Argentina tuvo jerarquía, disposición y propuesta para ganar y clasificarse

El gol de Lautaro Martínez cuando iban 4′ de juego no sólo fue producto de un error en la salida de la defensa de Qatar. También fue la señal de la postura de la Argentina en el partido, de la manifestación táctica que se disponía a desplegar y del peso y la jerarquía de sus futbolistas.

Porque el gol mostró que la Argentina iba a presionar bien adelante, que iría en búsqueda del error del adversario; que a la depurada técnica del conjunto qatarí le iba a oponer presión alta. Y en la definición de Martínez, tras interceptar el pase, se observó la enorme jerarquía del futbolista argentino para resolver rápido y de modo eficaz ante una situación que se presentaba no del todo cómoda.

Entonces vimos a una Argentina más parecida a lo que marca su historia: adelantada en el campo de juego, dominante, con la intención de asfixiar al adversario en su campo.

Qatar es un equipo bien trabajado, que tiene la escuela española de Barcelona, la de buen trato de balón, juego asociado y búsqueda de los espacios con movilidad y pases cortos. Así contó con varias llegadas al arco rival, sobre todo con combinaciones por los laterales, donde les costaba achicar a los volantes y se filtraban entre los marcadores de punta y los centrales. Un tiro libre en el palo fue la más clara de Qatar, mientras que Argentina tuvo varias oportunidades, la más clara fue la que no pudo rematar y el zaguero Pedro Miguel la sacó sobre la línea.

Argentina mantuvo el libreto en la segunda etapa. Con el sacrificio de Martínez y Aguero para presionar y correr a los defensores rivales; con Paredes bien adelantado y De Paul y Lo Celso cerrados en la ayuda. Después ingresó Acuña, para tener más recorrido por el sector izquierdo que el que podía ofrecer Lo Celso. Y Qatar que no se rendía, a pesar de que le costaba más llegar al arco de Armani.

El equipo de Scaloni pudo aumentar: un remate fuerte de Aguero tras un corner de Paredes fue bien rechazado por Al Sheeb; otro fue sacado de apuro por Al Hajri. Una buena maniobra de Aguero, que cerró con un tiro lejano fue desviada por el arquero y Messi tuvo una posibilidad con un remate que le quedó un poco atrás y se fue alto.

Para el campeón de Asia las esperanzas se iban con el reloj. Porque le faltó profundidad, potencia cuando llegó al área albiceleste y pimienta para el gol. Vale elogiar que siempre mantuvo el respeto por la pelota, por la salida prolija y por el juego asociado. Pero rondaba la sensación que su valla estaba al caer…

Y llegó con el golazo de Sergio Aguero, la figura del partido, tras una buena maniobra individual, con una gambeta larga y vertical por el sector derecho eliminó a dos defensores y derrotó a Al Sheeb con un remate cruzado, al palo más lejano del arquero, cuando se jugaban 81′.

Fue el gol del alivio y la tranquilidad, aunque Colombia derrotaba a Paraguay y el mínimo tercer lugar se aseguraba. El factible segundo puesto del grupo, que se preveía en los papeles, ya quedaba sellado.

La Argentina consiguió una victoria lógica y previsible ante un rival que empieza a hacer su recorrido en el fútbol con seriedad y profesionalismo, pero aún está lejos de las potencias. Está en el momento de aprender, y eligió un camino correcto para el crecimiento y el desarrollo.

Ahora valen las palabras de un sabio del fútbol, el “Maestro” Tabarez, dichas hace unos días: “¿Quien me firma que Argentina no puede salir campeón de esta CONMEBOL Copa América Brasil 2019?”.

Sabias palabras de un hombre respetado que dirige uno de los equipos más serios del mundo.

En una Argentina de voces contundentes, afirmaciones temerarias y discusiones infinitas, donde a veces pareciera que sólo importa imponer la opinión propia y despreciar la ajena, es hora de empezar a escuchar a los mayores, sobre todo cuando han demostrado a lo largo de una vida sabiduría, respeto y prudencia.


Hernán O’Donnell