La Selección cierra un año con sobresaltos

Como una montaña rusa, la Selección Nacional transitó este 2018. Lleno de sobresaltos, el camino fue una ruta plagada de curvas, marchas y contramarchas, avances y retrocesos y un sinfín de inconvenientes que se sucedieron como hacía tiempo no ocurría. La imagen del equipo retrocedió más de cuarenta años, hasta parecerse a la de fines de 1974, cuando empezó el ciclo de César Luis Menotti y se organizó un departamento de selecciones que cobijó un trabajo prolijo, moderno, superador que concluyó no sólo con la obtención de la Copa del Mundo en 1978, y luego la de 1986 bajo el mando de Carlos Salvador Bilardo, sino que estableció el orden bajo el cuál debe trabajar y desenvolverse el seleccionado nacional.

Este año pareció un viaje al pasado. Todo lo que se había vivido entre 1974 y 2018 quedó en el olvido y como una película de regreso al pasado, los tiempos parecieron volar hasta aquellos años y esas formas que parecían olvidadas.

Es cierto que la crisis no fue una tormenta desatada en este último tiempo. Quizás empezó con la renuncia de Gerardo Martino, la crisis que vivió la AFA y su indefinición en la sucesión de Julio Grondona, la seguidilla de técnicos y los cambios en el plantel.

Se fue Martino, la comisión normalizadora eligió a Bauza y cuando Claudio Tapia ganó la presidencia optó por Sampaoli. El Mundial fue su condena y ahora el equipo está a cargo de Lionel Scaloni, aunque no se sabe si continuará el año que viene. Todo sumó para la confusión general, aunque vale reconocer que cada uno que estuvo y cada uno que está en la selección, en la función que le toque, siempre intentó ordenar y organizar la situación para darle el empuje definitivo.

Ya es tiempo de arrancar. De dejar atrás todas las complicaciones que acompañaron la temporada y aprovechar esta ventana de noviembre para darle forma al seleccionado. Lionel Scaloni armó la lista, aún sin los históricos y con la salvedad de no incluir a los futbolistas de Boca y River para no interrumpir su preparación y dedicación a la final de la Copa Libertadores de América.

La serie contra México abre una nueva oportunidad. Tomemos provecho de ella.

 

Hernán O’Donnell