Argentina aprobó un examen sin su mejor alumno

La ausencia de Messi, de la que se empezó a hablar un día antes de este partido amistoso ante Italia en Manchester, Inglaterra, fue por cierto el tema dominante y, al cabo, lo más importante y lo preponderante a la hora del análisis; es increíble, pero Leo Messi es tan determinante que no sólo influye cuando juega, sino que pasa a ser lo más trascendente cuando está ausente en un partido de la selección nacional.

Por eso el análisis se centra en el atque. En los hombres que asumieron la responsabilidad de reemplazarlo en la gestación del juego: Lo Celso, Lanzini, Di María…

Y el equipo, con cuentagotas, apareció. Quizás con alguna dificultad al comienzo, cuando Italia salió a presionar bien arriba, sin presiones y sin complejos. Se hizo fuerte a partir de la presencia de Jorginho, que tuvo mucho peso en la mitad de la cancha, la fuerza de Verratti, y la movilidad de Cutrone.

En ese primer tiempo, la Argentina fue de menor a mayor. Contó con un buen apoyo en Willy Caballero, atento y rápido para salir a cortar. La firmeza de Otamendi y la marca de Biglia. Cuando se juntaron los de arriba, llegaron las situaciones. Las más claras fueron al final del primer tiempo: a los 43′, Manu Lanzini combinó con Higuaín, tras recibir la pared abrió para Di María y este por izquierda habilitó a Tagliafico, quien sacó un buen remate controlado por Buffon.

A los 45′, el que apareció sólo y mano a mano fue el propio Gonzalo y su tiro fue capturado por su compañero de la Juventus.

Dos situaciones claras para Argentina sobre el cierre de la etapa.

La selección mostraba algunas imprecisiones en la defensa y el equilibrio de los volantes defensivos, pero había dejado una impresión interesante en ataque.

A los 48′, un error de Paredes, una pelota mal entregada le permitió tener una llegada clara a Italia; Insigne quedó mano a mano con Caballero, que lo tapó muy bien y su remate se fue muy cerca; a los 49′ respondió Argentina con una contra que manejó Higuaín y  Lanzini no pudo conectar bien el cabezazo.

El partido creció en intensidad y volumen de juego. Italia se animó. Y tuvo dos chances; un centro rasante que desvió Willy Caballero y una entrada solitaria de Immobile que tapó con el pecho el arquero argentino: una oportunidad clarísima de gol sumada otro remate que también desvió el ex arquero de Boca. tres brillantes intervenciones en menos de 5 minutos.

Argentina no reaccionaba. Ni con los ingresos de Banega (por Paredes) y Perotti (por Di María, de muy buena producción) encontraba la pelota en la mitad de la cancha. Italia sumaba llegadas y convertía a Willy Caballero en la gran figura de la noche.

A los 74′, cuando dominaba Italia, Banega tiró una pared con Lo Celso, recibió al entrar al área y Ever sacó un tiro de zurda, cruzado que abrió el marcador; Argentina se ponía 1 a 0 cuando su mejor momento había pasado.

Así es el fútbol. Italia sintió el golpe y cuando quiso reaccionar, Argentina le dio un segundo golpe de Knock Out. Higuain encabezó otro contragolpe, se la abrió a Lanzini que entraba por izquierda y su remate al ángulo derecho de Buffón selló el 2 a 0.

Un examen superado, sin su mejor alumno y con actuaciones rutilantes de Willy Caballero y Manu Lanzini. También aprobó Tagliafico.

Así es el fútbol; cuando aparecían algunas nubes en el cielo de Manchester, las estrellas de Argentina sellaron un triunfo grande, contundente y esperanzador.

 

Hernán O’Donnell