Al maestro, con cariño

Dicen que los homenajes hay que hacerlos en vida, porque es la mejor forma de retribuir gratitud, cariño, afecto, admiración a quien es el homenajeado. Que luego, es tarde. por lo menos, para el receptor. Porque la intención es que sepa de cuánto se lo quiere, se lo admira, se le agradece.

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Guillermo Vilas, el “Padre” del tenis en la Argentina, el hombre que popularizó este deporte que, hasta su aparición en los comienzos de los años ’70, era una actividad chica, reservada para una elite, recibió un homenaje de los que valen: El court central del Buenos Aires Lawn Tennis Club lleva, desde ahora, su nombre: Court Central “Guillermo Vilas”.

Estaban todos los tenistas que surgieron y triunfaron tras la huella que él había marcado. José Luis Clerc, Gabriela Sabatini, Martín Jaite, Gastón Gaudio, Guillermo Coria, Alberto Mancini, Paola Suárez, Juan Mónaco y aquellos que lo precedieron como Norma Baylon.

“Estar acá me hace revivir muchas cosas lindas. Me hace recordar momentos inolvidables de mi infancia. Como cuando pasaba horas en el club, cuando subía a lo más alto de la tribuna para mirar tenis, cuando me bajaba del tren y venía a jugar. Tengo mucha historia con este club y también muchos amigos acá. Por eso estoy muy contento y muy agradecido por este homenaje”, dijo feliz y emocionado.

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Recibió una réplica del estadio, una maqueta de “su casa”. Agradeció a todos, se bañó en la dulzura del aplauso y la ovación, se sacó fotos, se saludó con los “cancheros”, también los ayudó a tirar un poco de polvo de ladrillo…sonrió como nunca. El homenaje había llegado en el momento justo, como los que mejor valen.

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Hernán O’Donnell