Del Potro fue el as de espadas

Tal como lo había anticipado el capitán Martín Jaite, el tandilense Del Potro fue el as de espadas del equipo argentino. Porque más allá del valioso punto del dobles, más allá del aliento constante del público, más allá del cansancio del enorme Cilic, el as de espadas que definió la serie en el Estadio Mary Terán de Weiss fue Juan Martín, “La Torre de Tandil”.

 

Buenos Aires vibró con el tenis

 

 Fundamental para igualar la serie 1 a 1 cuando la caída de Nalbandián sembraba más dudas de las esperadas, y alguna sombra recorría al equipo argentino. Pero Del Potro dejó atrás sus molestias y venció a Ivo Karlovic con autoridad por 6-2, 7-6 (9-7) y 6-3 y retomó la calma al equipo argentino.

Luego llegó el sábado interminable, con el dobles argentino al borde del colapso, pero la experiencia de Nalbandián y algunos errores de los croatas inclinaron el marcador para los locales. Se había dado un pequeño gran paso. Faltaba el último. Llegaba el domingo de gloria.

Domingo de gloria para el tenis argentino

 Y Del Potro fue más gigante que nunca: No lo dejó ni entrar en ritmo a Cilic, quien evidenció muy rápido su agotamiento físico; no en vano había jugado más de 10 horas de tenis en los últimos dos días, cinco el viernes ante Nalbandián y otras cinco el sábado en el dobles.

Y llegó, de modo lógico, el triunfo.

Una variedad de golpes demolió al croata: primero, puntos largos para cansarlo, sacarle las pocas energías que le quedaban. Luego, un servicio espectacular (cerró la victoria con un ace exquisito) , un drive demoledor y un revés contundente. Sólido desde todos los aspectos, el marcador reflejó un 6-1, 6-2 y 6-1 inobjetable.

Argentina avanza en la Davis

Y llegaron los festejos, los abrazos, los cantos y los sueños renovados. Argentina es, otra vez, semi-finalista de la Copa Davis. El bendito sueño de tantos años, que tal vez haya nacido allá por 1980 o 1981, cuando Vilas y Clerc nos mostraron que era posible. Pasaron más de treinta años y, aún con altibajos, descensos  a Zona Americana y retornos al Grupo Mundial, la Argentina tenística siempre mantuvo la esperanza de alzar la Copa. Y en esos vaivenes de más de treinta años, desde hace más de diez, cuando alcanzamos otra vez el Grupo Mundial, la llama se encendió con fuerza. Con mucha fuerza, porque parece que esta vez va en serio.

 

Hernán O’Donnell