Atlanta y Chacarita dividieron honores y el barrio terminó en paz

El cásico entre Atlanta y Chacarita es uno de los más añejos, atrayentes y tradicionales del fútbol porteño. Ambos clubes representan un pedazo grande de Buenos Aires, y han mantenido una rivalidad que parece eterna y ha sobrevivido a miles de problemas que ambas instituciones supieron enfrentar y sobrellevar con esfuerzo, dignidad, y el acompañamiento de su gente. Nada detuvo a “Bohemios” y “Funebreros”, que desde aquellos comienzos compartidos en dos manzanas del centro geográfico de Buenos Aires, allí donde la calle Humboldt se cruza con Murillo y Padilla, más alla Darwin, para el otro lado las vías del ferrocarril y la Avenida Dorrego, se entreveraron en duelos para el recuerdo. Porque si bien los orígenes de Atlanta fueron en Parque Chacabuco, muy pronto se afincó en Villa Crespo, y allí en la expansión que abarca el barrio de la Chacarita encontró a su clásico rival.

Han capeado temporales y salieron adelante. El hoy es el de siempre; a puro esfuerzo, a puro corazón. Con el sentimiento impostergable, y la ilusión puesta en el horizonte de la Primera División, la llamada Liga Profesional en estos tiempos modernos. La 28va fecha del Campeonato de Primera Nacional “Malvinas Argentinas” 2022, los encontró otra vez frente a frente. Con una distancia en la tabla, “Chaca” un poco más cerca de los puestos de clasificación, el “Bohemio” con la intención de recomponer su imagen. Y así salieron a jugar.

Con mucha decisión, con ganas, con vocación ofensiva. Fueron unos quince minutos frenéticos, veloces, valorables. Atlanta un poco más adelantado, Chacarita con elaboración rápida para llegar directo al arco de Rago. Luego, se diluyó el juego, prevaleció la cautela y bajaron las emociones.

El local se alineó con “Pancho” Rago en la valla. Línea de fondo con Matías Molina, Alan Pérez, Rodrigo Colombo y Franco Perinciolo. En el medio, Alejo Dramisino, Federico Marín y Evelio Cardozo; en el ataque, Juan Bisanz, Matías Donato y Nicolás Medina.

Chacarita formó con Federico Losas al arco; Tobías Fernández, Alejandro Manchot, Abel Masuero y Lautaro Formica en el fondo; Ricardo Blanco, Hernán Fredes, un poco más retrasado Luciano Perdomo, y Juan Cruz González. Y adelante, Leandro Godoy e Ignacio Russo.

A los 6′ probó Blanco y respondió Rago; a los 7′ contestó Atlanta, con un tiro de Matías Molina que salió desviado. A los 9′ Chacarita avisó con un tremendo remate de Russo que Rago controló abajo junto a su palo derecho, y a los 10′ un centro de Juan Bisanz no pudo ser conectado por Nicolás Medina. Era un festival de ataques y llegadas, que volvió a tener al local cerca con un tiro de Matías Molina que se desvió y lo pudo controlar Losas, a los 16′ de juego.

Hasta allí, impecable. Pero la intensidad empezó a bajar. Y el partido se hizo más luchado en el medio. A los 26′ el “Bohemio” tuvo una buena oportunidad, cuando el balón, tras un tiro libre, le quedó a Donato y su remate, al medio, fue tapado por Losas. Atlanta intentaba por las bandas, con el tándem Molina, Dramisino y Medina por derecha, o cuando Evelio Cardozo se juntaba por izquierda con Juan Bisanz. El “Funebrero” se sostenía en la enorme categoría de Hernán Fredes, atento para recuperar, hacer relevos y generar acciones de ataque, con buenos pases y claridad para jugar, hasta ser la figura de la cancha.

El primer tiempo se cerró con un disparo de González, de Chacarita, que se fue por arriba del travesaño.

Para el segundo tiempo, la visita anunció una variante: Nicolás Chaves reemplazó a Lautaro Formica. El encuentro mantuvo la tensión de todo clásico, pero el nivel de juego no fue el mismo que al inicio. A los 49′ Blanco sacó un buen remate que se fue alto. El “Bohemio”, a los 54′, tuvo una linda posibilidad con un tiro libre de Evelio Cardozo que pegó en el travesaño.

Cuando iban 59′ el local abrió la primera ventana de cambios con tres modificaciones. Juan Galeno reemplazó a Evelio Cardozo; Julián Marcioni ingresó en lugar de Nicolás Medina, y salió lesionado Alan Pérez, quien fue reemplazado por Martín García.

Cuando iban 66′ llegó la apertura del marcador. Corner desde la izquierda para la visita, Blanco lo ejecutó al corazón del área y Abel Masuero sacó un tremendo remate, de abajo hacia arriba, que se metió en el ángulo superior izquierdo de “Pancho” Rago, picó un metro y medio adentro, y luego salió pero nadie dudó de la legalidad del tanto que puso el 0-1 para Chacarita Juniors.

Se adelantó Atlanta, y buscó con coraje equilibrar el juego. A los 69′ llegó el segundo cambio de “Chaca”: Facundo Parra entró por Godoy, mientras que Giganti, el entrenador local, dispuso la cuarta modificación en su equipo, y Gonzalo Klusener ingresó en lugar de Matías Donato.

El “Tricolor” armó dos líneas de cuatro, con Fernández, Manchot, Masuero y Cháves al fondo y por delante Blanco, Perdomo, Fredes y González, y adelante , Parra y Russo.

El “Bohemio” se acomodó con Matías Molina, Colombo, García y Franco Perinciolo; Dramisino, Marín y Juan Galeano; Julián Marcioni, Gonzalo Klusener y Juan Bisanz. Y a mepujar con toda la energía.

Pablo Centrone, entrenador de la visita, determinó dos variantes sobre los 79′ de juego; Federico Rosso ingresó por el lesionado Abel Masuero, y Saúl Nelle entró en lugar de Hernán Fredes, ya cansado por el desgaste del partido. Así, la visita hacía el tercer y cuarto cambio en su segunda ventana permitida.

Pero enseguida llegaría un error de Rosso, quien tomó de la camiseta a Martín García, y el árbitro Nicolás Ramírez, de grandes condiciones, buen presente y auspicioso futuro, sancionó el correspondiente penal, que Juan Galeano se encargó de convertir para poner el partido 1-1 a los 81′ de juego.

A ambos entrenadores les quedaba un cambio y una última ventana. Centrone la utilizó a los 85′ con el ingreso de Enzo Hoyos por Blanco; Mauricio Giganti, el director técnico del equipo de Villa Crespo, dispuso que Daniel Saggiomo reemplace a Alejo Dramisino, a los 86′ de juego.

El final fue del local. Empujado por su gente, que colmó el Estadio “Don León Kolbowski”, fue con ganas y fútbol, pero Chacarita se cerró bien atrás, supo jugar con el reloj, y aguantar. Fue un poco más Atlanta en el balance final, pero el hecho tener el resultado en desventaja y llegar al empate al final, le dejó un buen sabor, para un empate de lunes por la noche que dejó al barrio en paz.

Hernán O’Donnell