Argentina chocó contra la muralla inglesa

El resultado final puede llamar a engaño, puede hacer creer un rendimiento o un desarrollo que no coincide con lo que se vio. La Argentina perdió por 0-3 ante Inglaterra en su presentación en la Copa del Mundo U20 de la FIFA-Corea del Sur 2017. Una derrota dura, pero que es más fuerte en el marcador que en el juego. El seleccionado no tuvo un mal partido, no jugó mal, ni siquiera mereció perder. Menos, por esa diferencia; tampoco fue una tarde brillante, pero el conjunto de Ubeda buscó desde el inicio, fue protagonista, tuvo la pelota y generó varias situaciones para marcar.

Sin embargo, fue insuficiente su accionar. Porque no supo concretar y en la primera llegada que tuvo el elenco inglés, convirtió. Fue a los 38 minutos, tras un buen centro de derecha a izquierda y la entrada de Calvert Lewin, quien anticipó de cabeza, abrió el marcador.

“Tuvimos la pelota y no fuimos eficaces. Inglaterra aprovechó sus ocasiones”, dijo tras el partido el DT Claudio Ubeda, y ahí está la síntesis del partido. Porque ese gol marcaba lo que el técnico entendió que fue la clave: La efectividad de cada equipo. Argentina dominó durante 38 minutos y cuando se descuidó, pagó.

En la segunda parte, salió con la misma predisposición la albiceleste. Sin embargo, Armstrong aprovechó su oportunidad a los 52 y aumentó. 0-2 para Inglaterra y el partido que se hizo muy cuesta arriba.

Entonces entraron Conechny y Lautaro Martínez. El volante de San Lorenzo ledio frescura y habilidad al equipo. El delantero de Racing sumó potencia en ataque y en 10 minutos demostró todo lo que podía ofrecer. Se volvió el jugador más desequilibrante de Argentina, pero en un roce revisado por el video ref, las autoridades entendieron que hubo intención de agresión y lo expulsaron, tras revisar la acción por las imágenes de TV. Quedó una sensación de exageración y de injusticia. También habrá que ver el sentido de usar el video ref, ya que no es este el mismo deporte en que se lo usa para situaciones de contacto (por ejemplo, el rugby, donde hay permanentes roces y el límite a veces no se lo puede advertir más que por TV. Aquí, un contacto en cámara lenta desvirtúa la acción original)

Lo cierto es que Argentina se vio disminuida y a esa altura, 78′, ya no tendría tiempo para recuperarse. Y para colmo de males, sobre el cierre del encuentro, el árbitro entendió que hubo penal del arquero Petroli y Solanke selló el 0-3 con un remate abierto a la izquierda del arquero argentino.

Una pena por lo que fue el partido. La selección no mereció perder, menos por esa diferencia. Pero chocó contra una muralla inglesa, un equipo de muy buen porte físico, ordenado, que maneja con excelencia el sistema 4-4-2 (favorito de los ingleses) y que se prodigó en esfuerzo físico para equilibrar la jerarquía de los futbolistas argentinos. El mérito de los europeos fue estar muy concentrado, saber defenderse, retroceder con inteligencia, ocupar los espacios y construir una muralla para que la Argentina choque contra ella. Luego, la calidad para aprovechar al máximo las tres oportunidades que le aparecieron hicieron el resto.

 

Hernán O’Donnell