Panamá y Bolivia, con la tormenta Collin como protagonista

Parece mentira. Hace 48 horas estábamos en medio del fuego abrazador de Orlando. La apertura de la sede, con el partido entre Costa Rica y Paraguay, se desarrolló bajo una sol ardiente y un calor que llegaba a los 37 grados centígrados, aunque en el campo de juego la temperatura subía mucho más. Y parece mentira porque después de esa sofocante jornada, de ese calor que anunciaba la llegada del verano, 48 horas más tarde estamos en el Camping World Stadium de Orlando bajo un diluvio con nombre de tormenta “Collin”, que atraviesa el centro de la Florida y tuvo amenazado el juego durante toda la tarde.

La lluvia dijo presente alrededor de las 3 de la tarde. Comenzó tímida, y empezó a crecer hasta ser muy fuerte a eso de las 4 y media. A partir de ahí, cedió. Y la ilusión del fútbol tomó forma.

Por eso el anuncio de este encuentro y la Copa América Centenario USA 2016 que ya tiene de todo. Calor agobiante, tormenta fría tropical, vientos veloces, público de todo el continente.

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Hoy, con todos estos contratiempos, nos aguardan Panamá y Bolivia. El equipo centroamericano viene con una ilusión: crecer, aprender, foguearse. Tomar experiencia. Y hacer valer sus atributos: “Estoy muy contento porque no fuimos invitados -dijo Hernán Darío Gómez, su DT- sino que nos clasificamos. Logramos nuestro lugar en la cancha. Y eso me pone muy contento y orgulloso.”

“Me emociona adonde hemos llegado. Tenemos un grupo difícil, con Chile y La Argentina, ellos nos darán la medida de si nuestro trabajo fue eficaz o no.”, agregó el entrenador.

 

Para el capitán Felipe Baloy, “ganar ante Bolivia nos dará mayor motivación y confianza para enfrentar a la Argentina y Chile”.

Para Bolivia, la situación es muy similar. Es un partido que consideran “a muerte”, a ganar por como se pueda. Es que si alguna esperanza de clasificación tiene cualquiera de estos dos equipos está centrada en el partido de esta tarde. Sólo cabe ganar para luego tratar de sumar algún punto ante los candidatos, los equipos que jugaron la final el año pasado, Chile y la Argentina.

El entrenador, Julio Baldivieso sabe que no hay demasiadas alternativas. Tiene que ir por la victoria. Y luego ver como sigue.

Pasó la tormenta, el temporal quedó atrás y viene el fútbol. Es una “final” entre dos equipos que vienen a soñar y aprender. E intentar ganar, porque los tres puntos de hoy pueden ser la gran esperanza para mañana…

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Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Orlando, Florida, USA)