La máquina alemana no se detiene nunca

Lo liquidó como había liquidado a Brasil en su mundial hace tres años. En apenas 8 minutos de juego, Alemania sentenció la serie semifinal ante México. A los 6′, Goretzka entró sólo por el medio en una furtiva maniobra y derrotó con un disparo fuerte a Ochoa; a los 8′, se repitió el veloz ataque y otra vez Goretzka doblegó a Ochoa con un tiro cruzado.

Olor a knock out, aunque la sangre mexicana no se rinde tan fácil y entonces empezó a aparecer Chicharito Hernández, a juntarse con Giovanni Dos Santos y a atacar. Con más vergüenza que fútbol, pero con una dósis de optimismo. A los 35′ armaron una maniobra colectiva prolija y punzante, pero el remate de Chicharito se fue alto, cuando el gol era factible.

México vio que podía progresar con su libreto conocido: tener la pelota, asociarse, buscar progresar en el campo. Así, empezó a empujar a Alemania contra su arco. y los europeos perdieron el mando; se replegaron en dos líneas de cuatro, se pararon cerca de su área y cuando la recuperaban, les costaba meter el contragolpe. El conjunto azteca empezó a dominar la situación, y los últimos 20 minutos los tuvo como protagonista, pero no le alcanzó para descontar en el maarcador.

Cerró un primer tiempo digno, pero no pudo remdiar, en esos 45′ iniciales, las distracciones que le costaron dos goles de desventaja. No aprovechar las oportunidades cuando Alemania te permite un respiro es un pecado mortal. En el segundo tiempo quedaría demostrado..

A los 50′ Jimenez tuvo una situación para descontar, se demoró en rematar, emganchó hacia adentro y su tiro final perdió sorpresa y potencia: terminó bien controlado por Ter Stegen.

Enseguida Werener tuvo un mano a mano que no pudo defniri porque lo empujaron de modo sutil cuando estaba por sacar el tiro; a los 58′ llegó el tercero, tras otra gran maniobra colectiva, en la que Draxler habilitó por la izquierda a Héctor, el lateral entró libre al área y la tocó al centro donde estaba Werner descuidado, y con un toque suave convirtió el tercero. México era muy descuidado en defensa y poco eficaz en ataque: lo pagaría.

A esta Alemania no se le puede dar ninguna ventaja. No se puede ser tan ingenuo en la defensa como fueron los hombres de verde, ni tan erráticos en ataque. México no aprovechó ni una de las varias chances que tuvo para convertir, pero no dejó de regalar ventajas en defensa. Un combo letal, al que ni siquiera le hizo un guiño la fortuna: a los 74′ un buen cabezazo de Jimenez pegó en el travesaño cuando ya no llegaba el arquero alemán, que antes había tapado un remate fuerte y difícil.

Fue contundente Alemania. Golpeó al principio, para meter dos manos de esas que definen un combate. Un 2 a 0 a los 8′, demuelen a cualquiera. Por momentos, desarrolló un fútbol exquisito; en otros, se tiró atrás y aguantó. Y cuando el mexicano Fabián sacó un remate fortísimo desde 40 metros, tras recibir el pase rápido de un tiro libre, para convertir y achicar la distancia a 3-1, Alemania borró enseguida cualquier atisbo de emoción o incertidumbre que podía presentarse: Younes, a los 90′, apareció por izquierda tras otra buena maniobra colectiva, y amplió el marcador a 4-1 final.

Alemania no detiene su marcha. Ni en la Copa FIFA Confederaciones Rusia 2017 ni en el proyecto que desarrolla con su fútbol, que hace que este equipo, que algunos llaman “B” y otros lo catalogan como sub 24, esté otra vez en una final y sea, como siempre, uno de los grandes animadores de cualquier certamen en que se presenten para jugar a este deporte.

 

Hernán O’Donnell