El optimismo y la confianza de Australia

Es un abonado permanente al repechaje en la historia de las Competiciones Preliminares de la Copa del Mundo de la FIFA. Hablar de Australia significa hablar de las repescas, porque desde que se inventó este sistema o modalidad de clasificación, los “Canguros” siempre estuvieron en esa situación límite. En Oceanía o en Asia, los “socceroos” eran una fija y muchas veces sufrió la injusticia del sistema. No pudo superar a Israel en la repesca de México 1970; si logró el boleto para Alemania 1974, volvió a llegar a un repechaje para el Mundial de México 1986, pero Escocia lo doblegó en Glasgow y se llevó un empate y la clasificación de Melbourne.

Para el Mundial de USA 1994, Australia tuvo que jugar ¡dos! repechajes; ganó la zona de Oceanía, y debió enfrentar en primera instancia a un clasificado de la CONCACAF, que fue Canadá. Tras eliminarlo, debía medirse con uno de la CONMEBOL, que resultó ser la Argentina, una parada casi imposible y más cuando se sumó Diego Armando Maradona al conjunto albiceleste que empató 1.1 en Sydney, ganó de local 1 a 0 en el Monumental de Buenos Aires y llevó a la Argentina al Mundial y a Australia, afuera.

La maldición del repechaje seguiría en el camino a Francia 1998. Igualó 1 a 1 con irán en teherán, pero de local igualó 2 a 2 (tras ir ganando 2 a 0) y por mayor cantidad de goles de visitante, se clasificaron los iraníes.

Tampoco pudieron llegar la Copa del mundo de la FIFA-Corea Japón 2002; otra vez accedieron al repechaje con cierta facilidad, pero Uruguay se llevó el último boleto. Los “Soceroos” ganaron 1 a 0 de locales, y cayeron en Montevideo por 3-0; así, el clasificado fue Uruguay.

Tuvieron desquite para alcanzar el Mundial de Alemania 2006; esta vez, los australianos se “vengaron” de la celeste y lograron regersar a una Copa del Mundo, otra vez en Alemania.

Los dirigentes creían que la poca competitividad de los equipos de Oceanía les quitaba ritmo y posibilidades de progreso; el ganar tan fácil a sus vecinos era engañoso y contraproducente; solicitaron a la FIFA pasarse de la Confederación de Oceanía (OFC) a la Federación Asiática (AFC).

En 2006 quedaron registrados en la nueva federación continental: cambió el panorama, creció la exigencia y al tener más cupos clasificatorios la nueva federación que los cobijó, los australianos llegaron con menos sufrimiento a los Mundiales de Sudáfrica 2010,  Brasil 2014 y Rusia 2018.

El cambio fue provechoso para Australia; le tocó organizar la Copa Asiática de Naciones 2015 y logró coronar el esfuerzo con el título; como campeón de la AFC obtuvo el derecho a jugar la Copa FIFA Confederaciones Rusia 2017.

Cayó allí ante Alemania por 2-3, pero luego, con un fútbol audaz y sacrificado, empató con Camerún por 1 a 1 y con Chile también igualó en un tanto.

Tim Cahill es su goleador histórico; el arquero Mitch Langerak actúa en el Levante; Jedinak, Luongo, Irvine en la mitad de la cancha; Tomi Juric, Robbie Kruse en la ofensiva…

Australia juega en equipo. Es ordenado, dinámico y sacrificado. Refleja el espíritu de un equipo que pidió cambiar de federación para salir de una zona de comfort que lo levaba al estancamiento para dar un salto de mayor exigencia pero que traería progresos.

Con ese espíritu optimista, se presentará en su tercer Mundial consecutivo, un hecho inédito en su casi centenaria historia.

 

Hernán O’Donnell