La fe de Gareca, el hermetismo de Sampaoli

Las horas pasan y el partido del año se acerca. Ya queda poco por hacer, más allá de que los entrenadores van a estirar los minutos hasta lo máximo para poder aprovechar cada instante y optimizar el tiempo de preparación.

Perú, está dicho, acumulará 10 días consecutivos de entrenamientos y trabajos. Han contagiado de optimismo a toda la nación, que se une en el apoyo al seleccionado a través de mensajes en las redes sociales y avisos televisivos que se repiten a toda hora en las cadenas del país.

“Estamos en el mejor momento de la eliminatoria, preparados para jugar este partido trascendental”, dijo Gareca en Lima, en conferencia de prensa.

“Estamos preparados para hacer el mejor partido y hacerle frente a todo; el escenario es como cualquier otra cancha de fútbol”, dijo el DT que le restó así importancia al peso que pueda tener “La Bombonera”.

Mientras la Argentina se dividió en trabajos físicos y futbolísticos, y el DT Sampaoli ensayó con diferentes alineaciones, con variantes que se manifiestan de mitad de cancha hacia arriba. Pareciera que el arquero Sergio Romero y la línea de fondo compuesta por Gabriel Mercado, Nicolás Otamendi, Javier Mascherano y Marcos Acuña está confirmada.

Pero el resto no está asegurado. Tal vez Fernando Gago pueda tener asegurada su presencia; quizás Di María y asoma Benedetto como centreforward titular. El resto, puede variar.

Salvo Leo Messi, claro.

Que va a pasar en el estadio de Boca dentro de muy pocas horas es difícil de pronosticar. Todos imaginamos un partido con el seleccionado local volcado al ataque, metido a fondo en los primeros minutos para abrir el marcado y un conjunto visitante que intentará defenderse, aguantar el embate inicial y luego acomodarse en el partido. Pero es sólo una presunción. Puede pasar cualquier cosa. Y eso lo hace atrapante, apasionante e imprevisible.

 

Hernán O’Donnell