Panamá, una revelación de buenas intenciones

Aunque el empate parecía sellado cuando faltaban apenas 5 minutos para terminar el partido, la victoria final de Panamá 2 a 1 sobre Bolivia, resulta incuestionable. Porque si bien la consiguió en la agonía del partido, la mereció por lo que hizo durante todo el encuentro.

El equipo que dirige Hernán Darío Gómez salió decidido desde el primer minuto. Atacó con fundamentos y a los pocos minutos se lo perdió, solo, Armando Coopery luego se lució el arquero boliviano, Carlos Lampe, con una buena intervención. A los 10 minutos llegó la emoción. Un desborde de Quintero por izquierda, el centro y el remate cruzado de Blas Pérez  abrió el marcador.

En medio del temporal de la tormenta “Collin”, el World Camping Stadium se sacudía con la primera emoción.

Era más Panamá y lo justificaba. Dominaba con un simple 4-4-2, con el trabajo amplio de Godoy y la “pimienta” en ataque que siempre le imprimían Blas Pérez y Armando Cooper. La mano del “Bolillo” Gómez se veía en el buen trato de pelota y la búsqueda permanente de un buen destino para el balón. Bolivia se enredó e sus nervios y le costaba mucho llegar al ataque.

En la segunda parte, sin embargo, el conjunto del altiplano iba a lograr la igualdad. Tras un tiro libre con forma de centro bien ejecutado, un error defensivo de Harold Cummings, quien dejó corto el rechazo, fue bien aprovechado por Juan Carlos Arce y Bolivia llegó a la igualdad.

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El temporal, que había mermado en la primera etapa, volvió con más lluvia en la segunda parte. El agua, que caía de modo compulsivo y el fuerte viento, jugaron su partido. En medio de esas condiciones, Panamá intentó siempre jugar. Jugar y atacar. Fue audaz, prolijo y ambicioso. Aníbal Godoy se asociaba con Quintero, Gabriel Gómez se metía más atrás para equilibrar y Cooper y Pérez buscaron siempre.

Arce y Duk eran los más destacados en Bolivia. Más por actitud que por juego. Mostraban rebeldía para encauzar un partido que venía mal barajado. Pero no pudieron  torcer el destino.

El desborde del final, el error del defensor boliviano, el centro preciso y medido cuando Lampe salía desesperado y el tiro certero de Blas Pérez sellaban el 2 a 1 final.

Para el delirio de la mayoría de los 13.000 espectadores. Panamá ganaba y desataba la alegría de quienes desafiaron el viento, el frío y la lluvia para disfrutar un buen partido de fútbol en esta bendita Copa América Centenario USA 2016.

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Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Orlando, Florida, USA)