Suecia, y el fútbol en serio

Es un equipo, un seleccionado, que está habitualmente en las Copas del Mundo. Que no es una potencia, está claro, pero que de vez en cuando dice presente, lo cual ya es un mérito muy grande porque no es fácil ni sencillo clasificarse en la zona de Europa. Hay muy buenas selecciones y pocas plazas en proporción a los que tienen nivel y merecen llegar a un Mundial. Les ha sucedido a Holanda y a Italia quedarse afuera; en otras ocasiones no pudo entrar Inglaterra; o España, antes de ser la potencia que es. Sin embargo, Suecia se las rebusca para estar seguido. Y para hacer buenas campañas: el segundo puesto en 1958, el tercero en 1994. Y cuando se clasifica, generalmente es un hueso duro de roer.

Y esta vez volvió a sorprender al mundo; sin sobrarle nada, con mucho esfuerzo y sacrificio, consiguió la clasificación después de haber hecho una muy buena prim er fase. Victoria merecida ante Corea por 1 a 0 (hubo un penal en el primer tiempo que no le sancionaron, además del que sí cobraron en el segundo tiempo y fue el gol), derrota sobre la hora con Alemania (no le sancionaron dos penales, uno en cada tiempo) y este triunfo contra México.

Un equipo que se sostiene en el arquero Olsen y la zaga central de Lindeloff y Grandqvist, fuertes y seguros en lo alto, pero que la clave está en la lucha de los volantes: Larsson y Ekdal, dos motores en la mitad de la cancha, acompañados por la creatividad de Forsberg, y la movilidad del centreforward, Berg.

Así construyeron una victoria enorme, con mucho sacrificio y tesón. Y ganó el grupo!; queda mucho por delante, pero los jugadores sueñan con algo grande.

Ahora empieza la fase definitiva. Ganar o volver a casa. Suecia se sostiene en los detalles señalados, pero lo fundamental es el enorme espíritu deportivo, en el sentido colectivo de su juego, en el esfuerzo y la garra sostenida, los movimientos grupales para reemplazar la ausencia de jerarquía individual, el gran sentimiento grupal que los lleva a sostener al compañero Jimmy Durmaz, castigado por demás por su error ante Alemania.

Esa es la clave de Suecia: un grupo que sostuvo al compañero en dificultades, porque “todos para uno y uno para todos” es el ejercicio y el sostén de este equipo.

 

Hernán O’Donnell