El niño mimado se fue de casa

Se hablaba como una posibilidad, pero nadie creía que podía llegar a ser cierto; estaba el rumor, pero en el condado todos pensaban que iría a haber un final feliz. Sin embargo, la noticia cayó, las puertas se abrieron y el niño mimado de Miami Heat, el jugador que llegó a la franquicia hace 13 años, que se ganó un lugar importante en el equipo, que conquistó el corazón de los fanáticos por encima de cualquier otra estrella, que logró los tres campeonatos que la ciudad festejó en las temporadas 2005/2006, 2011/2012 y 2012/2013, que se clasificó a 11 play off de post temporada, que provocó aplausos y ovaciones, que generó remeras que tachaban el “Dade” County para reemplazarlo por “Wade” County, el niño mimado del condado dijo adiós…

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Dwayne Wade decidió marcharse a su ciudad natal, Chicago y unirse al equipo que la representa: Bulls. Los famosos Toros de Chicago tendrán, a partir de ahora una super estrella, un jugador muy valioso que los podrá ayudar a recobrar la gloria pasada, cuando un tal Michael Jordan, un tal Scottie Pippen y otro tal Dennis Rodman conformaron un equipo avasallante, imbatible, fabuloso…

En Miami quedan las lágrimas por la despedida. Y la controversia, claro. Porque en esta historia del divorcio entre la franquicia y el jugador hay dos campanas que suenan y hay que escuchar. Wade cree que no le dejaron opción. Que fue la organización la que le dió la espalda, la que no hizo el esfuerzo para que continúe, o que por lo menos no mostró total interés. Notó que se ponían más esmeros en la llegada de Hassan Whiteside, o en la propuesta de buscar otros jugadores, como Durant.

El jugador siente que hizo un esfuerzo importante en la temporada pasada, que se esmeró y logró hacer, junto a sus compañeros, un equipo competitivo. Pero no encontró eco en la dirigencia. La diferencia pudo estar en el monto del salario o en la duración del contrato: por dos años querían unos, por tres pretendía Wade…todas razones, argumentos, que se fueron en distanciar las posiciones.

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Ahora los caminos se han separado. Se rompió algo muy fuerte. Se partió el corazón que unía al jugador más querido con la afición. “El Miami Heat ya no parece ser la familia que siempre creímos que era”, comentó un aficionado en las redes sociales. “Creía que la salida de Le Bron James era una decisión personal, pero que la permanencia de Wade le daba un sentido total de pertenencia a la franquicia”, razonó otro. Son ellos, los fanáticos del Heat quienes más sienten el golpe del divorcio. Como los hijos, que muchas veces son quiene más sufren la separación de los padres, los aficionados se han quedado perplejos y desilusionados.

El ídolo entendió que una carta directa a la ciudad era la mejor forma de comunicar a la gente las razones de su partida. Y eso escribió de modo textual:

“Estimado Miami,

Esta ha sido una decisión muy emocional y difícil. Después de 13 años, he decidido embarcarme en un nuevo viaje con los Chicago Bulls. No fue una decisión fácil, pero siento que he tomado la decisión correcta para mí y para mi familia.

Empecé mi carrera en la NBA con los Miami Heat en el 2003 y ha sido un honor haber jugado con ellos y ayudar a construir una franquicia ganadora con tres campeonatos de la NBA. Miro hacia atrás con orgullo y admiración por todo lo que hemos logrado juntos. Quiero expresar mi agradecimiento a la familia Arison, Pat Riley, al entrenador Erik Spoelstra, el cuerpo técnico y toda la organización del Heat de Miami.

Desde el fondo de mi corazón, quiero dar las gracias a la comunidad de Miami y especialmente a #HEATNATION por todo su amor y apoyo a lo largo de los años. Ha sido realmente increíble. Estoy profundamente conmovido y agradecido por los mensajes positivos de mis fans que expresan que quieren lo mejor para mí y van a apoyar mi decisión. Las memorias que incluyen desfiles de campeonato y cinco títulos de conferencia son increíbles momentos que hemos compartido y que van a permanecer cerca de mi corazón al comenzar el siguiente capítulo de mi vida.

Creciendo en Robbins, Ill., Nunca soñé que una carrera en la NBA podría haber sido incluso posible y que un día iba a llevar una camiseta de Chicago Bulls. Viendo a los Bulls mientras crecía me inspiró a una edad temprana para perseguir mi sueño de convertirme en jugador de baloncesto. Mis recuerdos más preciados eran ver a mi padre jugar al baloncesto en las canchas de la Escuela Primaria de Fermi y el desarrollo de mi juego en el Centro Recreativo de Blue Island. Nunca he olvidado de donde vine y estoy agradecido de tener la oportunidad de jugar para el equipo que alimentó mi primer amor por el juego. Muchos de los miembros de mi familia todavía viven en Chicago y estoy muy contento de volver a casa a una ciudad muy cerca de mi corazón.

Estoy deseoso de volver a mis raíces y ver lo que se avecina.

Mucho amor y respeto,

D. Wade”

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En Miami quedaron lágrimas y palabras de despedida. Quienes creyeron que tenían un jugador franquicia para siempre, que su carrera estaría sólo ligada al Heat y se conformaría un referente para la ciudad y su gente, hoy se ven desilusionados.

Para quienes ven el deporte con otra óptica, quizás menos romántica pero más pragmática y más ligada a la realidad de estos tiempos, entenderán que Dwayne Wade fue un eslabón importante, muy importante, quizás el más importante, de una cadena de estrellas como Alonzo Mourning, Dan Majerle, P. J. Brown, Eddie Jones, Tim Hardaway, Shaquille O’Neal, Chris Bosh y tantos otros que construyeron la gloria del equipo, lo sostuvieron y dejaron el legado para que en el futuro aparezcan nuevos deportistas que mantengan la llama de la pasión encendida.

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Hernán O’Donnell