo y el mejor de la historia local, con 18 títulos ganados, mientras que Máximo González jugó un partido muy sobrio, y complemento ideal en cada punto.

Lehecka y Machac defendieron su servicio en el inicio, adelantaron a su equipo por 2-1 y encendieron una esperanza, cuando en el cuarto game, con el saque de González, se adelantaron 0-30, para luego tener un break point, 30-40. Pero levantó Argentina y logró la igualdad por 2 a 2. Después, tras el 3-3, Argentina logró el quiebre fundamental en el séptimo game, para adelantarse por 4-3. Sacó “Machi” y con una buena volea definió un game cerrado para quedar 5-3. Descontó República Checa, 5-4 y el saque para Zeballos. Tras estar 15-30, apareció la experiencia para definir y ganar tres puntos consecutivos y cerrar la manga por 6-4.

Argentina comenzó bien el segundo set y quebró el servicio visitante para adelantarse 1-0 y ya contar con una ventaja. Con el saque de Horacio Zeballos, el local ganó los cuatro puntos del juego, dejó en cero al rival y quedó 2-0 en el segundo set. Descontó Checa, 2-1. Mantuvo Argentina, volvió a descontar Checa, 3-2.

El partido siguió la lógica de mantener el servicio, y Argentina fue al descanso por 4-3 tras el séptimo game. Y después fue 5-3 y 5-4, con el saque de cada país. Entonces llegó el momento de Horacio Zeballos. 30-0 rápido para Argentina, una pelota que se quedó en la red, una afuera y 30-30. Pero ahí apareció el aplomo y la experiencia del equipo argentino para jugar con jerarquía los dos puntos siguientes y cerrar el partido.

Fue 6-4 y 6-4 para el dobles de Argentina. Un triunfo claro, que cerró la serie por 3 a 0 en los primeros tres partidos, que desató la alegría y la euforia del equipo, consolidado como tal, apoyado desde la sensibilidad extrema que marca su capitán, Guillermo Coria, la humildad de Leonardo Mayer en el cuerpo técnico, la tranquilidad de tener un jugador distinto como Diego Schwartzman, una proyección que ilusiona como Sebastián Báez, un grupo de jugadores que apoya y acompaña, y la ilusión de la Davis que se enciende año a año.

Hernán O’Donnell