Boca y Argentinos armaron la otra semifinal

Primero consiguió el pasaje Argentinos Juniors. Por una cuestión de horarios, jugó en el primer turno y logró una valiosa victoria en La Plata ante Gimnasia. Con los argumentos que ya empiezan a ser marca registrada en el equipo de Diego Dabove. Un equipo que mete, lucha, raspa, ahoga cuando el rival tiene la pelota, que propone un juego muy físico, y cuando tiene el balón le da buen destino, lo cuida, sabe manejarlo a partir de la conducción del volante Alexis Mac Allister.

Tuvo esa actitud en el bosque y por eso dominó el primer tiempo. Fue más que Gimnasia en esa etapa, y se la llevó por 1 a 0; después el Lobo emparejó y fue más incisivo en el ataque. Silva puso el 1 a 1 a los 57′ y el local empezó a manejar el partido, con muchos hombres sumados al ataque y varias situaciones claras que fueron atrapadas por el arquero visitante, Chávez.

Y en el mejor momento del local, Argentinos tuvo la ocasión para desnivelar, tomar aire y asegurarse el partido. Llegó el corner desde la derecha de Mac Allister, el cabezazo de Sandoval y el gol de la visita a los 73′. Argentinos ponía el partido 2 a 1 a su favor y ya todo parecía terminarse, aunque a los 79′ un remate de Lautaro Chávez pareció desviarse en la mano de Jonathan Galván, el partido parecía resuelto. La serie estaba terminada, Gimnasia no tenía reservas para aforntar lo que quedaba y marcar dos goles y Argentinos lucía motivado por el logro.

Boca consiguió el festejo en los penales. Después de 90′ de mucha tensión, de mucho nervio, de un partido jugado con alta intensidad, todo tuvo que resolverse desde los doce pasos.

El conjunto de Alfaro fue bastante más en la primera etapa y tuvo a Vélez contra su arco. Las intervenciones de Hoyos, el travesaño, alguna imprecisión y la defensa férrea impidieron que abriera el marcador.

El complemento fue todo lo contrario. Vélez se convirtió en el dominador, se hizo de la pelota y con el ingreso de Almada tuvo más imaginación en ataque. Sumado a la participación de Salinas, el visitante se adueñó del partido. Cuando Boca se quedó con un hombre menos por la expulsión de Izuqierdoz parecía que el gol del equipo de Liniers estaba al caer.

Esteban Andrada, de brillante actuación, lo impidió.

Todo el morbo, la ansiedad, la angustia que despiertan las definiciones por penales, esta vez tuvo un aliciente mayor: Mauro Zárate, el gran centro de la escena de esta serie, iba a ejecutar y el mundo se suspendería por ese instante. Ya había desviado Braian Cufré, igualado después Rodrigo Salinas y Zárate tenía la oportunidad de poner a su equipo 3 a 2 y dejarlo bien encaminado en la definición.

La tensión, los nervios, la angustia que se reflejaba en su rostro quedó a un lado a la hora de ejecutar. Lo hizo con precisión y buena técnica. Boca estaba más cerca.

Almada para Vélez, Fabra para Boca, Leandro Fernández para el visitante…el partido 4 a 4 y Julio Buffarini con la posibilidad.

El remate fue fuerte, al medio, alto. Bien ejecutado. Boca gritó el triunfo, celebró la clasificación y va por las semifinales.

Empezará el domingo ante Argentinos en La Paternal. La Copa de la Superliga avanza y por esta modalidad de eliminación directa crece en tensión, nervios y angustia. Pero también en ilusiones y sueños, de pegar un grito y celebrar en título.


Hernán O’Donnell