Aún con el regreso de Messi, la Selección no encuentra su camino

Cuando todos esperábamos el regreso de Leo, la selección nos volvió a traer a la realidad: dudas, insuficiencia y toda la tarea recaída en las espaldas del mejor jugador del mundo, que, se volvió a ver, produce mucho, muchísimo, pero no puede hacer todo. Para eso necesita un equipo que acompañe.

Y Messi volvió al seleccionado una noche de primavera en Madrid. En una selección que necesita reconstruirse. Y para ello necesita formarse un equipo, con Messi incluído. Un equipo de 11 jugadores, no de uno y diez alrededor.

De entrada, un golpazo. A los 5′ un pelotazo largo para Salomón Rondón, a espaldas de Foyth y de Mercado, el atacante metió la diagonal llegó al área libre y de emboquillada a la salida apresurada de Armani, convirtió el gol. Venezuela arriba 0-1 en el amanecer del partido.

Apenas se acomodaban en el campo, y la Argentina sufría un cachetazo. Una mezcla de deficiencia en la defensa y virtud del delantero.

La selección sintió el golpe y quedó aturdida. No tuvo una reacción desmedida; se quedó con la pelota, sí, pero careció de fuerza, de espontaneidad, de aceleración…Y de contra, venezuela amenazaba; a los 35′ Machís apareció a espaldas de Lisandro Martínez y Armani salvó con lo justo. A los 37′ Messi sacudió desde afuera y el arquero de Venezuela, Fariñez se estiró para sacarla al corner. Después habilitó a Lautaro, pero su cabezazo su fue arriba.

Y a los 43′, otro terrible golpe. Foul a Tomás Rincón, la defensa que se distrae con el árbitro, pase rápido a Murillo y un remate cruzado que Armani no pudo detener. Venezuela arriba 0-2, y final de un primer tiempo deslucido para el equipo de Scaloni.

Solo el talento inagotable de Lionel Messi disimuló el desconcierto de la Argentina. Un equipo sin imaginación, trabado en el armado de las maniobras, con el único argumento de contar con un futbolista capaz de armar jugadas de peligro y muy endeble en defensa, se iba al caer el primer tiempo, 0-2 abajo ante Venezuela.

Scaloni metió mano y tres cambios para el segundo tiempo: adentro Kanemann, Suárez y Blanco. Afuera Lisandro Martínez, Mercado y Gonzalo Martínez. Se arma una línea de 4 con Armani; Montiel, Foyth, Kanemann y Tagliafico; Blanco, Paredes y Lo Celso; Messi; Lautaro Martínez y Suárez.

Un poco más de decisión, un poco más de presencia ofensiva…Y a los 13′ Lautaro martínez aprovecha una buena maniobra de Messi, el pase a Lo Celso y el delantero del Inter convierte: 1-2, de contra y a meterse en el partido.

El cambio de Benedetto por Lautaro no alteró el esquema. Argentina siguió con ímpetu, pero Venezuela tenía una carta en la manga: Josef Martínez. Entró, fabricó un penal y lo convirtió con maestría a los 30′ del ST. El resultado llegaba al 1 a 3 y a una sensación de vergüenza y disgusto.

Si alguién se había ilusionado, todo volvía a fojas cero. El error de Foyth es parte del aprendizaje, Martínez forzó la falta, el joven argentino no lo supo sortear.

Argentina no tuvo reacción. Solo la capacidad de Messi para buscar, intentar, tratar de armar algo. Pero no hubo nada. Benedetto estuvo errático, Suárez fue de mayor a menor, el ingreso de Pereyra no cambió demasiado. Venezuela tuvo orden y velocidad para cortar y salir de contra. Jugó mejor y ganó bien.

La Argentina se llenó de dudas, no tuvo juego ni rebeldía y se llevó una derrota dura ante un rival que a lo largo de la historia siempre fue inferior, pero que en esta noche de Madrid pareció una potencia y desnudó todos los defectos de Argentina.



Hernán O’Donnell