México lindo y querido

Las Copas del Mundo tienen estas sorpresas, o no tanto. Están llenas de historias, de novedades, de curiosidades y de imprevistos; sobre todo para los más neófitos. Porque los que llevan muchos Mundiales en sus espaldas (mucho fútbol en la vida), saben que pueden ocurrir resultados inesperados, o que el crecimiento de un equipo, aunque no sea visible, genera igualdades.

México es un seleccionado que hace rato sale a jugar de “tú a tú” los partidos; que busca atacar, que respeta el balón y que inicia cada movimiento con cuidado y con destino asegurado. desde la raya del fondo o desde cualquier lugar de la cancha. Ese planteo lo mantiene desde que Ricardo La Volpe se hizo cargo de su fútbol, hace ya más de 15 años; México juega a la posesión y al ataque. Siempre.

Alemania asomaba, para muchos, como el favorito. Porque es el actual Campeón del Mundo, porque mantiene una base y un estilo desde hace muchos años, y porque ha sabido promover la renovación de la plantilla.

Pero tuvo una mala tarde, con actuaciones individuales muy bajas ( el caso de los centrales Boateng y Hummels fue el más llamativo, aunque hubo varios que estuvieron por debajo de su nivel) y se encontraron con un rival atento, rápido y concentrado. México se sostuvo a partir de la serenidad que irradia Guillermo Ochoa desde el arco. El portero debe ser de los mejores del mundo cuando juega con los pies, y siempre transmite una imagen de seguridad que se contagia a la defensa, donde lucieron Moreno y Salcedo, el medio campo bien guiado por Andrés Guardado y Herrera, y un ataque veloz y atrevido con Hernández, Loyún (que alternó buenas y malas) y Lozano.

Carlos Vela fue el gran conductor; se hizo cargo de las maniobras de cada ataque, que a veces no pudieron ser bien resueltas, pero que a los 35′  encontaron su premio cuando Hirving Lozano aprovechó la contra para enganchar ante Kimmich y Boateng y derrotar a Neuer con un remate rasante.

El 1 a 0 sorprendía a Moscú y al planeta que lo seguía por TV. México derrotaba al Campeón del Mundo.

En el complemento, el desarrollo tuvo otro libreto. Alemania al ataque, con su esquema de pases y rotación permanente, pero con una pared teñida de verde que cortaba cada intento. Y si bien el paso de los minutos lo metían al “Tri” cada vez más cerca de su arco, no tuvieron los europeos chances de concretar. Muchos centros, remates que pasaban cerca y combinaciones dentro del área que morían en un despeje o en las manos de Ochoa, una de las grandes figuras de la tarde.

México lindo y querido dice la canción. Parecía imposible derrotar al Campeón. lo logró con armas nobles, serenidad y convicción. Un paso muy grande en esta historia, que siempre puede traer sorpresas y “traiciones”. México quiere soñar, y su equipo le dio un argumento bárbaro para hacerlo.

 

Hernán O’Donnell