La potencia de Gaich, el sacrificio de todos y tres puntos para comenzar a soñar

Al minuto de juego la Argentina avisó. Tremendo tiro libre de Fernando Valenzuela y el arquero Cevallos que la desvía al corner cuando parecía que se metía en su ángulo superior izquierdo.

Argentina avisaba y Ecuador se sostenía. Ya habían abierto el Grupo “A” de la Primera Ronda de los Juegos Panamericanos Lima 2019 en el muy coqueto Estadio “San Marcos” los equipos de Panamá y México con una igualdad en cero. Y la Argentina quería llevarse la victoria para empezar a soñar, aunque enfrente estaba el rival llamado “candidato” por los especialistas.

Y así empezamos la mañana nublada de Lima. El equipo de Batista fue y fue, pero en una acción aislada, un pelotazo largo para Nicolás González cuando la pelota se iba larga, y el arquero de Ecuador la fue a buscar fuera del área, al intentar cabecearla, se encontró con el golpe arriba del delantero argentino. Una acción arriesgada e imprudente, un poco violenta, y a los 24′ fue expulsado. La albiceleste se quedaba con 10 jugadores y faltaba muchísimo.

La Argentina ordenó las piezas: Valenzuela a la derecha, Vera y Colombatto mantenían el doble “5” y Urzi a la izquierda. Dos líneas de cuatro y Gaich arriba, solo como el llanero solitario.

Sin embargo, Argentina se acomodó y golpeó: avisó a los 31′ cuando Herrera se proyectó, metió la diagonal, armó la pared con Colombatto y habilitó a Urzi quien entró por izquierda y su remate se fue apenas afuera.

A los 33′ Adolfo Gaich encabezó un contragolpe, metió quinta velocidad, se fue fuerte y adelante por la derecha, llegó al fondo y el centro preciso a Valenzuela, quien metió un gran remate y abrió el marcador. Argentina ganaba 1-0 con un hombre menos.

Y enseguida llegó el segundo. Colombatto presionó en la salida, robó la pelota y habilitó a Gaich que marcó el 2 a 0 a los 39′.

Argentina se retiraba del primer tiempo con un buen resultado, y buna buena producción.

Ecuador salió con todo en el complemento. Muy rápido empujó a la albiceleste contra el arco de Cambieses. A los 47′ remató Alcívar, un pco alto, pero fuerte y preciso. A los 52′ llegó la chilena de Campana, bonita y sorpresiva, pero respondió bien Cambieses. El argentino Célico, DT de Ecuador, metió cambios paulatinos que aumentaban la voracidad ofensiva del equipo, pero Argentina respondía con orden y sacrificio.

Argentina tuvo su primera variante a los 70′ cuando entró Lucas Necul, oriundo de Puerto Madryn por Urzi, que estaba amonestado. Y cuando todo parecía controlado a los 74′ Cifuentes metió un tiro libre al ámgulo que achicó la distancia. El partido quedaba 2-1 y parecía empezar una etapa de preocupación. Por suerte, duró poco. Al minuto, corner para la Argentina, centro a la cabeza de Colombatto, la pelota que se desvía, le cae a Gaich y el potente remate del delantero de San Lorenzo se mete en un costado, para ampliar el marcador a 3 a 1 a los 75′.

Todo parecía concluído, Argentina volvía a mantener dos goles de diferencia y encima a los 79′ fue expulsado Vallecilla por un golpe a Gaich, que un minuto después fue reemplazado por Lomónaco.

Pero al partido le quedaban emociones y suspenso. Naula apareció a la espalda de los defensores argentinos y metió un cabezazo cuando se jugaban 88′. El resultado volvía a comprimirse, 3-2 y quedaban 4′ de adición por jugarse.

Pero Argentina no se rindió ni asustó. Se abroqueló, Barquet entró por Valenzuela y se sostuvo en el sacrificio de todos. Corrió y luchó por sostener una victoria justa y merecida, que había construído en los 90′ con la potencia de Adolfo Gaich, la habilidad de Valenzuela, el criterio de Vera, la dinámica de Colombatto, la seguridad de Mosevich, la velocidad de Herrera y el enorme sacrificio colectivo.


Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Lima, Perú)