Sampaoli busca salir del laberinto

Argentina se metió solita en el laberinto que le propuso Islandia. Porque si bien los europeos le tejieron una hermosa telaraña y resucitaron el viejo “catenaccio” inspirado en las redes de pescadores, la albiceleste no supo evitar enredarse en esa madeja de piernas y voluntades corredoras. Islandia le abrió la puerta a una casa llena de túneles y pasadizos, y ahí se perdió Argentina.

No sólo se metió en un laberinto durante el partido; quedó enredado en un mar de dudas e incógnitas de cara al futuro del torneo.

Porque la mano del entrenador, necesaria por cierto, empezó a reflejarse en cada práctica, en cada entrenamiento. Sampaoli parece volcarse a su esquema favorito. A él, no nos engañemos, le gusta jugar con línea de tres defensores. Pero los jugadores lo convencieron de comenzar con la clásica línea de cuatro.

A Sampaoli le gusta jugar con un 5 de creación. De manejo y buen pase. Sergio Busquets sería el ideal. Pero arrancó con ¡doble cinco! y de características más volcadas al quite y a la recuperación que al primer pase de gestación de maniobra.

El técnico siempre manifestó que en ataque hay que desordenarse, hay que romper moldes para doblegar a la defensa adversaria. Poco tuvo el equipo esa rebeldía necesaria.

Ahora decidió patear el tablero. Dar un golpe en la mesa y promover variantes. Se habla de línea de tres, con Mercado, Otamendi y Tagliafico (Fazio sería importante para la marca de Mandzukic), un solo volante central (Mascherano) y las dudas que empiezan desde los volantes: ¿Jugará Enzo Pérez? Acuña parece casi seguro y Christian Pavón, seguro.

Habrá que terminar de pulir detalles, aceitar bien la máquina y adaptarse bien rápido a este sistema. El tiempo apremia y la salida del laberinto tiene una puerta muy dura, pesada y complicada, que se llama Croacia. El DT y los jugadores tienen que encontrar la llave que la abra y le permita a la Argentina salir de este enredo y empezar a caminar el Mundial por un sendero recto y despejado.

 

Hernán O’Donnell