La fiesta de los Juegos Olímpicos de la Juventud pasó por Buenos Aires

Y es inevitable caer en la melancolía, en la mezcla rara de alegría y tristeza, tan común cuando termina una fiesta. Una fiesta grande y maravillosa. Porque eso fue lo que sucedió en Buenos Aires, en unos fantásticos doce días de un mes de octubre que será para recordar por todos los tiempos.

Los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018 fueron una síntesis de deporte, esfuerzo, valores, respeto y dedicación de todos los que los protagonizaron, combinados con la alegría, la pasión, el entusiasmo y el interés de todos los que se acercaron de forma masiva a observar y acompañar.

Fue un desborde de gente en todos lados; los parques se vieron colmados cada día, y los fines de semana desbordaban de pasión y entusiasmo. El Parque Verde se lució con el Beach Volley, y ese clima tan ligado a las playas, el verano y la despreocupación. Cada partido era acompañado de una multitud que forma largas filas para poder ingresar.

Y los partidos eran una verdadera fiesta, con gritos, aliento y las mejores habilidades de los jóvenes protagonistas.

Una de las grandes atracciones que tuvo esta magnífica fiesta deportiva.

En esa zona, el tenis también fue un gran protagonista, claro que en un lugar y un estadio (El Buenos Aires Lawn Tennis Club) al que el público de este deporte está muy habituado. El ciclismo, que siempre tiene ese encanto de la velocidad y la dinámica, y la elegancia que impregnó la equitación desde el club Hípico Argentino.

En Puerto Madero se construyó el Parque Urbano. Lugar encantador, terminó ubicado como una de las grandes revelaciones de los Juegos, ya que al impacto visual que siempre generan los deportes náuticos como el remo, canotaje, piraguismo, el BMX FreeStyle desató una verdadera fiebre, sólo comparable a las grandes masas que acudieron a ver el básquetbol 3×3, una variante callejera del Basketball tradicional.

El estadio se llenó en cada presentación de Argentina y la muchedumbre enloqueció con la medalla dorada de nuestros jóvenes basquetbolistas, así como admiró el talento de las estadounidenses y francesas en la competición femenina.

En Tecnópolis se dividieron las pasiones: el Futsal y la adrenalina que siempre genera el balompié, en cualquiera de sus formas y sus expresiones, y la revolución del Beach Handball, a unos metros de allí, en Parque Sarmiento.

Un poco más alejado en la geografía de Buenos Aires, estuvo el rugby. Pero con la misma pasión y la misma cantidad de gente que desbordó cada instalación olímpica, el CASI, en su sede La Boya, vibró con las mujeres y celebró con Los Pumitas, ganadores del Oro en  a atractiva modalidad de Seven.

Y nos queda el Parque Olímpico, epicentro de los Juegos, con las principales disciplinas que envuelven a los Olímpicos: Atletismo, Gimnasia y Natación. Además de Boxeo, Karate, Judo, Levantamiento de Pesas, Lucha, Pentatlón Moderno, Hockey 5 y Esgrima.

Nos quedan miles de fotos para publicar. Nos quedan miles de palabras para escribir. Nos quedan miles de comentarios para expresar. Nos quedan miles de recuerdos para atesorar y guardar en nuestra alma por estos Juegos tan maravillosos que pudimos compartir, por primera vez, en nuestra casa y  con nuestra gente.

Hernán O’Donnell