Pacquiao demostró su vigencia y, en una tremenda pelea, derrotó a Thurman

El primer round fue un resumen de casi todo el combate. Como se desarrolló, como se dieron las distintas situaciones, los golpes que utilizaron, la táctica, la estrategia. Todo quedó compensado en esos tres minutos, porque si bien hubo matices, algunos cambios, variantes en el dominio, en general la pelea se desarrolló de ese modo: Un Thurman que salió a buscar, que construyó el asalto, que conectó buenos golpes y en los primeros dos minutos parecía que el round iba a ser para él, sobre el último tramo se veía desbordado, superado y Pacquiao, con velocidad, potencia y ritmo daba vuelta la contienda.

Con un aditamento fundamental. En ese primer asalto, un gancho de derecha de Pacquiao, cuando quedaban 25″, entró de lleno en el rotro del norteamericano y lo llevó a la lona. Un asalto que parecía favorable a Thurman terminó 10-8 para el filipino. Y esto se iba a repetir en las mangas siguientes.

Ese principio, a todo ritmo y con duros intercambios de golpes iba a signar toda la pelea. Que con el transcurrir de los minutos iba a crecer en intensidad y emociones. La segunda vuelta fue similar: el comienzo para Thurman, el final, más justo, más preciso, más claro, para Pacquiao. Y lo mismo sucedería en el 3ero, 4to y 5to asaltos. Thurman no encontraba la solución para los golpes laterales de Pacquiao, no encontraba la distancia y si bien conectaba en varias ocasiones el rostro del filipino, no lo ponía en problemas a su rival. Pero los puñetazos de Manny eran más fuertes y sobre todo, su tremenda velocidad, que manifestaba al final de cada vuelta.

Keith Thurman mostró su clase, su garra y su temperamento. Aún superado, no se amilanó ni se rindió. Aguantó todo, y en los rounds siguientes pudo imponer condiciones. En el sexto ya se lo vió recuperado, y volvió a ganar el 7mo con su derecha recta y contundente. El 8vo fue equilibrado, un round de apreciación que nosotros vimos para Thurman, pero bien pudo verse para el otro lado. El 9no lo ganó el hombre de Florida y el 10mo fue de lo mejor de Manny en la pelea. Un golpe al plexo de Thurman lo dejó sin aire y casi al borde del piso, pero Keith lo soportó con fortaleza y pudo sostenerse hasta el final de la vuelta.

Algunos lo vieron con diferencia de 10-8. Para los tres jueces fue 10-9.

Para nosotros Thurman se impuso en el 11er round, igual que lo vieron los tres jurados; y el último, parejo y equilibrado, nos dejó una mejor sensación el americano, pero también pudo ser para Pacquiao, tal como lo apreciaron dos jueces. Lo cierto es que enuestra tarjeta, la victoria fue para Manny Pacquiao por 114-113, con la posibilidad de darle el décimo round por 10-8 lo cual hubiera resultado en un 114-112.

Pero ganó Pacquiao, para nosotros sin discusiones, aunque el fallo fue dividido y un juez vio ganar a Thurman al final del combate. Pero eso no empaña el resultado ni modifica lo que vimos desde las pantallas que trajeron el enorme choque de Las Vegas. Una pelea tremenda, valiente, ofensiva, con dos gladiadores que no se guardaron nada, que dieron y recibieron sin pedir ni dar tregua.

Un ganador claro, Manny Pacquiao, que demostró que a los 40 años y tras cientos de batallas duras e intensas, conserva el fuego sagrado, la fuerza, la potencia, también la inteligencia y una velocidad envidiable que lo han convertido en una leyenda del boxeo y la noche del sábado demostró que está más vigente que nunca.


Hernán O’Donnell