Argentina está convencida

Pasó la serie ante Serbia, la victoria final por un amplio y tal vez sorpresivo 4 a 1 y la ilusión empieza tomar una dimensión que muy pocos creían posible cuando se iniciaba la temporada. Incluso, este equipo estuvo muy cerca de caer en primera rueda, cuando Brasil era una amenaza concreta y Souza estuvo muy próximo a derrotar a Leo Mayer en el cuarto punto y sentenciar la serie. Pero el correntino sacó fuerzas de donde ya parecía no haber y consiguió un triunfo histórico y memorable. Y se encaminó la serie que selló Federico Delbonis.

Entonces llegó Serbia. Sin Novak Djokovic ni Tipsarevic disminuía de modo muy claro sus fortalezas. Pero contaba con Viktor Troicki y un dobles con experiencia. Había que jugar.

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La primera jornada fue impresionante. Leo Mayer jugó impecable. Tuvo un rival que le hizo partido sólo en los primeros games. Después de un inicio parejo, el “Yacaré” impuso condiciones. Sacó impecable, su drive fue letal y el reves funcionó a pleno. No tuvo fisuras, dominó a voluntad y demolió a Flip Krajinovic por 6-4, 6-2 y 6-1 en una hora y 38 minutos.

Un triunfo claro y tranquilizador. Fede Delbonis comenzó con dudas y algunos desaciertos. Además, Troicki jugó muy bien, con un reves cruzado que complicaba al joven de Azul.

6-2 y 6-2 fueron las primeras mangas y una sensación de preocupación recorrió el estadio cerrado de Tecnópolis. Pero con mucha paciencia y el aliento permanente del público pudo dar vuelta la historia y ganar los tres sets restantes por 6-4, 6-4 y 6-2. Un viernes de grandes alegrías. Se imaginaban muchas variantes; la mejor fue la que se concretó.

WP_20150717_007El capitán Daniel Orsanic tomó una decisión acertada, que muchos suponíamos iba a realizar: Incluir a Mayer en el dobles en reemplazo de Schwartzmann era imaginado y fue un acierto. Junto a Carlos Berlocq jugaron un partido impecable, sólidos, inexpugnables. Fue victoria por 6-2, 6-4 y 6-1 y un 3 a 0 definitivo que desató la alegría y el festejo de un grupo unido, humilde y trabajador.

El domingo sirvió para que Diego Schwartzmann debutara en singles. Más allá de la caída sirvió para entrar en clima, jugar, sentir la Davis a flor de piel. Charly se llevó el cuarto punto y dejó un mensaje: hay equipo. Hay equipo en el liderazgo humilde, sencillo y positivo de Leo Mayer. Hay equipo en la confiabilidad de Fede Delbonis. Hay equipo en la garra de Carlos Berlocq. Hay equipo en la humildad y simpatía de Diego Schwartzmann. Hay equipo en la seriedad de Daniel Orsanic. En la colaboración de todos. En el apoyo de todos. Y en el convencimiento de todos, que creen que, juntos, el sueño imposible puede ser una hermosa realidad.

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Hernán O’Donnell